NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

VALENCIA

Anil Murthy se agarra a la silla eléctrica

Anil Murthy (Singapur, 1973) está a 12 días de convertirse en la persona que más tiempo ha permanecido como presidente del Valencia en el Siglo XXI.

Anil Murthy.
DAVID GONZALEZ

Anil Murthy (Singapur, 1973) está a 12 días de convertirse en la persona que más tiempo ha permanecido como presidente del Valencia en el Siglo XXI. Solo le queda por superar a Manuel Llorente, que estuvo en el cargo 1.368 días. Atrás dejó a Juan Soler (1.245) y Jaume Ortí (1.211). Murthy, el único presidente que ha mandado callar a la afición entre los 37 que ha tenido el Valencia a lo largo de su historia, se agarra, por su servilismo a Peter Lim, a la silla eléctrica de Mestalla, la que más presidentes ha visto pasar (11) entre aquellos clubes que mínimo han militado 15 de las últimas 20 temporadas en Primera.

Tienes que asumir que tu jefe no va a cambiar; así que tienes dos opciones, adaptarte y seguir la línea de trabajo de tu jefe; o cambiar de jefe, lo que significa cambiar de trabajo”. La frase es del propio Anil Murthy, la dijo en la clausura de un máster, y resume el porqué echaron a Mateu Alemany y el porqué sigue Murthy en el cargo.

Murthy es persona non grata en la Agrupació de Penyes, a la que echó de una sede que el club le cedía desde hacía 25 años; Murthy tiene desquiciados a los políticos por su inmovilismo en el tema del nuevo estadio; Murthy ha hecho limpia de voces discordantes en el club; Murthy no es visto por el vestuario como interlocutor válido y su relación con Javi Gracia es de “hola y adiós”. Pero Murthy ejecuta sin rechistar las directrices de Lim, aunque sean perjudiciales a los intereses de la entidad que preside. Así, si Lim cierra el grifo para fichajes, Murthy ni trata de hacerle entender que si Uros Racic (22 años y 11 partidos en Primera) se resfría, el castillo de naipes se desmorona.

El silencio de Mestalla por la pandemia es música celestial para Murthy. Paco Roig (tras un Valencia-Valladolid en 1997) o Juan Soler (tras un Valencia-Athletic en 2007) no aguantaron la presión del pañuelo y no volvieron a pisar el asiento presidencial tras el veredicto de la grada. La diferencia de Murthy con ellos, por más tambores de guerra que sonaran cada domingo hacia su persona, es que la decisión sobre su continuidad no es suya sino de Lim. Si no que se lo pregunten a Kim Koh, ejecutivo que desembarcó en Mestalla cuando el proceso de venta en 2014 y a quién Lim recientemente accedió a ‘liberarle’ tras más de dos años pidiéndole regresar a Singapur.

El Valencia ha pasado en poco más de un año de ser un equipo campeón y de Champions a estar a un punto del descenso. Pero su crisis deportiva es peccata minuta en comparación con la social y con su situación económica (458M€ de deuda, 212 a corto plazo). Murthy dice que el ruido social es culpa de “falsas noticias” y de “falsos aficionados”, aunque el club maneja datos que predicen una reducción de abonados entre 8.000 y 12.000.

La gestión de Lim ha conseguido sentar en la misma mesa (De Torino a Mestalla) a la burguesía de Valencia, millenians y gente del campo.“Para ser honestos, no tengo mucho tiempo que dedicarles...”, dijo Murthy en referencia a la oposición, un presidente que cuando habla da patadas a la empatía (“Es lo que hay” o “entrenador-funcionario”); un diplomático que cuando llegó (2016) se decía que era para controlar comunicación y hoy presume de decidir hasta qué canteranos están con Gracia.