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BARCELONA

La revolución de los centrales

A Koeman le funcionó la solución de los tres defensas en Valladolid. Potenció a Jordi Alba y Dest y encontró más ritmo con Pjanic y De Jong. Messi estuvo cómodo.

Romald Koeman, en Zorrilla.
Octavio PassosGetty Images

Koeman volvió a hacer de entrenador intervencionista en Valladolid. El holandés, que va intercalando errores con aciertos, se inventó un equipo con tres centrales, Mingueza, Araújo y Lenglet. Y el experimento funcionó. El Barça no sólo se convirtió en un equipo indetectable para el Valladolid, al que neutralizó con facilidad. También se divirtió en el campo, jugó bien, y potenció virtudes que no se habían visto durante la temporada. Para empezar, los laterales, convertidos en carrileros, vivieron tranquilos. Tener un defensa más a su espalda les permitió prodigarse sin dejar tantos huecos. Es obvio que Sergiño Dest y Jordi Alba van mucho mejor hacia delante que teniendo que correr para atrás. Además, al lateral de L'Hospitalet le cuesta mantener una intensidad en el balance ofensivo-defensivo durante 90 minutos. Liberarle de ciertas responsabilidades defensivas le beneficia mucho y le permite poner en foco en lo que sigue haciendo de maravilla, el ataque. Dest tiene, además, el empuje del joven. El lateral estadounidense fue un puñal en la derecha. Por allí llegó el 0-2.

Pero hubo más cosas positivas en el partido del Barça. Para empezar, el ritmo de juego. Por más que sólo lo haya puesto dos veces como titular en la Champions, la velocidad de juego sube con Pjanic. Y eso hace feliz a De Jong,que se expresa mejor. El partido, en parte, señala a Busquets, con una intensidad menor y un ritmo de juego más bajo. Pero también a Griezmann y Coutinho, que no han sabido asociarse con Messi como se ha visto en Pedri. Y que también colaboran a ese ritmo pastoso que ha ido arruinando los resultados del Barça en los últimos tiempos.

Es posible que Koeman no mantenga el sistema en próximos partidos porque las características de los rivales sean distintas. Sin embargo, ya sabe que tiene una solución para cuando se vea en problemas. Preocupado por la sangría de goles, optó por la vía más sencilla. Incluso razonable. Poner un defensa más. Otro asunto es saber cómo pueden rendir tres centrales que no son de primer nivel en partidos con un grado mayor de dificultad. Por no hablar de Umtiti. Será curioso comprobar qué decide tácticamente Koeman el día 29 contra el Eibar.