Toque de atención a Dembélé
En el club preocupa que el francés no haya aprendido a leer bien su cuerpo. Ante el Cádiz, sufrió un pinchazo muscular en los primeros minutos de la segunda parte, pero quiso seguir en el campo. Los técnicos y médicos están que trinan.
Dembélé no aprende. Esa es la conclusión que hay entre los técnicos y servicios médicos del club tras su enésima lesión. La última del delantero francés se escenificó el pasado 5 de diciembre en Cádiz. El jugador salió tras el descanso, sustituyendo a un difuminado Coutinho, pero a los pocos minutos de estar sobre el terreno de juego, Dembélé notó un pinchazo en la parte posterior del muslo derecho. Cuando en el banquillo se dieron cuenta de la circunstancia, rápidamente le preguntaron si podía seguir. Dembélé estuvo probándose unos minutos, dando finalmente el gesto afirmativo, aunque ya no pudo explotar todas sus virtudes en el campo, ya que apenas pudo desbordar a sus rivales.
Al día siguiente, las pruebas confirmaron una elongación en el bíceps femoral de la pierna derecha -con todas las reservas porque algunas filtraciones hablan sobre una pequeña rotura-, pero sin especificar el tiempo de baja en el comunicado. Las primeras informaciones, que salían desde el entorno del jugador, apuntaban entre dos a tres semanas de baja.
En todo caso, los técnicos consideran que Dembélé cometió un error, ya que si se hubiera retirado a tiempo posiblemente se hubiera ahorrado un buen puñado de días de baja. El propio Ronald Koeman no se atrevió a poner un día de fecha para su regreso a los terrenos de juego, limitándose a señalar que se está entrenando en solitario.
El problema con el francés es que no sabe leer bien su cuerpo. Su contratiempo en Cádiz tuvo al final consecuencias mucho menos graves que la temporada pasada ante el Athletic de Bilbao en la primera jornada. En aquel partido no sólo se lesionó y siguió en el campo, jugando los noventa minutos, sino que se negó a someterse a las pruebas al día siguiente, con la excusa de que tenía que atender a una serie de compromisos profesionales, acudiendo a entrenar dos días más tarde y teniendo que retirarse en el calentamiento por sus molestias en la parte posterior de la pierna izquierda. Las pruebas confirmaron que tenía una rotura en el bíceps femoral, que le dejó cinco semanas fuera de los terrenos de juego. Ni que decir que el cabreo del entonces entrenador, Ernesto Valverde, fue mayúsculo.
En esta ocasión, está claro que la lesión del francés es de un alcance menor, ya que si no hay ningún contratiempo, volverá en los próximos días, pero el problema sigue latente con el joven delantero: por mucho que le insistan los preparadores físicos y los médicos, no sabe leer bien su cuerpo.