EINTRACHT 3-GLADBACH 3
Súper Stindl acude al rescate de su Gladbach
Los de Marco Rose perdían 3-1 en el minuto 90 pero dos goles del centrocampista forzaron el empate. Stindl firmó un hat-trick que neutralizó el doblete del portugués André Silva.
Una semana después de clasificarse, por primera vez en su historia, para los octavos de final de la Champions League, el Borussia Mönchengladbach se salvó de milagro de sufrir un duro revés en la Bundesliga en su visita a Frankfurt. Un doblete en el descuento del imperial Stindl (marcó tres en total) rescató un punto en el descuento para el conjunto dirigido por Marco Rose tras estar gran parte del choque contra las cuerdas. No es que le sirva demasiado el 3-3, que deja a los renanos en sexta posición de la tabla, pero, teniendo en cuenta el transcurrir del partido, puede que el punto le sepa a gloria.
Comenzó mejor el Gladbach. Tomó la iniciativa en el Commerzbank Arena, transmitió más sensación de peligro y, merecidamente, se adelantó al cuarto de hora de partido gracias a un libre directo ejecutado magistralmente por el capitán: Stindl. Necesitaba el triunfo el Gladbach para comenzar a mirar hacia arriba en la tabla, pero, nada más estrenar el luminoso el hombre del partido, comenzó a notarse la ausencia de Neuhaus en el centro de creación, baja por acumulación de tarjetas.
Supo reaccionar el Frankfurt y se lo debió al ex sevillista André Silva, que dio la vuelta al marcador en apenas cuatro minutos. Primero, el delantero portugués no perdonó una pena máxima tras una mano de Lainer en el área y, tan solo 180 segundos después, puso por delante al Eintracht ejecutando a la perfección un envío en profundidad. Ocho minutos después, el luso volvió a aparecer y firmó la asistencia del tercero, obra de Barkok.
Fue la presunta sentencia ante un Gladbach demasiado plano, pero que sacó a pasear todo su carácter en el tramo final de partido. Fue la expulsión de Abraham, por una falta sobre Embolo que supuso su segunda amarilla, la que dio vida al Borussia. Y a Stindl. El capitán no se rindió, se echó a la espalda a los suyos y fue clave a la hora de rescatar el punto en el suspiro final. En el descuento y en cuestión de cuatro minutos, Stindl transformó una pena máxima y, luego, puso las tablas de cabeza, salvando los muebles a un Gladbach que se rindió a los pies de su capitán.