Coman, de plantearse la retirada a volverse intocable en el Bayern
Karl-Heinz Rummenigge cierra la puerta a una posible salida del extremo francés y le declara intransferible. Supera a Sané en minutos y rendimiento.
"Intransferible". Así ha considerado siempre públicamente Karl Heinz Rummenigge a Robert Lewandowski y así ha declarado a Kingsley Coman recientemente. El extremo francés llegó de la Juventus en la 2015-16. Como cedido, primero, y finalmente a cambio de 21 millones de euros en el verano de 2017. Nunca se ha dudado de la calidad del parisino, pero un físico dubitativo ponía en duda su progresión. La perenne presencia en la enfermería llegó a hacer a Kingsley pensar en una retirada prematura a los 22 años. Ahora, dos años después, ni la llegada de Leroy Sané le ha quitado el cartel de intocable.
"Kingsley no está en venta". Así de tajante se ha mostrado Rummenigge, en declaraciones recogidas por Bild, al ser cuestionado acerca del futuro de su jugador. El papel de la leyenda del Bayern ha resultado fundamental para que Coman deje atrás los interrogantes y solamente se hable de sus actuaciones sobre el terreno de juego y no de sus ausencias. Con 19 años y con Robben y Ribéry en el equipo, el papel del joven Kingsley, a préstamo, no era otro que el de agitar desde el banquillo y dar descanso a las por entonces estrellas bávaras. Las lesiones no le dejaron brillar y, a pesar de ello, en Múnich siempre mostraron confianza en sus aptitudes. Por ello se hicieron con él en propiedad.
"Quizá no esté hecho para esto"
Sin embargo, apenas un año después del fichaje definitivo, llegaron las dudas mencionadas de nuestro protagonista. Coman venía de perderse la final del Mundial de 2018 por una ruptura del ligamento de la sindesmosis, la cual ya la había hecho perderse dos meses y medio de fútbol poco antes. En ese momento, el joven futbolista se preguntaba si su físico estaba preparado para el más alto nivel. "No aceptaré otra operación", se sinceraba en su país. "Cuando me lesioné fue el final del mundo para mí, ahora que ya había puesto todo en orden (...). Quizá, mi pie no está hecho para esto y deba llevar una vida diferente, anónima", señalaba a Téléfoot.
Esas palabras hicieron reaccionar a Rummenigge. "Cuando me enteré, traté de hablar con él", recuerda el CEO del Bayern en Bild. "Lo abracé y le dije que las lesiones, especialmente en el fútbol moderno, forman parte del juego y que no se preocupase demasiado, porque nuestro departamento médico haría todo lo posible porque volviese en plena forma. Afortunadamente, así fue".
Los problemas físicos no han desaparecido por completo. Sin embargo, desde que en febrero volviera de su último gran percance, una lesión en la cápsula de la rodilla, la regularidad le ha acompañado. Aparte de unos problemas musculares que le hicieron estar en el banquillo en cuartos y semifinales de la pasada Champions de Lisboa, solo el coronavirus se ha interpuesto entre Coman y el terreno de juego. En la máxima competición continental volvió a tiempo de marcar el tanto de la victoria de su equipo ante el PSG (0-1).
Por encima de Sané
Esta temporada empezaba con una traba que, si bien no era física, parecía que sería un impedimento para gozar de minutos mucho mayor: el fichaje de Leroy Sané. El ex del City comparte posición con el parisino, extremo izquierdo, y llegaba con la vitola de uno de los jugadores con mejor presente y más brillante futuro del viejo continente. Sin embargo, con el físico de cara, Coman se está imponiendo en la carrera por la titularidad y suma 899 minutos, por los 679' de Leroy. 5 goles y 8 asistencias (por los 5 y 3 del alemán) y una sensación de estabilidad que le hace complicado al fichaje estrella del verano muniqués ganarse el puesto que parecía llevar su nombre.
Rummenigge lo tiene claro: "Kingsley es un jugador total en la actualidad y tremendamente valioso para el Bayern. A menudo, marca la diferencia, especialmente cuando importa". Por ello, ha cerrado la puerta en las narices del Manchester United ante el incipiente rumor que recoge el Bild. Como Lewandowski, Coman es intransferible. Algo de lo que debe vanagloriarse un Kingsley que ve cómo al final del túnel había más luz de la que él esperaba en 2018.