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REAL MADRID - ATLÉTICO

García Calvo, de la cantera del Madrid a capitanear al Atlético

El excentral dio sus primeros pasos como profesional de blanco, ganando LaLiga en 1997, pero acabó convertido al rojiblanco con el que ascendió a Primera.

García Calvo durante su etapa con el Atlético y el Real Madrid.
AS

Si en los últimos años se ha convertido en habitual que jugadores de la cantera del Real Madrid acaben tomando el camino del Atlético (caso de Llorente, Morata, Hermoso, Adán, Juanfran y compañía), no solía ser algo frecuente años atrás. Y menos para acabar convirtiéndose en uno de los pesos pesados del vestuario, como hizo un José Antonio García Calvo (Madrid, 1 de abril de 1975) que llegó a formar parte de la terna de capitanes colchoneros (por detrás de Torres) tras haber dado sus primeros pasos profesionales como jugador blanco. Dos equipos que, junto al Valladolid, marcaron la carrera deportiva de un central que tuvo paso por la Selección y que tras su retirada se dedicó a dos de sus grandes pasiones: el vino y la música.

Y es que García Calvo tocó los dos extremos en los equipos de la capital. Ganó LaLiga 1996-97 con el Real Madrid, todavía como un joven que buscaba asentarse en el primer equipo y fue clave en el ascenso rojiblanco tras dos años en el infierno, ya como un central de mucha jerarquía y una incorporación de lujo para que, con Luis Aragonés en el banquillo, el Atlético volviese al lugar que le corresponde. Un sentimiento rojiblanco que acabó poseyendo al central para toda la vida.

García Calvo celebra un gol con el Atlético junto a Lequi y Simeone.
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García Calvo celebra un gol con el Atlético junto a Lequi y Simeone.JESUS RUBIODIARIO AS

Protagonista con Arsenio Iglesias

Regresando a sus orígenes, García Calvo llegó a la cantera del Real Madrid cuando tenía once años y había comenzado a destacar en el fútbol sala y a dar sus primeros pasos en el Moratalaz. Madrileño de nacimiento, su infancia y juventud la pasó en Torrecilla del Pinar, un pueblo de Segovia donde actualmente sigue transitando largas etapas. Aunque le costó hacerse con un hueco en las categorías inferiores blancas, llegando a salir en varias ocasiones, acabó por asentarse en el Castilla cuando ya había cumplido la mayoría de edad. Una generación donde compartió vestuario con Guti, Álvaro Benito, Víctor Sánchez del Amo, Fernando Sanz o Koke Contreras entre otros.

Durante la temporada 1995-96, mientras el Atlético lograba su histórico Doblete, las bajas del primer equipo blanco acabaron convirtiendo a García Calvo en un fijo para Arsenio Iglesias. El técnico le hizo debutar con el primer equipo del Real Madrid el 2 de marzo de 1996, en la jornada 29 goleando por 5-0 al Salamanca. Desde entonces, participaría en once encuentros más ese curso, incluida la eliminatoria completa de cuartos de final de la Champions contra la Juventus, donde el equipo italiano remontó el 1-0 de la ida (gol de Raúl) con los tantos de Del Piero y Michele Padovano.

García Calvo felicita a Raúl tras un gol del Real Madrid.
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García Calvo felicita a Raúl tras un gol del Real Madrid.

Sin embargo, el curso siguiente su presencia en el primer equipo fue a menos. Con la llegada de Fabio Capello inició el campeonato como titular ante el Deportivo, pero después se fue cayendo de los esquemas hasta acabar la temporada participando únicamente en siete partidos. Eso sí, acabó levantando el título liguero con el Real Madrid, que se impuso en la tabla al Barcelona por dos puntos. Con 22 años, a García Calvo le llegó el momento de decir adiós a la casa blanca para buscar asentarse en Primera División, en un Valladolid donde se hizo con las llaves del centro de la zaga nada más llegar.

Fichaje para sacar al Atlético del pozo

En el equipo pucelano tuvo un crecimiento enorme, llegando con galones y con la titularidad para la Eurocopa Sub-21 de 1998, donde una gran generación de la Selección, con Morientes, Celades, Valerón, Guti, Etxeberria, De la Peña, Míchel Salgado, Ballesteros, Víctor y compañía acabaron levantando el título gracias a un solitario tanto de Iván Pérez en la final ante Grecia. García Calvo volvió a destacar como un central que mandaba en el juego aéreo, achicaba bien espacios y sacaba limpiamente el balón desde atrás. Jugaría tres temporadas más de blanquivioleta, en todas ellas como titular indiscutible, hasta recibir la llamada de Luis Aragonés con una clara misión, devolver al Atlético a Primera.

García Calvo pelea por un balón por Villa en su última etapa en el Valladolid.
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García Calvo pelea por un balón por Villa en su última etapa en el Valladolid.DAVID GONZALEZDIARIO AS

Un año en el infierno había sido suficiente y el técnico regresaba al club reclutando a piezas claves para no pasar más tiempo alejados de la categoría de oro del fútbol español. En un equipo con el Mono Burgos, Santi Denia, Aguilera capitaneando desde la banda derecha, el Petete Correa dejando sus zarpazos desde larga distancia, Diego Alonso haciendo los goles y Fernando Torres dando sus primeros pasos como estrella, García Calvo no se lo pensó pese a que el Valladolid había conseguido la permanencia en Primera. Bajó de categoría y se puso a los mandos de la zaga, pudiendo jugar también como pivote, y disputó 35 encuentros en una temporada donde el Atlético acabó primero y consiguió salir del pozo.

Premio internacional

El papel protagonista del central para completar la misión de Luis despertó el interés de Iñaki Sáez, que le hizo debutar con la Selección absoluta en el amistoso del 21 de agosto de 2002 contra Hungría. También sería de la partida en el encuentro clasificatorio para la Eurocopa 2004 ante Grecia (07/09/02) y en el amistoso frente a Paraguay de octubre de ese mismo año para una participación corta pero intensa como internacional. Como atlético disputaría cuatro temporadas más en Primera, con una participación de más a menos ya que la presencia de Perea y Pablo Ibáñez formó una dupla prácticamente inamovible en la zaga rojiblanca.

García Calvo con la Selección.
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García Calvo con la Selección.JESUS AGUILERADIARIO AS

Como uno de los capitanes del Atlético y tras 124 partidos en el club (seis goles), lo que le otorga una placa en el Paseo de Leyendas colchonero, dijo adiós al club en el verano de 2006 y regresó al Valladolid para ofrecer sus últimas tardes de fútbol. Tres años más en Primera, con papel muy importante en la temporada 2007-08, antes de decidir colgar las botas con 34 años. Aunque no se desligó del equipo pucelano, donde acabaría ejerciendo durante un año de director deportivo.

Fue su último contacto directo con el fútbol antes de dedicarse a sus otras dos pasiones. Y es que su fanatismo por Héroes del Silencio y Enrique Bunbury, al que había podido conocer en persona, le llevó a fundar una banda homenaje al grupo, La influencia de Baco, donde él era el cantante versionando al grupo maño. Llegó a tocar en recintos importantes antes de dar carpetazo a la música. Además, se quedó a vivir en Valladolid y empezó a conocer y estudiar a fondo los vinos de Ribera del Duero y se decidió a encaminar por ese camino su vida profesional. Así creó su empresa que se dedica a la distribución de vinos y productos gourmet, además de ser Grand Ambassador en España de la marca de champán francesa Charles Heidsieck.