El dibujo del Pucela, otra vez en dudas
La más que posible baja de Guardiola puede provocar que Sergio González tenga que renunciar de nuevo al 4-4-2 con el que más cómodo se siente.
Después de puntuar durante tres jornadas consecutivas, el Real Valladolid se encontró con una nueva derrota el pasado fin de semana frente al Atlético de Madrid. Aunque bien es verdad que no se le puede achacar al dibujo, lo cierto es que en el Wanda Metropolitano Sergio González se vio obligado a variar el esquema con el que más cómodo se siente y con el que llegaron los siete puntos de nueve: el 4-4-2. Ante la más que posible baja de Sergi Guardiola, de nuevo de cara al envite ante Osasuna se cierne la duda sobre el dibujo que esbozará el técnico catalán.
Aunque el propio Sergio anunció en rueda de prensa que el delantero balear está haciendo "lo imposible" para poder estar ante los navarros, su ausencia puede conllevar que sobre la pizarra aparezca de nuevo el 4-2-3-1 alternativo en este tramo inicial de temporada... o incluso un 4-1-4-1, formación que desveló el entrenador blanquivioleta como alternativa posible para intentar contrarrestar las armas de Osasuna principalmente por alto, tanto a balón parado como en centros laterales y envíos aéreos.
De optar por esta vía, no sería la primera vez desde el retorno a Primera que el Real Valladolid juega con dicho esquema. Siempre que los defensores estén aptos para la "guerra", como la definió Sergio González, no sería extraño volver a ver a Joaquín como cabecero, por delante de dos centrales (Bruno y Javi Sánchez fueron los titulares frente al Atlético de Madrid) y escoltando a Alcaraz y quizás a Roque Mesa, una pareja que permitió a los blanquivioletas crecer con balón en el Wanda Metropolitano, y que podría repetir, aunque su técnico prefiriera no dar demasiadas pistas al rival.
Otra circunstancia en la que hizo hincapié el entrenador fue en el afán de ganar la espalda a sus defensores, sobre todo a sus laterales, circunstancia que puede dar pie a pensar que optará por alguna baza veloz principalmente por fuera. En este sentido, cualquiera de los futbolistas de que dispone para el lateral derecho puede suponer una amenaza, que, además, podría encontrar un desahogo en labores defensivas en ese 4-1-4-1 en el cabecero por el que se optase, tal y como lo fue Fede San Emeterio en jornadas anteriores. Asimismo, la potencia que mostró Óscar Plano frente al Levante o los movimientos de Jota pueden suponer una línea continuista y, sin embargo, a la vez esa intención ofensiva.
Si en cambio Sergio González optara por el 4-2-3-1, habría opciones de replicar algunas de estas cuestiones, igual que con el 4-4-2, buscando combinar por dentro y crear sinergias, por ejemplo, a partir de Roque Mesa y Orellana, dos de los blanquivioletas más hábiles para ello. El chileno, que fue baja frente al Atlético de Madrid, está restablecido de sus problemas físicos y sigue con la necesidad de dar un paso al frente como uno de los líderes de un equipo que dispone de herramientas suficientes para poner en liza diferentes dibujos incluso pese a las bajas. No obstante, salvo novedad de última hora, ante Osasuna estas no deberían ser cuantiosas, lo que puede permitir que partir con mayores garantías en búsqueda de la que sería la tercera victoria del curso.