Eberl: "No nos consideramos los vengadores de Alemania en España"
El director deportivo del Borussia es el artífice del éxito del histórico alemán, al que le basta un punto ante el Real Madrid para sellar el billete a octavos de Champions.
Max Eberl (nacido el 21 de septiembre de 1973 en la localidad bávara de Bogen) atiende a AS a pocas horas de despegar rumbo a Madrid. El director deportivo del Borussia es el artífice del éxito del histórico alemán, al que le basta un punto ante el Real Madrid para sellar el billete a octavos de Champions por primera vez en su historia.
P: Cuando ingresó en la dirección deportiva en 2008, el Borussia peleaba por no descender. Doce años más tarde se juega el pase a octavos ante todo un Real Madrid.
R: Mi objetivo siempre fue obtener el mayor éxito posible. Es cierto que, en aquel entonces, nos separaban galaxias de unos octavos de Champions. Es un sueño cumplido.
P: ¿Qué ha pasado desde entonces?
R: Después del descenso en 1999, el club estaba muerto. En lo deportivo y en lo económico. Fue la directiva de esa época la que tomó decisiones valientes que terminaron reduciendo la deuda y devolviendo el club a la Bundesliga. Luego, se llevó a cabo la obra de nuestro estadio en 2004, lo que me permitió comenzar mi labor en la dirección deportiva en un club libre de deudas. Tampoco es que tuviera mucho margen de maniobra, pero me aseguraron poder reinvertir todo el dinero que generásemos a través de ventas. Ése fue el momento en el que nos acordamos del ADN del gran Borussia de los 70, que también se construyó sobre la base de canteranos. Nos dedicamos a encontrar y formar jóvenes promesas para ir vendiéndolas y, de esta manera, construyendo un equipo cada vez mejor.
P: Un equipo que ya estaría clasificado para octavos si no se hubiera dejado empatar el partido en los últimos minutos de la ida.
R: He dejado de lamentarme por cosas del pasado en esto del fútbol. Después del sorteo, todo el mundo coincidió en que debíamos luchar por el tercer puesto del grupo. La realidad es que, ahora, nos jugamos el pase a octavos contra, supuestamente, el club más grande del mundo. Lo tuvimos al borde del precipicio en la ida. Sabemos que somos capaces de plantarles cara. Partimos con la posibilidad de clasificarnos sin la ayuda de nadie y queremos aprovecharla.
P: ¿Parte con ventaja por la presión añadida que se palpa en Madrid?
R: Los grandes como Real Madrid, Bayern o Barcelona siempre tienen presión. De hecho, son grandes porque llevan lidiando con esa presión durante años. Quizá no partamos con el mismo cartel que el Madrid, pero eso no cambia nuestras aspiraciones. Queremos plantarle cara y pasar.
P: Un caso que podría complicar el futuro de Zidane en la casa blanca.
R: Solo perseguimos nuestro propio éxito. Siempre me duelen las consecuencias que pueda tener para los demás, pero, en el fútbol, todos pueden resbalarse y caer. Los logros de Zidane al frente del Madrid seguirían estando fuera de discusión.
P: Joachim Löw también parece tocado tras la hecatombe sufrida ante la Selección Española. ¿Cómo afectó el 6-0 al fútbol alemán?
R: Fue un revés para un país de fútbol como el nuestro. Se creía a la selección alemana en el buen camino, en medio de un proceso de reestructuración. Puede que este contratiempo haya sucedido en el mejor momento, teniendo en cuenta que aún queda medio año para la Eurocopa. De lo que no cabe duda, es de que no nos consideramos los vengadores de la selección alemana en España. Partimos ante circunstancias completamente diferentes. Eso sí, el 6-0 dejó huella en Alemania.
P: ¿Qué relevancia toma el pase a octavos de cara a la economía del club en estos tiempos que corren?
R: Como director deportivo persigo, en primer lugar, el éxito futbolístico. No cabe duda de que la participación en Champions está siendo clave para minimizar el daño que está haciendo la crisis, sobre todo si logramos clasificarnos para octavos. Eso sí, ante todo está lo deportivo.
P: La Bundesliga fue ejemplo al ser la primera liga que se reanudó después del parón debido a la propagación del coronavirus. ¿Sigue siéndolo?
R: Bueno, al principio se convirtió en el enemigo común. Se llegó a decir que, cuando, de repente, el dinero ya no corre, el fútbol se va a pique de hoy a mañana. Hay que tener en cuenta que todas las empresas, grandes, medianas o pequeñas, se fueron a pique mundialmente, pero a la gente le dio por usar el fútbol como ejemplo de todo lo malo. Al menos es la impresión que tuve. Por ello, me enorgullece aún más que haya sido el fútbol el que, gracias a mucha estrategia y disciplina, haya devuelto la normalidad al mundo del deporte. Creo que, aquí en Alemania, abrimos el camino y eso quedará para el recuerdo. El Bayern, como campeón del triplete, y la competencia que se llegó a vivir en la Bundesliga la temporada pasada, siguen colocando a la Bundesliga entre las mejores de competiciones de Europa.
P: El martes se renegociaron los ingresos por televisión en Alemania. Muchos piensan que el Bayern sigue ganando desmesuradamente más que los pequeños.
R: Hay que tener en cuenta que los grandes, también, invierten más dinero en la estabilidad de la primera y segunda división de la Bundesliga. El nuevo contrato me parece acertado. Por un lado, garantiza la estabilidad de nuestras ligas profesionales, por el otro valora el rendimiento de cada club. No es posible situar a todos los clubes en el mismo escalón de hoy a mañana. La sociedad se rige tanto sobre el principio de productividad como sobre el de solidaridad, algo que se adaptó en el nuevo contrato. Se persigue más igualdad de condiciones entre clubes en los primeros dos años, en los dos siguientes cobrará más protagonismo el rendimiento de cada uno.
P: ¿El rendimiento del Bayern es mayor porque se despacha de los demás equipos?
R: En todas ligas existen y siempre existieron clubes que no tienen necesidad de vender. Esta discusión no es nueva. En los años ochenta, la gente ya se quejaba de que el Bayern arrebatara los mejores jugadores al Werder Bremen. Hay que tener en cuenta que no se puede privar a jugadores de jugar en un club que pelea por Bundesliga y Champions año tras año. En el mundo de la economía, ocurre lo mismo. Las multinacionales se sirven de empresas más pequeñas. Es lo que tiene el principio de rendimiento. En lo que compete a nuestro club, simplemente decir que hemos logrado arrimarnos a los grandes sin ningún tipo de inversor, jeque o fábrica detrás. El buen trabajo siempre tiene frutos.
P: Pero no es suficiente para destronar a un Bayern que es campeón por octava vez consecutiva.
R: Es obvio que nadie está contento con ese dato. Sin querer restar importancia a la gran labor que se está llevando a cabo en Múnich, no ayuda a mantener la emoción en nuestra liga. Pero para volver al debate sobre el contrato televisivo: la cosa no cambiaría quitándole cinco millones al Bayern para dárselos a un club pequeño. Tenemos que tratar de contar con más equipos top en Alemania que tengan más posibilidades para ser capaces de romper el dominio del Bayern. Dortmund y Leipzig son dos clubes que no paran de plantarle cara. Todos deseamos que alguien, finalmente, sea capaz de discutir el título al Bayern.
P: Hace poco estuvo a punto de ingresar en el área deportiva del Bayern, ¿cierto?
R: Cosas del pasado. (risas)
P: Ahora son jugadores como Florian Neuhaus o Dennis Zakaria los que suenan en Múnich.
R: Nunca nos gustará tener que desprendernos de nuestros jugadores, pero cada club tiene sus límites. Nosotros, también. Siempre intentaremos retener a jugadores buenos y, ahora, ocurre lo mismo. Estamos trabajando en ello, tal y como hicimos en su momento con Marco Reus o Marc-André ter Stegen.
P: ¿Sigue en contacto con el guardameta del Barcelona?
R: Nunca se rompió. Estamos muy orgullosos de haber podido formar a un portero excelente como es. Emprendió su viaje, terminó convirtiéndose en uno de los mejores del mundo y, a la vez, en una de las tarjetas de visita de nuestro club. Está claro que será uno más apoyándonos cuando nos enfrentemos al Real Madrid.