El reto imposible que ya acecha en Segunda División

Ya han pasado veinte temporadas desde que la competición en Segunda División cambiara por completo. Antes, bajaban solamente los dos últimos desde Primera y el tercero y cuarto por la cola se jugaban unas eliminatorias con los tercer y cuarto clasificados de la categoría de plata para decidir los ascensos finales. Claro, que aquello solía beneficiar a los de primer rango, porque su presupuesto era considerablemente mayor. Hablamos de la temporada 98-99. Ya en la 99-00 se impulsó el formato actual: los tres peores se despiden de la élite. Desde entonces, ha pasado un tiempo más que suficiente para que suceda el reto imposible que a continuación se va a plantear. Y sí, imposible, porque tanto después, aún no ha sucedido ni una sola vez. Pero en el horizonte de LaLiga SmartBank 2020-21 ya se otea una posibilidad más que real: el regreso, por primera vez, de los tres recién llegados.

Quizás es el año del COVID-19 el que le da una oportunidad histórica a Espanyol, Mallorca y Leganés. Quién sabe si lo lograrán, pero, lo cierto, es que 16 jornadas después han mostrado un poderío descomunal y sus plantillas y rendimientos todo parece indicar que les llevarán a un progreso ascendente. Sin ir más lejos, tras la conclusión de la cita intersemanal, los tres comandan la clasificación. Eso sí, la enorme competitividad que hay en la Segunda División y la dificultad de perforar la portería rival no les da demasiado margen para con sus rivales más directos. El Almería apunta a ser el contrincante más feroz. El Sporting, que ha firmado un gran arranque de temporada, también es aspirante. Queda por ver la regularidad que puedan encontrar equipos como la Ponferradina, el Málaga, el Rayo Vallecano o el Girona de Sylla y Stuani. Otros contendientes en potencia como el Real Zaragoza o el Alcorcón a lo mejor ya se quedaron demasiado atrás.

Por sorprendente que parezca, la gran mayoría de equipos que descienden no consiguen ascender al año siguiente. La sorpresa no es únicamente por criterios futbolísticos. LaLiga 'indemniza' a los clubes que se despiden de la categoría reina con una importante cantidad de millones para que puedan cuadrar presupuestos, mantener a algunos de sus jugadores más preciados y no verse obligados a desprenderse de gran parte de sus plantillas. Así el Espanyol ha podido mantener a élites de la talla de Raúl de Tomás o Embarba y el Girona pudo hacer lo propio con Stuani la pasada temporada. Aun así, no es un dictamen categórico: el Mallorca tuvo que vender a Budimir, los pericos despidieron a Marc Roca rumbo Múnich...

Motivos para creer

Antes de dar comienzo la nueva temporada de LaLiga SmartBank, el Espanyol era considerado el gran favorito por el hecho de mantener en roster a los Embarba, RDT, Darder, Cabrera y un largo etcétera. Así lo demostró desde la jornada 1, ganando partidos sin despeinarse y teniendo en Diego López un muro prácticamente infranqueable. Llegó la mala racha, algo natural ante las exigencias. Puede que fuera fruto del calendario. Ni los más optimistas confiaban en sumar nueve puntos de visitar el Fernando Torres de Fuenlabrada, recibir al candidato Girona y visitar Butarque. Tampoco los más pesimistas esperaban que los de Vicente Moreno solo sacasen un empate de rédito. Ya lo han solucionado con triunfos ante Zaragoza y Cartagena, si bien les ha costado la primera plaza que defendían casi desde el primer día con ahínco.

Su sucesor es ahora el Mallorca, que va camino de firmar unos registros goleadores históricos. No a favor, donde los de Luis García Plaza sufren horrores para resolver los partidos. Algo tuvo que ver la marcha de Budimir, que no cesó en su empeño de jugar en Primera División. Aun así, los bermellones mantuvieron bloque con Baba, Dani Rodríguez, Raíllo o Valjent de caras habituales. El portero Manolo Reina sigue y lo hace, además, pletórico. 16 jornadas después, ver para creer, los recién descendidos solo han encajado ¡¡tres goles!! Para colmo, Abdón Prats marcó de chilena en el descuento en la visita a los Juegos del Mediterráneo. Les sale todo y van lanzados de cara a volver a Primera. Pero la Segunda da muchas vueltas y la falta de puntería aún les puede jugar una mala pasada.

El que más dudas podía dejar a priori de los tres era el Leganés. Pese a que finalizó el campeonato con pundonor y alta estima, multitud de voces ya apuntaban a la falta de gol como principal problema. Llegó Borja Bastón, en duda por su irregular rendimiento años atrás. Por ahora, la faceta goleadora no la está resolviendo tanto él, sino Sabin Merino, un nuevo descubrimiento a la hora de perforar redes. Martí, pese a su currículum, no llenaba las expectativas de Garitano, al que se tentó para cumplir la fábula del hijo pródigo. Tampoco ayudaron las tres derrotas en los cinco primeros partidos. Pero Butarque, aun sin su fiel grada, es la fortaleza de los campeones. Tras nueve encuentros, el Lega ha ganado ocho como local. 18 goles a favor no es una cifra magistral. Tampoco los 12 en contra con respecto a sus rivales, pero están en la pelea y ya seis puntos por encima de la séptima plaza.

La historia no está con ellos

Desde que se implantara el sistema actual, un total de 60 equipos han visto marchar su sueño de jugar en Primera División y han regresado a Segunda con la ilusión de remontar. La mayoría de ellos, fuera cuando fuera, lograron volver. Pero muy pocos lo hicieron en el primer año, algo que condicionó enormemente su potencial económico y echó por tierra los proyectos fabricados con anterioridad. Concretamente, solo 14 consiguieron la gesta del bajar-subir y en dos temporadas dos de ellos lo firmaron conjuntamente. Tal y como está el panorama, sería toda una sorpresa que no hubiera dos ascensos entre Espanyol, Mallorca y Leganés, aunque todavía queda mucho y las distancias son mínimas.

Además, es un año anómalo. Los grandes clubes no se han podido reforzar como temporadas atrás por la crisis y los recién descendidos han podido retener a sus colosos, también fruto de la falta de ofertas mareantes. No pasó así en la 2016-17, cuando el Levante y el Getafe ascendieron nada más bajar. El único que se quedó por el camino fue el Rayo Vallecano. El Girona fue el agraciado. Hay que remontarse hasta la campaña 2000-01 para encontrar un caso igual. En aquel entonces descendieron Betis, Atlético y Sevilla y La Giralda pudo presenciar el éxito de sus dos clubes solo unos meses después. El conjunto colchonero se quedó a las puertas, en la cuarta posición, algo que hoy en día le hubiera dado derecho a disputar el Playoff (éste se instauró en la 2010-11). El Tenerife fue el que le hizo esquivar la gloria. Sin ánimo de predecir, el dato presentado a continuación no parece que se vaya a dar en esta particular campaña: en ocho de veinte temporadas ninguno de los descendidos consiguió regresar.