Rubén de Tomás: "Me imagino en Primera División jugando con o contra mi hermano"
El hermano de la estrella del Espanyol tiene 20 años, juega en el San Sebastián de los Reyes, en Segunda B, y cuenta a AS sus inicios y momento actual.
Hace unos cuatro años aproximadamente, cuando Raúl de Tomás, futbolista del Espanyol, empezó a destacar en Segunda División, se popularizó un mote que finalmente ya se ha quedado para él, el de ‘RDT’. Sin embargo, no es el único al que llaman así, ya que comparte sangre y pasión por el fútbol con Rubén de Tomás, su hermano.
Pertenece al San Sebastián de los Reyes, conjunto madrileño que va segundo en el subgrupo A del grupo 5 de Segunda B, y que ha comenzado la temporada de manera increíble. Tiene apenas 20 años, pero ya apunta alto: “Mi familia me ha enseñado a soñar a lo grande, y al final es como se consiguen las cosas. Me imagino, ojalá, en Primera División jugando con o contra mi hermano. Y sobre todo seguir creciendo como persona con humildad, trabajo y sudor, y que mi familia se sienta orgullosa”, explica a AS.
“Al final lo llevas en la sangre. Mi abuelo, mi padre, mis tíos y mi hermano han jugado. Es con lo que nos hemos criado. Mis primeros recuerdos son jugar en el patio con mi hermano y crecer con la pelota. Me levantaba con la idea de jugar en el colegio al fútbol”, cuenta. De ahí pasó al Alcobendas, y después ha estado en el Guadalajara, el Valladolid, el Rayo Vallecano, y finalmente en el San Sebastián de los Reyes.
Un extremo humilde y soñador
“Mis padres me enseñaron a ser positivo. Juegues más o juegues menos siempre se puede sacar algo de todo”, afirma el jugador, consciente de que está en el comienzo de su carrera y toca trabajar. Rubén de Tomás se desenvuelve en la posición de extremo, tanto en la izquierda como en la derecha, aunque también se adapta a la posición de punta.
Su actual club habló de él a la hora de anunciarlo como un jugador “con mucha potencia y velocidad, buen llegador al área, con buen disparo desde larga distancia”, muy parecido a cómo se ve él: “Un jugador fino, con mucha técnica, muy buena visión de fútbol, y sobre todo muy competitivo, me gusta competir”.
Además de admirar a jugadores como Cristiano Ronaldo o Coutinho, a la hora de mencionar un referente lo tiene claro: “Mi ídolo es mi hermano Raúl. Es la persona a la que más me intento parecer o de la que más cosas intento coger”. “Su máximo don es ser un goleador nato, que lo demuestra cada fin de semana. Es difícil de imitar. A muchos jugadores de Primera y Segunda les cuesta ser tan goleadores”, reconoce.
Su familia, determinante en su crecimiento como jugador
Su padre, Raúl de Tomás Brasero, fue jugador del San Sebastián de los Reyes, el Tomelloso, el Pegaso, el Yeclano o el Torrevieja, y le aconsejó firmar por un club donde él ya había estado: “Él me comentó que en su juventud pasó por aquí, que era muy buena idea. Era otra época también. Pero para salir del cascarón, de la etapa juvenil, era un buen sitio para formarme, y no se equivocaba, tiene toda la razón”.
Por otro lado, su carrera ha ido muy pareja a la de su hermano. Juntos fueron al Valladolid, y después lo acompañó en su llegada a Vallecas, donde Rubén de Tomás jugó en el juvenil y pudo disfrutar del primer equipo como recogepelotas. “Como mi hermano jugaba en el primer equipo, me encantaba ir a verle y me quedaba con muchas cosas de él. Verle desde abajo es totalmente diferente y me quedaba con movimientos, golpeos, gestos, y también de otros muchos jugadores que han pasado por Vallecas”, describe a AS.
Una carrera en progresión y con sueños por cumplir
Su etapa con Raúl de Tomás en el Valladolid fue de aprendizaje: “Salir de casa, de mi hogar, al principio fue duro, pero fue una etapa bonita. Estoy muy agradecido”. “Volví a casa, volví con mi familia”, valora de su fichaje por el Rayo Vallecano. Sin embargo, el director deportivo del Sanse, Javi Casquero, le abrió las puertas a un paso más en su crecimiento.
“Cuando salí de la etapa juvenil fueron los primeros en contar conmigo y siempre estaré agradecido. Es un club que se nota a simple vista que quiere crecer, que va a crecer, y es un buen lugar para los jóvenes y para la gente que está terminando su carrera”, cuenta a AS de su club.
Además de triunfar con sus actuales compañeros, es lógico que de cara al futuro su familia y él sueñen con un encuentro entre hermanos: “Juntos sería un bombazo y sería un plus de mucha energía para la familia, orgullosa de sus dos hijos. Ojalá sea en Primera División”.
Estuvo muy cerca de producirse un enfrentamiento fraternal en la pasada edición de la Copa del Rey, en la que Sanse y Espanyol jugaron la eliminatoria previa a los dieciseisavos de final. El conjunto catalán salió victorioso, con gol de Raúl de Tomás incluido, y Rubén se quedó sin jugar: “Fue una pena, porque nunca sabes cuándo vuelves a reencontrarte con tu hermano. Sé que la vida nos tiene algo preparado y podré jugar contra él”.
Inicio de competición casi inmejorable
“El míster está contando en la medida de lo posible conmigo, siempre estoy entrando. Es todo felicidad, hay muy buen grupo, y al final ganamos todos y perdemos todos. Es un premio jugar 15, 20 o 25 minutos en una categoría como esta y en un grupo como el mío”. Así describe Rubén de Tomás su situación actual, ya que ha participado en tres encuentros saliendo desde el banquillo.
Su equipo, que la pasada temporada se salvó del descenso por el parón de la competición, ha cambiado radicalmente. Van segundos, a tres puntos del líder, el Rayo Majadahonda, con 13 puntos de 18 posibles y cuatro victorias consecutivas. “Soñamos siempre con subir a Segunda, pero la Segunda B Pro sería un gran paso para el club en general y para la plantilla. Tenemos equipo para ello, pero no estamos obsesionados. Seguramente con este buen inicio que hemos tenido acabemos logrando grandes cosas”, valora el atacante.
Tras disputar 10 encuentros la campaña anterior, espera poder ser más partícipe de los éxitos actuales del Sanse y se queda con todo lo bueno: “Al final son años duros para una persona joven como yo, pero estoy aprendiendo mucho. Aunque no estoy jugando todo lo que deseo, la vida es muy larga, y estoy aprendiendo de muy buenos jugadores y gente muy profesional”.