Movimientos accionariales hacia ningún sitio en el Betis
Algunos opositores a la gestión actual se preparan para intentar un cambio en el Consejo. Quieren a Serra de mascarón de proa. Pero los actuales rectores no ven peligro.
La penosa imagen del Betis en los últimos partidos ha dejado al equipo más cerca del abismo que de la ilusión europea que se había vuelto a sembrar con la llegada de Manuel Pellegrini al banquillo. Esta continuidad de lo mediocre en lo deportivo, unida a la asfixiante situación económica, han provocado que algunos accionistas relevantes se muevan, todavía en la sombra, para intentar montar una alternativa de poder antes de la Junta del día 21 de diciembre.
La intención de estos accionistas, entre los que se intenta aunar a Caro Ledesma, Manolo Castaño o las familias Galera y Salas, es llevar como mascarón de proa al exentrenador y exvicepresidente deportivo Lorenzo Serra Ferrer, que dispone asimismo de un importante 1 por ciento de los títulos. Entre todos podrían acercarse al 20 por ciento lo que, unido a muchos minoritarios descontentos, daría más de un 25 por ciento de las acciones con los que pedir un cambio del Consejo que presiden y en el que mandan en presidente Ángel Haro y el vicepresidente José Miguel López Catalán.
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Sea como fuere, desde el club se está seguro de que los opositores no dispondrían en ningún caso del porcentaje suficiente como para darle un vuelco al gobierno actual. Sólo sería posible mediante un acuerdo con alguna gente que todavía está dentro de la entidad. Haro, Catalán, consejeros y accionistas que están en el Villamarín y las peñas que les apoyan alcanzarían según algunas fuentes entre el 30 y el 35 por ciento de los títulos.
En apenas 20 días, al amago de oposición que se está formando ahora mismo no le daría para buscar mucho más apoyo entre los pequeños accionistas que no suelen acudir a las Juntas. El cambio en el Consejo, además, no se puede votar de manera telemática como sí ocurre con los otros puntos de día, con lo que los minoritarios que quisieran el cambio tendrían que sindicar con otros, con la burocracia que ello implica.
