La decepción casi secreta de Manuel Pellegrini en el Betis
El club aseguró al chileno que vendería para reforzar el equipo, pero no hubo buenas ofertas y Cordón, el nuevo director deportivo, trajo sólo a cuatro jugadores libres.
Una racha de malos resultados ha colocado al Betis a dos puntos del descenso pero Manuel Pellegrini continuará en Heliópolis, seguramente hasta que él mismo se harte porque la asfixia económica que vive el club verdiblanco no da para pagarle al chileno un finiquito de varios millones de euros. Así que, como desde que comenzó esta temporada, todo seguirá siendo un todo o nada a la capacidad de El Ingeniero, cuyo equipo comenzó la temporada proporcionando cierta ilusión a los aficionados pero que a día de hoy y después de 7 derrotas en los últimos 9 partidos tiene más pinta de sufrir por la permanencia que de mirar a los puestos altos de la clasificación.
La cosa ya partió torcida con Pellegrini, en todo caso. Días después de su contratación para el banquillo llegó también al Benito Villamarín Antonio Cordón, otro de esos "directores deportivos profesionales" (palabras de los propios dirigentes), con la primera misión de reforzar la plantilla. Al técnico se le aseguró que el club vendería algún activo para poder reforzar con dos o tres futbolistas de empaque y competitivos, titulares todos ellos, un equipo que había quedado el 15º la temporada pasada. Se esperaba recaudar entre 15 y 25 millones de euros con los que reformar el once inicial. Al menos en algunos puestos clave.
Ni Carvalho ni Loren, los que se consideró más transferibles, dejaron nada en caja. El portugués tiene una ficha inasumible en la mayoría de los sitios, incluso para muchos clubes de la poderosa Premier League, aparte de su amortización importante tras pagar un traspaso de entre 16 y 20 millones hace algo más de dos años. El delantero marbellí no quiere marcharse a cualquier sitio, y con razón: a día de hoy, ha vuelto a demostrar que tiene que ser titular en este Betis.
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Tampoco Nabil Fekir, por el que se pidieron 50 y se quieren ahora al menos 40 millones de euros, salió de la plantilla para que pudieran venir refuerzos importantes. Así que el nuevo director deportivo trajo a Montoya, Miranda y Víctor Ruiz para la defensa. Todos libres o cedidos, ninguno titular. Tampoco hubo que pagar traspaso por Claudio Bravo, que en principio mejoraría la portería. El problema es que Bravo tiene casi 38 años y ya lleva dos lesiones relativamente importantes en unas pocas jornadas. "Me acabaréis felicitando por los fichajes", se defendió Cordón en una conferencia de Prensa. Aquello sonó como una broma entonces y ahora parece ya casi una temeridad.
Pellegrini se siente decepcionado por el mercado de fichajes. No se queja airadamente, pero tampoco lo oculta. Antes de jugar contra el Eibar insistió en que "el año pasado se gastaron 100 millones en refuerzos y en éste han venido cuatro jugadores libres". Otras veces ha sido incluso más explícito, eso sí. Justo antes de que se cerrara la ventana a principios de octubre, El Ingeniero no tuvo reparos en afirmar que él y sus ayudantes "habrían esperado" un poco más en la configuración de la plantilla.
Ya no espera nada, directamente. Tampoco en enero. En lo que muchos han entendido como otra crítica velada, en una forma de separar la actuación de los dirigentes Haro y Catalán y del director deportivo Cordón de la suya propia, justo antes de caer otra vez ante el Eibar el entrenador chileno afirmaba con rotundidad que no vendría "nadie" en el mercado invernal "por la situación económica". Sin aparentes soluciones tácticas y con una plantilla que parece no dar una a derechas, sin la estrella Sergio Canales aún para varios meses, la llave del futuro del Betis sigue en manos de un Pellegrini frustrado.