Stéphanie Frappart, la árbitra que rompe el techo de cristal en el fútbol masculino
La trencilla francesa sigue haciendo historia y será la primera mujer en pitar un partido de Champions. También fue pionera en la Europa League y la Supercopa de Europa.
El fútbol ya no es solo cosa de hombres. Pero dicha afirmación no es solo por el cada vez más emergente fútbol femenino, sino por la irrupción de mujeres dentro de la categoría masculina. La prueba de ello es Stéphanie Frappart, la árbitra francesa que está rompiendo todos los techos de cristal y siendo una referente para futuras generaciones de niñas que podrán soñar sin complejos con ser la protagonista de una final de Champions, Europa League, Supercopa y de Mundial. Para lograrlo solo bastará ser el o la mejor en el arbitraje, sin importar el sexo.
Stéphanie Frappart (Valle del Oise, Francia, 1983) dio sus primeros pasos en el fútbol como jugadora de fútbol. Lo hizo en el AS Herblay. No fue hasta los 13 años cuando probó por primera vez como trencilla. "Sentía vocación desde niña por el arbitraje", admitió Frappart a L'Equipe, donde también desveló que parte de culpa la tuvieron dos de sus hermanos, que también ejercían de trencillas. Pudo mantener la faceta de futbolista y de árbitra hasta que inicio sus estadios de Ciencias de la actividad física y del deporte. En ese momento se vio en el dilema de apostar por seguir en el césped dando patadas al balón o pitando. "Hay que ser muy apasionada para quedarse en el arbitraje cuando te insultan cada fin de semana en los niveles más bajos. Yo era terca como una mula y siempre he vivido en un mundo de chicos", admite Frappart.
Y así fue como apostó por su sueño y su vocación. Ser árbitra pese a que apenas había existían referentes femeninos en dicho gremio y pese a que nunca habían estado en lo más alto. Siguió su camino, asciende categorías mientras tenía como referentes a la colegiada suiza Nicole Petignat, primera mujer en pitar en la Copa de la UEFA (2003), y la alemana Bibiana Steinhauss, primera trencilla femenina en alcanzar la primera división de una de las grandes ligas. Siguió sus pasos y en 2010 logró ser profesional y en 2011 internacional. Desde entonces fue adquiriendo un gran protagonismo en competiciones de UEFA y FIFA en categoría femenina: dirigió en 2012 partidos del Europeo Sub-19 y en 2015 del Mundial de Canadá. En 2018 tuvo la oportunidad de dirigir la final del Mundial Sub-19 femenino en la que se impuso la selección de Japón a España y en 2019 lograría pitar la final del Mundial Femenino entre Estados Unidos y Holanda.
Éxito en el fútbol masculino
Fuera del fútbol masculino también logró ascender categorías desde antes. En 2014 logró alcanzar la Ligue 2, segunda división francesa, y en abril de 2019 fue designada para el duelo entre el Amiens y el Estrasburgo de Ligue 1, convirtiéndose en la primera mujer en pitar un partido en la máxima categoría del fútbol francés. Para la siguiente temporada, la 2019-20, ya sería una habitual de la Ligue 1 tras culminar su ascenso. Ese se trató uno de sus grandes logros en un "mundo de hombres", que diría la propia Frappart. Pero su calidad en el mundo del arbitraje hizo que no importase el sexo y lo inédito de ver a una mujer pitando en Europa. Por ello, UEFA decidió que ella, por sus cualidades como trencilla y tras su gran actuación en el Mundial femenino, era la idónea para que en agosto de 2019 fuese la primera mujer en pitar una final de la Supercopa de Europa. Lo hizo en un duelo entre el Chelsea y el Liverpool y lo superó con nota pese a la gran expectación y presión que existió sobre ella. "Había tanta presión para este momento histórico… Mantuvo la calma e hizo lo que quería, lo que tenía que hacer. No podría tener más respeto por Stépphanie Frappart", admitió Klopp, entrenador red, tras el partido.
Roberto Rosetti, el jefe de los árbitros en UEFA, mostró su satisfacción por la presencia de Frappart en finales como la de la Supercopa de Europa: "Si inspira a miles de mujeres a seguir su camino, la UEFA estará feliz". El turco Çakir, uno de los mejores trencillas a nivel europeo, destacó la figura de las mujeres dentro de su gremio: "Hemos hecho muchas sesiones de entrenamiento juntos, hombres y mujeres, hacemos las mismas pruebas físicas. Ellas son realmente valientes y no tienen miedo a tomar decisiones impopulares". E incluso Ceferín, presidente de la UEFA, mostró su satisfacción por el logro que suponía para las mujeres la presencia de Frappart: "Espero que el ejemplo de Stéphanie sirva de inspiración a millones de niñas y mujeres de toda Europa y les demuestre que no deberían existir barreras para alcanzar sus sueños".
Pero, pese a lo grandioso de aquel momento, y que parecía que ya había tocado el techo, la cosa no se quedó ahí. Frappart sigue haciendo historia, rompiendo el techo de cristal y demostrando que está entre los mejores árbitros de Europa. En 2019 fue nombrada por la IFFHS como la mejor árbitra del mundo y en el inicio de esta temporada 2020-21 ha logrado diversos hitos. El 6 de septiembre pitó el Malta-Letonia de la Nations League, siendo la primera mujer en pitar un encuentro internacional masculino y en octubre la UEFA la designó para el Leicester-Zorya Loujansk y el Granada-Omonia de Europa League. Ahora, sigue haciendo más grande su carrera, ya que la UEFA la ha elegido para pitar el Juventus-Dinamo de Kiev de la Champions League de mañana miércoles. Será la primera mujer en hacerlo en la máxima competición europea. Un hito más, otro techo de cristal que rompe, pero no lo último que logrará. Sthépanie Frappart seguirá haciendo historia, ha demostrado que las mujeres también tienen hueco en el fútbol masculino. Y ha demostrado a millones de niñas que ellas también podrán hacerlo.