Un pequeño paso para Guadalupe, un gran paso para el futbol.

Resulta extraño que en el año 2020 sea noticia la participación de una mujer como parte del equipo arbitral en competición masculina internacional. Soy el primero en abogar como se ha planteado en otras ocasiones, por la necesidad de separar las diferentes practicas deportivas por razón de género, pero no alcanzo a comprender como esta integración en materia arbitral no se ha dado antes.

Esta semana se anunciaba por parte de la RFEF la designación de Guadalupe, como parte del equipo arbitral encabezado por Estrada Fernández para dirigir el partido de Europa League entre el LASK y el Ludogorest este jueves en Austria. Este es solo un paso más para la extremeña, Internacional desde 2014, con experiencia en las competiciones internacionales femeninas como la Champions League y que ascendió a Primera División en 2019 convirtiéndose también en la primera árbitra en debutar en la máxima categoría nacional.

Un camino recién abierto por la francesa Stephanie Frappart, que hace tan solo unos días se convirtió en la primera mujer en dirigir un partido de la fase de grupos de la Europa League que enfrentaba al Leicester y el Zorya.

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"Todas las chicas que empiezan pueden ver que se puede lograr cualquier objetivo que se propongan. Es un mundo muy duro, pero todo se puede conseguir con trabajo y sacrificio", afirmaba Guadalupe.

Efectivamente es un mundo duro y pioneras como Guadalupe, ayudan a que no lo sea tanto para las que sigan su estela, pero no hay que echar la vista muy atrás para comprobar como una “minoría muy ruidosa” utiliza el futbol y el deporte para de manera absolutamente reprobable atentar contra la integridad y los valores del deporte haciendoselo aún más duro.

A finales de 2018, los medios de comunicación se hicieron eco de los vergonzosos insultos que llegaban desde las gradas en un partido de tercera división entre el San Cristóbal y el Llangostera tales como "Vete a fregar", "¿quien se la cepilla del equipo?". Este tipo de insultos parecen no diferenciar entre categorías o divisiones, ya que ese mismo año Nicole Ramos de 17 años denunciaba que en un partido de alevines también había sufrido este tipo de ataques desde la grada, lo que nos hace preguntarnos que tipo de educación pueden estar dando esos padres con su ejemplo.

Tras estos casos, la propia RFEF decidió emitir una campaña contra la violencia hacía estas árbitros, pero 2019 no fue un mejor año en este sentido y Alexandra García acabo aguantando insultos de esta índole en un partido de Juvenil A entre la Unión Deportiva de San Lorenzo de El Escorial y el CUC de Collado Villalba donde su madre apenada incluso fue increpada entre el público.

En ocasiones este tipo de acoso a árbitros trasciende el terreno de juego como le sucedió a Fernanda Colombo que recibió a través de Instagram una proposición para tener encuentros remunerados como escort por un mínimo de 7000 reales (algo más de 1000 euros), que como ella misma explico "Me hizo sentir una basura".

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Estos hitos de Frappart y Porras son verdaderamente importantes y curiosamente coinciden con la retirada de Bibiana Steinhaus de la Bundersliga. Bibiana salto a la fama tras un encontronazo con Pep Guardiola en 2014, pero eso no debe hacernos olvidar que fue la primera arbitro en una máxima categoría de las cinco grandes ligas. Steinhaus se despidió como se merecía, arbitrando la Supercopa entre el Bayern y el Dormund, pero como lamentablemente no parece pudiera ser de otra forma, empañada por una nueva polémica. En este caso la cancelación de la emisión de este partido en Irán por su papel como colegiada y dejando en el aire el motivo de su adiós; "Ya explicaré por qué" decía en su despedida.

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Confiemos en que cada vez esta integración y este paso de Guadalupe sea más habitual, y el camino que deben superar sea algo menos duro erradicando estas conductas que nada tienen que ver con el futbol y estableciendo unos protocolos y una verdadera lucha contra el acoso que sufren estas colegiadas.