Casillas, tras el infarto: "Tenía una sensación de resentimiento por dentro descomunal"
El Santo rememora en 'Colgar las Alas', de Movistar+, su paro cardíaco: "Jamás he vuelto a dormir boca abajo. Las noches las pasas con angustia".
La serie-documental 'Colgar las alas' se estrenó hoy en Movistar+ y consta de seis capítulos, en los que se ha empleado más de un año, con cien horas de grabación, para dar forma y culminar una producción en la que el propio Iker asegura haber “puesto mucha ilusión”. Con testimonios como Xavi Hernández, Sergio Ramos, Andrés Iniesta, Zidane, Carles Puyol, José Mourinho o Rafa Nadal y de su propia esposa, Sara Carbonero. En el estreno se trató el día que le dio el infarto y su posterior recuperación, en el primer capítulo; y su debut en el Real Madrid, en el segundo capítulo. "Poder demostrar a la gente que después de tener un percance así se puede salir adelante. También hay incertidumbre. No tengo las ideas claras, vas cambiando. He escuchado muchas veces que no tengo necesidad, pero a los que nos ha gustado competir toda la vida y superar retos. Somos así", manifiesta Iker.
Primer capítulo
El infarto. "El 1 de mayo de 2019 hago lo que hacía todos los días. Salimos a entrenar y tenemos la costumbre de dar dos vueltas al campo. Tengo la sensación durante medio segundo como que te sabe diferente cuando intento coger aire. Cuando voy con el equipo, me noto que me falta el aire. En mi cabeza pienso que es alergia. Luego empiezo a tener otra sensación, que se me oprime el pecho y noto que no puedo respirar. Me tumbo en el suelo y digo que no puedo. Es como estar en una piscina de dos metros, estás en el fondo, quieres salir y no puedes. Era una angustia. Cada vez me faltaba más el aire. Cuando íbamos camino del hospital siempre pensé que era algo de la alergia, no pensé que iba a derivar en un infarto. Pregunté a la doctora si me iban a abrir el pecho. Noté el catéter hasta mi pecho y notas como una hormiguita. Hay un momento difícil cuando me metieron el líquido de contraste y le decía al doctor que no aguantaba, que me estaba quemando, pero el doctor me tranquilizó y me dijo que tenía que aguantar 30 segundos".
Miedo. "Si me pasa el día anterior me pasa en mi casa, si aguantas, no tomas una decisión. Seguramente me habría quedado en el sitio. Jamás he vuelto a dormir boca abajo. Las noches las pasas con angustia y hasta un estornudo es un drama. El doctor me decía, Iker, no te vas a morir. Y hubo un día que ya de la angustia que tenía, dije: mira, me voy a dormir, y si no me despierto pues no me despierto, pero voy a intentar descansar".
La recuperación. "Salí a pasear una semana después por recomendación del médico y me dijo que sólo diez minutos. Yo le dije que no tenía para empezar con eso. Pero me cansé mucho y llegué desanimado a casa porque te ves débil, flojo. Te ves desprotegido. Me acuerdo que fui a Madrid con el doctor Serratosa y en una sesión de recuperación, cuando me tocó hacer un ejercicio simple de fuerza, lo pasé fatal. Tenía una sensación de resentimiento por dentro descomunal".
Segundo capítulo
Debut en San Mamés. "Estábamos los dos solos en el autobús (con Toshack), se me acerca a mí, me pregunta por cómo estoy y me dice que mañana voy a jugar en San Mamés. 18 años en esa portería lo hace poca gente. ¿Qué hago yo jugando contra esta gente? Yo lo viví como si estuviera en un sueño".
Navalacruz y Móstoles. "Me alimentaba sólo de patatas fritas y mi madre estaba preocupada de que me diera una anemia. Mi padres eran bastante estrictos con el tema de las compañías y apenas me dejaban salir de la urbanización (en Móstoles). Estaba jugando al fútbol en Móstoles y a través de un amigo de mi padre consiguió que me hicieran las pruebas en el Madrid".
Inicios en La Fábrica. "Manolo Amieiro es el que pide a Vicente que me subiera a entrenar con ellos, cuando tenía 13 años entrenando con porteros de 18, pero me sentía bien. Tu nombre empieza a sonar mucho más por la Ciudad Deportiva, la Selección y la cosa se pone seria. Me acuerdo cuando ganamos el Europeo Sub-16 y yo regresé a mi cole. Mi profesora Antonia Segura, delante de la clase, me brindó un aplauso, pero paró y dijo: "De esto no se vive".
Primeras convocatorias. "Era un 25 ó 26 de noviembre y el Madrid era una época que estaba mal. Yo despotricaba de todos: Suker no está bien, tampoco Mijatovic... Me llamaron al instituto y me dijeron que tenía que ir a Noruega. Cuando entro al hotel Alameda me encuentro a Suker, Mijatovic y compañía, que acababa de criticar dos horas antes".
Mundial Sub-20. "Estuvimos el mes de abril fuera de casa, en Nigeria. Viviendo experiencias maravillosas. Iñaki Sáez apostó por Aranzubía y por mí, yo era el pipiolo de esa generación. Era una locura y luego cuando volví a Madrid, otra vez al Madrid C. Manolo, mi padre, el otro me decían que no se podía vivir del Mundial Sub 20".
Primeros partidos con el Madrid. "Me sentí jodido porque después de San Mamés, que bueno estuve bien sí, pero nadie se iba a acordar por un partido. Luego vinieron tres goles encajados contra el Olympiacos, el gol de Djalminha desde 30 metros... Pensé que se me iba a escapar la oportunidad que estaba viviendo. Me lo tomé como un aviso".