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Adrian Mutu, la estrella que apagaron Mourinho y las drogas

El rumano tenía un gran porvernir, pero su comportamiento fuera de los terrenos de juego dominó su carrera. "Estoy en conflicto con Mourinho", llegó a decir.

Adrian Mutu y Frank Lampard.
STRINGER/UKREUTERS

2003. Adrian Mutu es uno de los delanteros más temidos del por entonces presente y su futuro asusta. Con 24 años llega al Chelsea tras brillar en el Parma (22 goles en 36 partidos) a cambio de unos 22 millones de euros, cantidad potente tiempo atrás. Llega y besa el santo: cuatro goles en sus primeros tres partidos con la elástica azul. Ranieri estaba al frente de ese Chelsea y para él solo tiene palabras amables nuestro protagonista años después ("un gran entrenador que me quería en el equipo. Sin problemas personales, todo habría sido diferente", dijo este junio a la BBC). Sin embargo, para su siguiente técnico no guarda palabras tan amables.

"Estoy en conflicto con Mourinho, que me ha prohibido ir con la selección nacional y ha dicho que estoy lesionado. Eso no es verdad. Llevo cinco días en plena forma y lo sabe", declaró en 2004, ya con el portugués al frente de la nave Blue, cuando no se le permitió ir con Rumanía por una lesión. "No me importa ser sancionado. Quiero que todo el mundo sepa que el equipo nacional es lo más importante para mí. Le dije a Mourinho que estaba en forma. No estuvo de acuerdo y me enseñó un trozo de papel del cuerpo médico que decía que no lo estaba. Pero yo sé que estoy en forma", continuaba.

Pero su cruzada con su entrenador fue más allá: "Me había prometido que jugaría en el primer equipo durante algunos partidos. Sin embargo, nunca estaba en el equipo y no sé por qué. Probablemente, la única solución, incluso si no es lo que quiero, sea buscarme un nuevo equipo". Los encontronazos entre ambos protagonistas fueron más allá y tras no presentarse a un entrenamiento ("¿se ha lesionado en casa o en el banquillo?", preguntó, irónico, Mourinho) llegaría el primer escándalo mayúsculo. El Chelsea le haría un control antidopaje, a petición del técnico, cuyo resultado sería positivo en el consumo de cocaína. Su desordenada vida, algo que ya se barruntaba en la etapa de Ranieri, acabó con su aventura en Stamford Bridge y comenzaron una batalla legal que todavía dura y de la que Mutu rechazó hablar al ser preguntado en la BBC.

La Juventus confió en él en enero de 2005, a pesar de estar sancionado hasta mayo por el positivo, y tras su breve etapa como bianconero llegaría un renacimiento en la Fiorentina (40 goles en dos temporadas). Sin embargo, en 2010 volvió a fallar otro test y dio positivo en sibutramina. Tras estar seis meses sancionado se lamentaba de lo ocurrido, pero se mostraba con confianza en los que a sus capacidades respecta: "Si hubiera tomado otras decisiones en el pasado, incluso podría haber ganado en Balón de Oro en algún momento. Prefiero no pensar demasiado en ello...", reconocía en una entrevista al Corriere dello Sport en 2012.

"Los jóvenes que cometen errores deben recibir ayuda, no ser juzgados y destruidos"

Tras una etapa final en Italia (la Fiore hasta 2011 y luego un año en el Cesena), un año en el Ajaccio y un impás en Asia se retiraría en el Targu Mures rumano. Su carrera como entrenador no ha llegado a florecer, pero en la entrevista del pasado junio mandaba dejaba una frase con regusto a recado: "Creo que soy la persona adecuada porque sé qué pasa cuando un jugador tiene problemas de indisciplina. He pasado por momentos duros y he vuelto más fuerte. Si uno de mis jugadores comete un error, les diré que aprendan de ello y que no lo repitan. Yo volví y jugué incluso mejor que antes, probando a todo el mundo que los jugadores jóvenes que cometen errores deben recibir ayuda, no ser juzgados y destruidos".