Solari ya se lo olía...
Tras ser titular después de cuatro partidos, Isco no tuvo su mejor noche ante un Valencia en el que llegó a jugar a comienzos de la década. Su actuación recuerda a su etapa con Solari.
Tras estar cuatro partidos sin apenas participar con el Real Madrid, Isco fue una de las grandes novedades en la alineación de Zinedine Zidane… y uno de sus fracasos en la estrepitosa derrota en Mestalla. El malagueño se fue difuminando sobre el césped del estadio del equipo donde empezó a despuntar a comienzos de la década. Quizá Zizou había decidido darle una nueva oportunidad en el equipo blanco. El sábado, en la conferencia de prensa previa al choque, y tras dos preguntas sobre el de Arroyo de la Miel, se pudo intuir la decisión del entrenador blanco. Tal vez, su notable actuación ante los valencianistas en el partido de semifinales de la Supercopa celebrada en Arabia Saudí, pudiera influir también en la elección del 22 para iniciar el encuentro en tierras valencianas.
Pero Isco parece no estar en este comienzo de temporada. El malagueño fue uno de los jugadores madridistas que más balones perdió (10), por tan sólo una recuperación. Además, presenta el menor porcentaje de duelos ganados (16,7%) de los 15 futbolistas blancos de campo que participaron en el encuentro ante el Valencia. Y eso pese a que Zidane pareció darle una nueva oportunidad tras ser cazado el pasado mes de octubre en las gradas del Camp Nou criticando al entrenador francés.
Y es que desde hace dos campañas, Isco parece haber entrado en una cuesta abajo irrefrenable. Hasta tal punto que Solari se lo olió y empezó a dejarle fuera de las convocatorias… nada más ser nombrado entrenador del Madrid sustituyendo a Lopetegui en octubre de 2018. La relación entre Solari e Isco llegó a tener malos gestos del jugador hacia el entrenador que decidió dejarle en las gradas. El momento culmen llegó en la terrible derrota ante el Ajax en marzo de 2019: cuando el jugador se enteró de que no estaba en la convocatoria para el partido de vuelta de octavos de la Champions ante el cuadro holandés, decidió no subirse al autobús del equipo. El técnico explicó la situación al club, y éste decidió abrirle un expediente disciplinario. El malagueño no viajó ni siquiera a Valladolid, en el último partido. El día antes, Solari soltó dos bombas en la conferencia de prensa (llegó una hora y media tarde del horario fijado), que todo el mundo pensó que se dirigían al malagueño: “Para jugar hay que ponerse primero en forma física y luego la forma competitiva, es inexorable”. La segunda era terriblemente dura: “A los que no han estado a la altura del escudo, se lo dije”.
Sin embargo, al día siguiente 11 de marzo y tras haber ganado en Valladolid, Solari era cesado como entrenador blanco y le relevaba Zinedine Zidane, que retomaba el banquillo del conjunto blanco. Uno de sus primeros mensajes favorecía a Isco: “No hay expediente”. El segundo fue más rotundo: fue titular en el primer partido de su segunda etapa. Isco se lo devolvió marcando el primer gol ante el Celta que abría esta nueva fase de Zizou en el banquillo blanco. 604 días después, todo se asemeja bastante a la etapa que el malagueño vivió con Solari. Un Solari que vio, se lo olió y decidió. Ahora le toca a Zidane decidir: si le da una nueva oportunidad o corta por lo sano…