El milagro del Villarreal bajo la lluvia en 45 minutos

Cualquiera que hubiera observado el Estadio de la Cerámica cuando apenas restaban 20 minutos para el inicio del partido hubiera tildado como 'imposible' la opción de que se disputara el encuentro entre el Villarreal y el Maccabi de Tel-Aviv. Los 160 litros de agua que cayeron por metro cuadrado en apenas una hora llevaban a vislumbrar una noche sin fútbol y una larga madrugada para los operarios amarillos tratando de recomponer el terreno de juego.

Sin embargo, el submarino obró el milagro, el milagro bajo la lluvia. En poco más de 40 minutos el feudo amarillo pasó de ser apto para disputar una carrera de canoas a estar completamente preparado para que 22 futbolistas se calzaran las botas. El duelo comenzó a las 22:10 por la necesidad de los futbolistas de realizar el habitual calentamiento, pero en lo que se refiere a condiciones del césped, en menos de una hora estuvo listo para jugar.

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Y como en los milagros o en la magia, detrás de la belleza del acto siempre hay un trabajo duro detrás. Vicente Alpuente, el encargado de dirigir los cuidados del verde del estadio, relató como el campo está preparado para circunstancias extremas: "El césped que tenemos es híbrido desde hace seis temporadas y tiene el nombre de césped cosido. Se llama así porque cada dos centímetros cuadrados están cosidas unas hojas a la arena para que pueda drenar mucho mejor" señaló el operario.

Y como no hay mejor solución que la previsión, Alpuente también resaltó como a lo largo de la semana "al que se avecinaba un grave temporal" trataron de dotar "de una mayor preparación" al campo para que drenara lo antes posible, un trabajo que a la vista de los hechos lograron. Tanto Alpuente como el resto de operarios y trabajadores del club realizaron un trabajo esencial para retirar el escaso agua que no llegó a drenar y permitieron que los de Emery disfrutaran de una gran noche europea.