El ejemplo de la sonrisa de Saponjic
El serbio, aún inédito esta temporada, protagonizó una imagen llamativa en el triunfo sobre Osasuna. Ni se rinde ni le pierde la cara a su situación.
El Atlético sumó un importante triunfo en El Sadar (1-3) un resultado que le mantiene en la lucha por la cabeza. La victoria ante Osasuna dejó varios detalles, unos en el campo y alguno fuera de él, que muchas veces sirven también para evidenciar el ambiente que se respira en un vestuario. “Porque luchan como hermanos” aparece en una de las estrofas del himno del Atlético. La frase sirvió ayer para que la cuenta en Twitter del Atlético pusiera título a una instantánea para resumir la victoria en Pamplona. Simeone también la compartió. En ella aparecen los jugadores del Atlético abrazados a Torreira tras su estreno goleador. Los que estaban jugando y alguno que no.
Llamó poderosamente la atención ver a un Saponjic inédito aún esta temporada ir a celebrar el gol casi como si lo hubiera marcado él. De hecho, fue el tercer atlético en llegar para abrazarse a Torreira. En la fotografía, aparece con una sonrisa de oreja a oreja, chocando la mano de Savic. En un mundillo donde, entre bastidores, se habla cada vez más del yo y menos del nosotros, el caso del serbio es para poner como ejemplo. Su sonrisa constante es una lección para todos. En el fútbol actual es difícil digerir los éxitos colectivos si no se participa de ellos, pero eso no va con Saponjic. No es la primera vez. Ya la temporada pasada, cuando le tocaba calentar, había saltado sobre los compañeros para celebrar los goles, a pesar de su difícil situación en el equipo. O incluso, ha hecho gala de un sentimiento de pertenencia en los pocos minutos de los que ha dispuesto con detalles como el ser el primero en ir a defender a un compañero enfrascado en alguna tangana con rivales o rodeado por ellos.
Escarbando dentro del vestuario, su actitud no sorprende. “Trabaja como una bestia”, “está listo para salir y darlo todo contra quien haga falta”, dicen de él incluso pesos pesados. Pero lo mejor es que, a pesar de su rol de muy secundario ni se rinde ni pierde sus buenas maneras. Otros rumiarían su suplencia con cara de póker, sin que un gol de un compañero sirviera ni siquiera para una mueca de complicidad. Ejemplos hemos visto esta jornada, dentro y fuera de España, cuando un jugador, por ejemplo, recién sustituido ni se inmuta cuando el compañero recién entrado marca. Pero Sapa sigue a lo suyo. Lo fácil hubiera sido rendirse este verano, aceptar alguna de las ofertas que le llegaron y dar carpetazo. Pero aún espera un momento que le sirva para medirse en este Atlético. Mientras tanto, no pierde la sonrisa y es de valorar porque desde ahí se construyen vestuarios ganadores.