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EVERTON

Yerry Mina: "James sabe dónde jugarla antes de recibirla, eso nos ha dado agilidad"

El colombiano, una de las piezas importantes en este gran inicio del Everton, atiende a AS para contar las claves de la gran química que se ha generado en torno a Ancelotti.

Yerri Mina celebra su gol al Brighton con James a su espalda.
Tony McArdle - Everton FCEverton FC via Getty Images

Es difícil acabar de hablar con Yerry Mina (23-9-1994, Guachené, Cauca, Colombia) y que no te haya contagiado esa sonrisa permanente con la que quiere afrontar la vida. El colombiano es una de las piezas claves del gran inicio del Everton colíder de la Premier, donde se ha generado una gran química alrededor de Ancelotti. Con James, se sienten capaces de todo. Hoy se miden con el Newcastle (15:00).

El Everton firma un gran inicio de temporada, algo que no se veía en años.

Sí, salvo en el partido contra el Southampton, las cosas estaban saliendo bien. Agradecido a Dios por eso. Hemos venido trabajando bien en la pretemporada, que no ha sido fácil por el tema del Covid, porque hemos tenido problemas para juntarnos a trabajar, pero estamos en buena línea gracias a la actitud de los jugadores, del cuerpo técnico y a las facilidades del club. Eso es lo que nos ha llevado a estar arriba. Hay que ir paso a paso. No pensamos en otra cosa, por mucho que la gente diga. Tenemos que seguir como una familia, porque así es como las cosas se van a dar.

¿Percibe en la afición del Everton por la calle una ilusión que no se veía en años?

Sí, la hinchada está emocionada, pero todo recién comienza, es muy largo y difícil. La Premier, como se está viendo, es muy competitiva. Hay que destacar el trabajo que se está haciendo, fuera y dentro de la cancha. Desde el primer jugador hasta el utilero o el jardinero estamos enfocados. Se ve que lo damos todo en el campo.

Así se vio en el derbi con el Liverpool. Una de las cosas que más llama la atención, en líneas generales, es la jerarquía con la que juega el Everton, sin importar el rival. Como sucedió en ese partido. Quieren mandar.

Esa es la identidad que estamos mostrando y que quiere el profesor (Ancelotti). Tratamos, tanto de local como visitante, de imponer nuestro juego. No quedarnos atrás, sino salir a buscar los partidos. Sabemos que eso hará que nos encontremos a equipos grandes, con calidad, que nos van a exigir mucha concentración para mantener la idea.

¿Cómo consiguen el equilibrio?

Enfocándonos. Asumimos riesgos y es normal que alguno pueda tener un día malo, pero para eso están los demás, para protegerlo. Puede suceder el equivocarse en alguna jugada, te pueden marcar, pero ahí están los muchachos para subirte el ánimo.

Ancelotti llegó a mitad de temporada pasada y poco a poco se ha visto ir cambiando al equipo, tanto en defensa como en ataque.

Carlo es top. Te da la confianza. Cuando tienes un error, no te juzga ni te señala, te dice: "Tranquilo, todo está bien". Él te toca en el hombro y te dice: "No te preocupes, en el fútbol cualquier cosa puede pasar". Eso marca la diferencia, el cómo deposita la confianza en ti. Yo eso lo aprecio mucho. En otros equipos no es así. Él te viene a hablar, se ríe contigo como uno más. Es muy importante esa manera especial que tiene de mantener el liderazgo.

¿Qué le pide a usted? ¿También liderazgo?

Nosotros, como centrales, tenemos que mandar desde atrás, hablar mucho y sacar al equipo. Quiere que cuando llegue el balón, tratemos de jugarlo muy rápido. Es algo que he venido cambiando y con él he aprendido mucho.

De hecho, tanto usted como Keane, su pareja en el centro de la defensa, están en las primeras posiciones de jugadores con más pases en la Premier.

A mí me gusta estar mucho en contacto con el balón, ya de por sí, así que me encuentro muy bien con ello. Lo trabajamos en los entrenamientos. Él nos da esa confianza y nosotros lo hablamos mucho antes de los partidos. Nos gusta disfrutar con la bola y tratamos de hacerlo.

Y cuando no la tienen, se les ve, a usted y a Keane como una pareja cada vez más asentada y compacta.

Tenemos una amistad muy linda. Admiro a Keane por cómo es como persona. Es un profesional impresionante. Nunca te pone una mala cara. Tenemos una familia muy linda y te llena. Venimos ya jugando tiempo juntos. Cada día antes de jugar nos conjuramos para dejar el arco a cero, nos reunimos y nos decimos: "¡Hey, hoy es el día, no van pasar!" Si no se da, repetimos para el siguiente. Hay química, es verdad. Le doy las gracias a Michael porque me ayudó mucho con el idioma y porque cada día trabajamos más como uno solo. Tenemos que disfrutarlo.

¿El fútbol que está haciendo ahora en el Everton se parece más a aquel en el que brilló en con el Palmeiras campeón?

Sí, porque tenemos más el balón, siempre intentando salir jugando. En Brasil yo tenía el balón en los pies durante mucho tiempo y atacaba mucho. Aquí en la Premier no hay respiro. Atacas, te atacan, atacas, te atacan. Son transiciones velocísimas, así que la atención está constantemente a prueba. Si te equivocas en una, te vacunan. Es una concentración máxima la que se exige.

¿La llegada de un futbolista de equilibrio como Allan ha ayudado a compactar más la idea?

Sí, porque es muy inteligente. Te das cuenta al primer entrenamiento. Sabe cubrir muy bien los espacios cuando sale el central, siempre está bien posicionado. Pero hay un gran trabajo de todos.

¿A Calvert-Lewin le han preguntado qué está comiendo en este arranque de temporada?

(Risas). Es un tipo muy alegre que siempre está trabajando a tope. Incluso es mejor lo que no se ve. Por ejemplo, a mí me gusta tenerle de rival en los entrenamientos porque me exige al límite. Se nota que está trabajando mucho dentro y fuera del campo. Aprendiendo mucho y espero que siga así, a tope y metiendo muchos goles. Nos tiene que ayudar para enfrentarnos a los mejores. Le felicito y que siga metiéndole… Disfruto mucho de Calvert en las sesiones. Cuando un equipo pierde el partidillo, el otro sale muy enojado así que salimos al límite, hay pelea constante en cada entrenamiento y eso se ve el día del partido. Esa lucha nos hace mejorar. Sólo hay que sacarla el día del partido.

Lo de James ya es un caso aparte. Con él las posibilidades ofensivas del equipo se han multiplicado. ¿Qué ha supuesto recibirle?

Es un crack. Muchos dudaron de su calidad, pero ha demostrado que es top. Se entrena bien, come bien, está todo el día pensando en cosas que le hagan mejorar. En un día con él te das cuenta que es un profesional de 10. He aprendido muchas cosas de él y quiero seguir aprendiendo, dentro y fuera de la cancha. Es mi panita, siempre estamos juntos y aprovecho para observar y aprender.

Con él parece que el Everton es un equipo difícil de descifrar y, sobre todo, acentúa el carácter alegre de su juego.

Es cierto. Tiene la ventaja de que antes de recibir el balón ya sabe dónde tiene que jugarlo y eso nos da una agilidad enorme en los ataques. Nos ha unido más en cuanto a la velocidad para la transición. Además, siempre quiere ganar y eso también es aportar al carácter del equipo.

¿Le ha enseñado ya su baile?

(Risas). Él sabe, es colombiano, así que lo sabe por naturaleza. ¡Cintura, cintura y cintura!

Yerri Mina celebra junto a Digne, Calvert-Lewin, Doucoure, Coleman y James un gol.
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Yerri Mina celebra junto a Digne, Calvert-Lewin, Doucoure, Coleman y James un gol.Tony McArdle - Everton FCEverton FC via Getty Images

¿Su llegada colabora a que se sientan capaces de todo?

Claro, nosotros hemos pensado siempre en cumplir nuestros objetivos y pelear por cosas. Seguimos en una dinámica positiva y es gracias a la unidad.

¿Colombia es ya del Everton?

Parece, porque ahora por allá se ven muchas camisetas. Aprovecho para mandar un saludo a mi país, siempre están mandando buena vibra.

Se le ve feliz. Tras lo que le pasó en el Barcelona, ¿su historia cambió después del Mundial?

Tengo que agradecer a la Gloria de Dios que me haya dado el talento y me haya ayudado en momentos difíciles. Es él el que me levanta. El Mundial, el inicio, también fue muy difícil para mí. Llegaba sin ritmo y no lo comencé jugando. Pero tenía mi confianza en Dios, sabía que mi momento iba a llegar y ahí fue cuando empecé a tener más confianza en Jesús. También he dejado atrás las lesiones, he ido superando todas esas pruebas y me encuentro bien. Además, cada día hago más trabajo por fuera para aportar más cosas a mi cuerpo y ver qué necesito.

Después de un año sin jugar en el Barcelona, ¿cómo se sintió?

Siempre trato de trabajar fuerte, porque cuando no juego pienso que me va a tocar la oportunidad. Cuando el entrenador confía en ti, es fundamental. Puedes hacer las cosas. Son momentos difíciles que uno pasa. Sí que me sirvió para ver quién estaba conmigo. Hubo muchas personas que se alejaron. Le envío un gran abrazo a mis familiares, a los que siempre estuvieron conmigo. Lo que voy a intentar es hacer siempre las cosas, no para buscar el aplauso de la gente, sino para glorificar a Dios.

En Colombia les van a exigir estár en el Mundial. ¿Observa a su selección favorita en las eliminatorias?

Las eliminatorias son muy lindas. Son selecciones top y para mí es un sentimiento especial el que tengo cuando me pongo nuestra camiseta. Trato de disfrutarlo al máximo. Vamos a ir partido a partido. Tenemos cuatro puntos y vienen dos partidos difíciles contra Uruguay y Ecuador, no van a ser fáciles. Tienen jugadores de calidad. No podemos confiarnos. Estoy muy feliz de jugar en esta generación del fútbol colombiano. Hay un grupo de personas fantástico, que se muestra humilde, hay sencillez y es admirable.

¿Lo que le pide Queiroz es muy diferente a lo del Everton?

Un poco diferente. El estilo es un poco diferente, pero también me da esa confianza. El profe siempre tiene las puertas abiertas para hablar con él. También tenemos la mentalidad de ir a ganar cada partido.

¿Cuál es su primer recuerdo de fútbol?

Unos guayos (botas) y un uniforme que mi papá me regaló del Deportivo Cali. Pero mucho antes venía ya viendo jugar a mi papá, que fue lo que me marcó mucho. Él era un arquero muy bueno, y yo, algo que muchos no saben, también empecé de arquero por eso. Pero mi papá me dijo: "Salte de ahí, que no te veo". Así que me busqué otra posición. Como no era muy rápido en aquel entonces y un poco gordito, me buscó otro sitio. Pasé a jugar de volante.

Hasta que llegó a la posición de central.

En Colombia todavía actué de volante. Hasta que llegué a Pasto. Allí empecé de volante, pero el profesor Flabio Torres me bajó a central. Yo le decía: “¡No, profe, no quiero esa posición!” Pero me dijo que estuviera tranquilo, que iba a rendir ahí, y ahí me quedé.

Y de central no le fue mal. Nombrado el mejor de toda Brasil, campeón con el Palmeiras.

Teníamos un gran grupo. Fue un campeonato impresionante.

¿Le sigue dando vueltas al fútbol fuera del campo? ¿Es de los que lo siguen todo por televisión?

¡Sí! Me gusta devorar fútbol. Todo el que puedo. Y fuera del trabajo con el equipo, me gusta entrenar en cosas que necesito mejorar. Trato siempre de sacar cosas positivas para el deporte que practico y canalizar mi talento. Después, pasar el tiempo con mis amigos y familiares, especialmente con la Fundación Yerry Mina de Guachené. Estar con ellos me sirve para recordar de dónde he salido y dar gracias por todo lo que Dios me ha dado.

¿Qué consejo les da a esos chicos?

Ellos me miran y me dicen: "Yerry, ¿qué haces para transmitir siempre esa alegría?” Yo les respondo que son ellos los que me dan la alegría. La inocencia y optimismo con el que me hablan me hace recordar por lo que pasé, hubo momentos difíciles, pero me sienta muy bien estar con ellos.

Usted siempre ha dicho que su ídolo era Ronaldinho, pero ¿se fijó en alguien más cercano para aprender cosas de su posición?

Me gustaba mucho Yaya Touré. De central la referencia era Christian Zapata y Mario Yepes, al que miraba mucho. A Yepes lo estimo, lo tenemos ahora en la selección y es muy cercano, muy buena persona. Siempre está atento dándote consejos.