El fichaje de Diego López se rompió por menos de 60.000 euros
El portero gallego del Espanyol, que quedaba libre el pasado verano, aceptaba rebajarse considerablemente su sueldo.
El Celta se ha ganado la fama de ser un negociador muy duro y de ello puede dar fe Diego López. El club vigués buscó un portero el pasado verano, tras sufrir lesiones de larga duración Rubén Blanco y Sergio Álvarez, y contactó con el cancerbero gallego del Espanyol, que quedaba libre. El fichaje parecía encarrillado hasta que, soprendentemente, los dirigentes celestes se echaron atrás.
La diferencia que frustró la operación no llega a los 60.000 euros. López, de 38 años, había aceptado rebajarse su sueldo considerablemente para regresar a Galicia y despedirse del fútbol profesional en su tierra. Sin embargo, desde A Sede se mostraron inflexibles con ese 'fleco' económico.
Una vez rotas las negociaciones, el guadameta de Paradela aceptó la propuesta del Espanyol para renovar por una temporada y jugar en LaLiga Smartbank. Por el momento, el lucense está firmado una campaña casi perfecta y en ocho partido únicamente ha encajado un gol. El dato contrasta con el del Celta, que solo ha sido capaz de dejar la portería a cero en una de la siete jornadas disputadas en Primera.
Órdago en la portería
Desestimada la contratación de López, la directiva que preside Carlos Mouriño se interesó por otros cancerberos. Ninguna de las opciones valoradas encajó económicamente y en A Sede decidieron iniciar LaLiga con un único meta profesional disponible, un órdago que continúa a punto de concluir el mes de octubre.
A la espera de que Rubén o Sergio reciban el alta médica, el portero del filial Álvaro Fernández y el juvenil Iago Domínguez están ejerciendo de suplentes de Iván Villar, que inició esta temporada con un bagaje de cinco partidos en Primera. Hay que retroceder ocho años para encontrar la última vez que el Celta se rascó el bolsillo para reforzar la portería. Fue en 2012, con la incorporación de Javi Varas.