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FÚTBOL FEMENINO

Alharilla, la 'mamá' de La Roja: "Ser madre y deportista incluso mejora el rendimiento"

La internacional española tiene un hijo de dos años. "Crear una familia, estar a gusto en casa, influye muy positivamente en tu rendimiento como deportista", indica.

Alharilla, de la Selección, muestra un tatuaje del pie de su hijo Hugo.
Alharilla, de la Selección, muestra un tatuaje del pie de su hijo Hugo. SEFUTBOL

María Alharilla Casado (30 años), más conocida como Alharilla, es todo un ejemplo para muchas deportistas que piensan o quieren ser madres. La jugadora del Levante tiene un hijo de dos años llamado Hugo y anima al resto de deportistas a que lo hagan, puesto que "incluso mejora el rendimiento". "Se puede conciliar el deporte con la vida familiar. Estoy mejor que nunca, a mis casi treinta años. Crear una familia, estar a gusto en casa, influye muy positivamente en tu rendimiento como deportista", destaca la jiennense en un vídeo grabado durante la concentración con España en este parón de selecciones.

La internacional española compagina su carrera como futbolista con su vida familiar y asegura que no se ha encontrado ningún problema. "No encuentro otra palabra que no sea 'normalidad' para describir mi experiencia", cuenta María Alharilla al tiempo que muestra los símbolos de Hugo, tatuados en el brazo y la mano: la huella del pie el día de su nacimiento, un chupete... Es su forma de sentir cerca de su hijo cuando la distancia y el trabajo la alejan de él.

María Alharilla Casado debutó con la Selección española femenina en 2009. Ya entonces apuntaba a una carrera ejemplar en el fútbol español que la ha llevado a jugar los últimos diez años en la élite. Ahora, la llamada de Jorge Vilda para formar parte de la Selección le demuestra que sigue teniendo un gran nivel. Ella misma dice que está "mejor que nunca" y que es perfectamente compatible el deporte con la vida familiar. Con la normalidad, palabra que repite como un mantra, "llega la felicidad", afirma la mamá de Hugo, que siempre que puede va a verla a los campos de fútbol, "aunque a sus dos años aún no puede gritar para animarme", dice.