La copa linda y maltratada
El Barça post 2-8 vuelve a Europa ante el Ferencvaros. Koeman rotará ante el equipo húngaro, el 135 en el ranking de la UEFA.
Hay algo triste estos días en Barcelona cuando suena la melodía de la Champions. Donde antes uno se trasladaba a las imágenes de Koeman en Wembley, Belletti en París, Messi en Roma y Londres o Neymar en Berlín, ahora se aparecen todos los demonios, especialmente los más recientes. La noche más aciaga de los últimos 40 años en la caldera de Anfield y la vergüenza del 14 de agosto en Lisboa, donde jugadores de interminable palmarés y tremendo prestigio tiraron la camiseta de un club de 121 años de historia. Como antes de 1992, cuando los postes de Berna o el batacazo ochentero de Sevilla, la vieja Copa de Europa vuelve a tener un punto maldito en Can Barça. En su primer discurso como capitán, en el Gamper de 2018, Messi la bautizó como "la copa linda y deseada". Pero lo único que ha hecho el Barça los últimos años es maltratarla.
Si algún nombre va asociado a la Copa de Europa en Barcelona, es Ronald Koeman. Fue el héroe que rompió la maldición y no hay nada como una primera vez para saber que nada es imposible. Koeman espera ser capaz de trasladar ese carisma al equipo, devolverle la pasión por la competición, no el miedo que le ha cogido en los últimos años. Eso sí, Koeman avisa: "No somos el máximo favorito". No pareció ningún ejercicio de falsa modestia del holandés, sino una realidad aplastante.
El rival en el debut es el entrañable Ferencvaros (sigue el partido en directo en As.com), un histórico del fútbol, ganador en dos ocasiones de la Copa Mitropa (1928 y 1937) y de una Copa de Ferias (1965), con lazos carnales con el Barça a través de Kubala, Czibor y Kocsis que, sin embargo, ahora anda perdido por las profundidades del ranking UEFA (135). Para el Barça es innegociable ganar. Koeman moverá el árbol con vistas al Clásico, aunque es difícil pensar que prescinda de Griezmann y De Jong, en lo que se leería como un castigo inmediato. Y de Messi, el creador de la copa linda..., y maltratada.