Rebrov logró un retorno histórico 25 años después
Un largo camino. Para volver 25 años después a la máxima competición continental, el campeón húngaro ha tenido que superar cuatro fases previas. Eliminó al Djurgarden sueco, al Celtic escocés, al Dinamo de Zagreb croata y al Molde noruego. Una gesta que confirma el buen hacer de Sergey Rebrov en el banquillo y que ya se pudo apreciar la temporada pasada, cuando metió al equipo de Budapest en la fase de grupos de la Europa League y sólo perdió en ella un partido, empatando los dos duelos contra el Espanyol.
Un dominio recuperado. El Ferencvaros es el club húngaro con más títulos de liga, pero no ganaba dos consecutivos desde 1996. Con Rebrov lo ha conseguido otra vez, llevándose los dos campeonatos en los que el ucraniano ha dirigido al equipo desde el banquillo. Y aunque la liga magiar acaba de empezar, ya la lidera de nuevo pese a haber disputado menos encuentros que sus rivales. Si la vuelve a conquistar, será la primera vez que levanta tres seguidas desde 1928.
Tokmac Nguen es la figura. No hay grandes nombres en la plantilla. Ni nadie que se salga de la lista de goleadores en la liga húngara. El Ferencvaros es superior a sus rivales en su país desde un punto de vista colectivo. Si hay que señalar a un crack desequilibrante, el que más se ajusta a esta etiqueta es el noruego Tokmac Nguen, que llegó a coincidir con Martin Odegaard en el Stromsgodset. Nacido en Kenia de padres refugiados sur-sudaneses, llegó al norte de Europa con cinco años. Es diestro y suele partir desde el costado izquierdo: posee alma de media punta y tiende al juego interior. Es encarador en el uno contra uno y es capaz de filtrar grandes pases en profundidad.
Se nutre del mercado del Este. Los jugadores húngaros son minoría normalmente en los onces del Ferencvaros. El contingente extranjero es numeroso, y especialmente proviene de países de la Europa Oriental. El medio centro Kharatin y el extremo Zubkov son compatriotas del entrenador, y los principales refuerzos de este verano han llegado procedentes de la misma zona del mapa: el albanés Uzuni, el croata Baturina y el eslovaco Robert Mak (quizá la incorporación más destacada por su pasado en el Zenit) le agregan al bloque de Rebrov mucha profundidad para correr al espacio y aumentan su peligro al contragolpe.
Isael, enrachado. Este brasileño, que no suele ser titular indiscutible pero que técnicamente es uno de los hombres más hábiles del equipo, llega al partido con mucha confianza: ha anotado tres goles en los dos últimos partidos. El marfileño Boli acostumbra a partir como referencia principal, pero no se descarta que Isael juegue unos metros por detrás para aprovechar su buen momento.
Problemas en el juego aéreo. Aunque el Barcelona no suele explotar en exceso esta faceta, el Ferencvaros mostró una importante debilidad a la hora de defender centros laterales en la eliminatoria contra el Molde.
Escasa expectativa. Los húngaros no jugarán presionados: casi todo el mundo asume que son el peor equipo del grupo. Si acaso, intentarán pelearle al Dinamo de Kiev la tercera plaza en un duelo con mucho morbo para Rebrov, ex jugador y ex técnico del gigante ucraniano.