El Málaga se atasca en ataque
El equipo ha mostrado una solidez defensiva (tres partidos de cinco sin encajar) que contrasta con sus enormes problemas para pisar el área rival. Sólo dos goles en cinco jornadas (0,40 por partido).
“Un equipo se hace desde atrás, pero debemos tener más llegada”. Pellicer resumía así el momento de cocción actual de su Málaga después del 0-0 conseguido ante Las Palmas. El equipo blanquiazul, en claro proceso de construcción y con muchos jugadores recién aterrizados y sin pretemporada en las piernas, ha priorizado el trabajo defensivo para tratar de crecer desde la solidez y el buen rendimiento en defensa. Y ese objetivo lo está consiguiendo. Ha dejado su portería a cero en tres de sus cinco partidos y en esos encuentros en los que no ha encajado ha logrado un meritorio botín de siete puntos.
Pero la segunda parte del puzle que trata de confeccionar Pellicer se está quedando incompleta. El cuerpo técnico y la plantilla tienen muy claro que es imprescindible, más allá de sus buenos números defensivos, aumentar las prestaciones en ataque, donde el Málaga se atasca y está encontrando serios problemas no ya para marcar goles, sino para pisar área y generar ocasiones. Las opciones claras de gol que ha tenido el equipo en estos primeros cinco partidos han sido muy escasas. Y ahí radica el gran déficit actual de este equipo. Dos goles en cinco partidos suponen una media que no alcanza ni a medio tanto por encuentro (0,40). A todas luces insuficiente.
Las dificultades que está encontrando el Málaga para crear acciones de peligro y ver portería vienen motivadas, entre otros, por los siguientes aspectos:
Centro del campo. A la medular blanquiazul le está faltando creatividad y a ello ha contribuido mucho la incorporación tardía de jugadores llamados a jugar un papel clave en esa faceta como Jozabed o Luis Muñoz. Ahí estriba una parte importante de los problemas que está encontrando el Málaga para mostrar fluidez con el balón y trenzar jugadas de ataque.
ERE. El proceso de despido colectivo en el primer equipo ha retrasado la confección definitiva de la plantilla y al Málaga le falta mucho rodaje y no dispone aún de los automatismos y la chispa necesaria para desplegar el juego vertical y de transiciones rápidas que pretende instaurar Pellicer.
Falta de velocidad y profundidad por los extremos. El Málaga está careciendo por completo de desborde y de profundidad por los extremos. Yanis Rahmani acumula varias actuaciones muy grises, Joaquín Muñoz aún no se ha sumado al grupo, Jairo lleva poco más de una semana con el equipo e Hicham está lesionado. A la falta de fluidez y creatividad por dentro se suma la falta de velocidad y desequilibrio por los costados, lo que reduce los recursos ofensivos al mínimo.
Delantera. Cuando escasean los goles, las miradas suelen apuntar a los atacantes. Pero en este caso su responsabilidad es menor de lo que dicen los números. Apenas han dispuesto de ocasiones y no se pueden poner muchos reparos al trabajo oscuro de Caye Quintana, indiscutible desde la primera jornada. Pablo Chavarría acaba de llegar y Orlando Sá acumulaba un larguísimo periodo de inactividad por una complicada lesión. La limitación a 18 fichas profesionales generó un debate interno en el club sobre la idoneidad de utilizar el último hueco libre de la plantilla en un delantero (Cristo González) o en un extremo (Joaquín Muñoz). Finalmente, se optó por la opción de Joaquín, en quien el club tiene depositadas muchas esperanzas y del que se espera que sea un jugador diferencial esta temporada. Si Sá no termina de arrancar, la delantera podría quedarse demasiado justa para una competición tan larga y exigente como es Segunda División.