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REAL MADRID

James y Bale son los peores fantasmas del Real Madrid

El colombiano ya brilla en la Premier con el líder Everton y el galés, aunque todavía no ha jugado con el Tottenham, evidencia un cambio de actitud.

James y Bale se saludan durante el Real Madrid-Valladolid de LaLiga Santander disputado en agosto de 2019.
James y Bale se saludan durante el Real Madrid-Valladolid de LaLiga Santander disputado en agosto de 2019.JUAN AGUADODIARIO AS

El Madrid mira atento a la Premier, con cierto temor. Y no porque haya ninguna perla en la agenda blanca por la que se esté peleando media Europa ni porque el potencial económico de los clubes ingleses amenace con llevarse a alguna estrella madridista. El desasosiego viene por otro lado. Por lo que puedan hacer, y sobre todo brillar, James y Bale. Dos descartes de Zidane que han salido por la puerta de atrás en sendas operaciones que precisamente tampoco han sido óptimas financieramente para la entidad.

El colombiano ya está empezado a dejar sobradas muestras de la calidad que atesora y que no ha desplegado en sus últimos años en el Madrid y apenas en sus dos temporadas en el Bayern, durante el tiempo que coincidió con Ancelotti. El italiano fue el técnico que sacó la mejor versión de James en el Bernabéu y un factor clave en su fichaje por el Everton. "Está dando muestras de su calidad. Esta es la calidad que le vi en el Madrid y la misma que le vi en el Bayern", ha afirmado el técnico transalpino.

A orillas del Mersey, James ya lleva tres goles y dos asistencias en cinco partidos en los que ha intervenido (430 minutos disputados) y ha participado en la elaboración de otro gol. La mitad de los 12 goles del líder de la Premier cuentan, de uno u otro modo, con el sello del internacional cafetero.

James, de 29 años, va camino de convertirse, de largo, en el fichaje más rentable de una Premier que ha gastado 1.366 millones de euros en refuerzos (más del triple que los de LaLiga habiendo ingresado menos por ventas). Aunque se manejaron cifras de unos 25 millones de euros por su traspaso (y con reducción salarial por parte del jugador), los documentos oficiales revelaron su verdadero precio: cero. Fueron unas declaraciones de Ignacio Uzquiza, tesorero de Banfield, las que destaparon las condiciones de la transacción. "El traspaso de James del Real Madrid al Everton se hizo sin costo, como si fuera un jugador libre. Ya se hicieron las consultas pertinentes a ambos clubes y lamentablemente Banfield no recibirá dinero por mecanismo de solidaridad", afirmó el mandatario del club argentino, donde James llegó con 17 años y militó entre 2008 y 2010.

James y Bale son los peores fantasmas del Real Madrid
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A quien todavía esperan en Inglaterra, pero con grandes expectativas, es a Gareth Bale. El galés, de 31 años, fichó por el Tottenham aquejado de una lesión en la rodilla que le ha impedido debutar con el equipo londinense e ir convocado con su selección para la presente ventana de selecciones. El pronóstico apunta a que tras el parón estará listo para ponerse a las órdenes de Mourinho. No se le ha visto en juego sobre el césped, pero sí en la grada, desde donde vive los partidos con un compromiso que no se le advertía en el Madrid, y en los entrenamientos. El propio Bale se ha encargado de difundir en sus redes sociales unas imágenes de sus sesiones en solitario en las que se le ve pletórico de ánimo.

Para el Tottenham, la jugada puede salir redonda. Primero, porque complace a su técnico. Mourinho consigue a un jugador que deseaba desde hace tiempo (ya intentó llevárselo al Manchester United en 2017) y del que puede sacar el máximo rendimiento. Y segundo, porque recupera gratis, aunque sea cedido por una temporada, a un jugador que vendió hace seis años por 101 millones de euros. Y encima el Madrid aún se hace cargo de la mitad del sueldo del futbolista británico, que acaba contrato en junio de 2022. Ahí radica el potencial beneficio del Madrid: un buen año que revalorice a Bale para un traspaso el próximo verano. Aunque la venta sea por una cifra menor dada la edad del jugador y la proximidad a que expire su vínculo con la entidad blanca.