El Espanyol retiene a RdT, Darder y Cabrera para la operación ascenso
A pesar de tener que reducir a la mitad su masa salarial, el club perico solo ha vendido lo que ha querido, a Marc Roca, en un mercado tan complejo como redondo.
Afrontaba todo el mundo del fútbol un mercado anómalo –basta con comprobar la fecha del cierre– marcado por la COVID-19, que en el caso del Espanyol se multiplicaba a consecuencia de un descenso de categoría que le reducía a la mitad la masa salarial permitida por LaLiga, de los 86 millones récord de la temporada pasada a los cerca de 40 actuales. Sin embargo, y a pesar también de que difícilmente un futbolista con cartel se resigna a jugar en Segunda, ha salido remarcablemente airoso el club perico precisamente en el contexto más convulso posible.
El resumen es que el Espanyol, a diferencia de lo que se podía intuir en el mes de julio, en plena debacle por el descenso, no solo no ha desmantelado su plantilla sino que únicamente ha traspasado realmente lo que ha querido. En ese sentido, desde el primer momento tuvo claro que su venta estratégica sería Marc Roca, por tratarse de un canterano cuya salida solo reportaría beneficios económicos, y la cerró el pasado domingo nada menos que al Bayern de Múnich, el vigente campeón de Europa, por unos nueve millones fijos y cinco en variables.
Ha podido retener el club perico a valores del calibre de Raúl de Tomás, Leandro Cabrera o Sergi Darder, por quienes han llegado ofrecimientos que se han ido desechando, y que percibirán un salario sensiblemente inferior este curso en Segunda al que tenían hasta hace dos meses. La clave será, en lo sucesivo, su rendimiento.
Cinco incorporaciones para subir
En el capítulo de llegadas, se ha sabido manejar el Espanyol en una situación adversa, con un cambio de las reglas de LaLiga que le ha afectado hasta el último segundo. Por un lado, la venta de Roca sí ha permitido la inscripción de Keidi Bare, que ha constituido la compra más elevada (dos millones fijos a abonar al Málaga) y, a la vez, una operación de riesgo con final feliz.
Por otro, no ha evitado –a pesar de las cuentas que iba monitoreando el propio club– que siguiera la entidad en negativo, ligeramente por encima del límite salarial marcado por la patronal, lo que ha alargado hasta el último instante la llegada de un ansiado extremo. A primera hora del lunes aún se negociaba por Hernani Jorge Santos con el Levante (cuyas pretensiones económicas lo echaron atrás) hasta que los esfuerzos se dirigieron hacia el Celta y Álvaro Vadillo, cuya cesión con opción de compra se cerraba ya entrada la noche, a pesar de que para contrarresar la masa salarial no se dio salida a Álex López ni Víctor Campuzano, quien en la práctica pasa de contar con dorsal del filial a uno profesional.
En ese sentido, y prueba de las estrecheces económicas es que incluso uno de los cinco fichajes, Óscar Gil, ha sido inscrito con ficha de jugador del filial para burlar el tope (lo mismo que el canterano Pol Lozano o Nico Melamed, profesionales a efectos prácticos), mientras que Fran Mérida, 'Miguelón' Llambrich y el mencionado Bare sí han obtenido dorsal del primer equipo, entre otros motivos, porque ya no son Sub-23.
El mejor fichaje, Vicente Moreno
Lo que no llegó fue un 'nueve' de referencia para acompañar a Raúl de Tomás, y sin embargo se muestra el Espanyol satisfecho por haber podido mantener del primer al último día su exigencia con respecto a jugadores tan apetecibles que podrían militar tranquilamente en equipos de zona Champions. Por no haberlos malvendido, en otras palabras.
E igualmente gana el club por poder contar, aunque en ocasiones no se valore como parte del mercado, con Vicente Moreno, un entrenador contratado no solo para subir al equipo esta misma temporada sino para comandar un proyecto que le devuelva a su sitio en Primera. Ahora el balón dictará sentencia. Y en enero se reabrirá el mercado. Hasta entonces, toca jugar y ganar.