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PORTUGAL

Las aficiones de Benfica y Oporto, unidas contra Otamendi

El pasado con los 'dragones' del argentino ha hecho que le lluevan las críticas. Tanto su anterior afición como la del Benfica le acusan de "traidor".

Las aficiones de Benfica y Oporto, unidas contra Otamendi
PATRICIA DE MELO MOREIRAAFP

Nicolás Otamendi llega al Benfica como parte de la operación Rúben Dias-Manchester City. El defensor portugués refuerza la retaguardia 'skyblue', mientras que el argentino, por su parte, vuelve a la liga portuguesa (68 millones de euros irán a las arcas de 'las águilas' y 15 al conjunto 'citizen'). De esta manera, jugará en el máximo rival del Oporto, su equipo entre 2010 y 2014, y ello ha desatado una guerra contra su persona en las redes sociales. Una guerra en la que, curiosamente, ambas aficiones van de la mano.

En una publicación compartida por Otamendi en Instagram el pasado mes de mayo, en la que recordaba su victoria en la final de la Europa League 2010-11 gracias al tanto de Falcao ante el Braga (1-0), se han dado cita los aficionados del Oporto y el Benfica para tacharle de "traidor", por vestir las camisetas de los dos máximos rivales en el país vecino. "Borra este 'post', vendido", "no eres digno de tener una foto con ese símbolo en el pecho...", "es un jugador de mi..., sin carácter, espero que el Oporto no tenga más jugadores como tú..." o "no mereces jugar en el Benfica, 'Dragarto' (en referencia al apodo asociado al Oporto, 'dragones')", han sido algunos de los comentarios que han protagonizado la publicación en las últimas horas.

Otamendi abandona, a sus 32 años, la Premier League tras llegar al City en 2015 procedente del Valencia, equipo que ejerció de puente entre el Oporto y el conjunto inglés. A pesar de haber sido un habitual para Guardiola (ha jugado 210 partidos como 'citizen'), el técnico de Santpedor ha optado por otro perfil de futbolista. De esta manera, vuelve a Portugal, donde disputó 125 partidos y se hizo un nombre en el fútbol europeo. Veremos cómo es la bienvenida le tienen guardada su afición, primero, y la del propio Oporto, después. De momento, ha conseguido algo muy complicado, unirlas con un objetivo común.