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LOGROÑÉS 1 - CASTELLÓN 1

Roni rescata un punto para el Logroñés en el último minuto

El primer gol en Segunda de la Unión Deportiva Logroñés, en el 93, igualó el tanto de Rubén Díez, que revolucionó al Castellón en la segunda parte.

Logroño llevaba 20 años sin fútbol profesional y, de momento, no se puede decir que la adaptación de la Unión Deportiva Logroñés a Segunda vaya por el buen camino. Roni rescató un punto en el minuto 93. El primer gol de la historia del club en la categoría, también el primer punto. A Logroñés y Castellón, dos recién ascendidos, aún les falta rodaje y cuajo para ajustarse a su nuevo hábitat. El escenario tampoco ayudó. LaLiga pidió sustituir el césped de Las Gaunas para el inicio de la campaña. El Ayuntamiento (responsable del estadio) no sólo incumplió y no llegó a tiempo, sino que las condiciones actuales son indignas: muy blando, se levanta y resbala continuamente y resulta incluso un riesgo para la integridad física.

El Castellón estuvo a punto de tomarse la revancha del playoff a LaLiga SmartBank. Los blanquirrojos ascendieron directamente en la tanda de penaltis y obligaron a los castellonenses a disputar dos partidos más. Rubén Díez revolucionó al cuadro orellut en la segunda mitad. Gracias a una bonita arrancada y a una combinación con Satrústegui batió a Miño. Un mal balance defensivo del Logroñés, que aparte tiene evidentes problemas ofensivos. Apenas genera más peligro que las jugadas a balón parado. El equipo de Sergio Rodríguez intenta ser pragmático, no le importa combinar toques o buscar un fútbol más directo, pero en cuanto pasa al campo rival se le hace de noche. Igual que al Castellón, que sin embargo se quedó a un minuto del triunfo.

Horrible síntoma cuando el portero, Miño, sube a rematar córneres en los instantes finales: ocurrió en la primera jornada, contra el Sporting, y en esta tercera (el choque de la segunda con el Girona se aplazó). Siddiki tiró del carro para el Logroñés: encaró, no dudó al disparar a puerta y se ofreció a sus compañeros, aunque pecó de individualismo. No obstante, suya fue la dejada para que Roni fusilara a Whalley, titubeante en varias acciones. Un punto que no alivia los déficits de ninguno de los dos y que transmite sensaciones opuestas. Se le escaparon dos a los visitantes, ganaron uno y lo celebraron los locales. Ambos necesitan más pólvora arriba, más solidez atrás y creerse el cambio de categoría (pero el Castellón cuenta ya con cuatro puntos). Falta muchísima temporada, y además hasta el 5 de octubre no cerrará el mercado y pueden solucionarse algunas cosas.