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REAL MADRID

¿Qué fue de Bodo Illgner?

Su mujer no le dejaba juntarse con sus compañeros del Madrid para salir de fiesta. Pilar de la Séptima y baluarte para Capello, escribió un polémico libro y ahora es comentarista.

¿Qué fue de Bodo Illgner?

Hay deportistas a los que se les recuerda por sus vírtudes, otros por su palmarés y otros, por sus vidas privadas. A Bodo Illgner (Coblenza, 53 años) se le recuerda por las tres. El gigante alemán fue uno de los héroes de la Séptima, con la que el Madrid puso fin a 32 años de sequía europea (desde la temporada 1965-66 no ganaba una Copa de Europa). Sería la guinda a la etapa más dorada de su carrera. Y fue tardía, porque Illgner fichó por el Madrid cuando ya tenía 29 años. Era lo que hoy en día se conoce como un 'One Club Men', jugadores que pasan todas sus carreras en un mismo equipo (Giggs, Puyol, Maldini...), pero el Madrid logró sacarle de ese selecto grupo y traérselo tras 12 años en el Colonia. Quizá el haber conocido el furor del Bernabéu de la década de los 80 le ayudase también a dejar su equipo alemán: Bodo era el portero suplente del Colonia al que el Madrid apalizó en la final de la Copa de la UEFA (5-1 en Madrid y derrota 2-0 en Berlín) de la campaña 1985-86...

Fue una petición expresa de Fabio Capello, que para la portería sólo tenía una condición: quería un portero alto. Bodo la cumplía (1,91m), era internacional con la República Federal Alemana, habiendo ganado el Mundial de 1990 (compartía selección con los Matthaus, Klinsmann, Brehme o Voller) y siendo titular. Aterrizaba con caché, vaya. Su fichaje costó 2 millones de euros, firmando por el Madrid el verano de 1996. Rápidamente se hizo con la titularidad y la confianza de la afición. La de Capello ya la tenía desde antes de subirse al avión.

Illgner levanta el Mundial de 1990 en el Stadio Olímpico de Roma.
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Illgner levanta el Mundial de 1990 en el Stadio Olímpico de Roma.

Jugó en el Madrid cinco temporadas. Las tres primeras fue titular; las dos últimas, suplente de Casillas. Era un portero muy fiable en el juego aéreo, ágil en las estiradas y seguro a la hora de atajar: en definitiva, sobrio. Jugó 119 partidos de blanco (10.740') en los que encajó 142 goles (1,19 por partido) y dejó 34 porterías a cero. Capello quedó tan contento con su rendimiento que en 2007, cuando volvió al Madrid, al ser preguntado por la portería dijo que estaba bien cubierta con "Illgner y Diego López", cuando quería decir con "Casillas y Diego López". El buen recuerdo le jugó una mala pasada y esa escena ya forma parte de su anecdotario particular.

La mentalidad de Illgner encajaba a la perfección con el Real Madrid. Era un ganador nato, en su cabeza el resultado estaba por encima de todo y no valían excusas. También un luchador. Acabó perdiendo el puesto con Casillas, pero antes peleó por la titularidad con Buyo y, posteriormente, con Cañizares, ganándoles. Casi nada. Su palmarés de blanco es envidiable: levantó dos Ligas (1996-97 y 2000-01), dos Champions (la Séptima ante la Juventus y la Octava contra el Valencia) y una Intercontinental (1998, la Segunda, frente al Vasco de Gama).

Illgner y Casillas, durante un entrenamiento con el Madrid.
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Illgner y Casillas, durante un entrenamiento con el Madrid.

Pero recordada también es su vida extradeportiva. Hijo de un militar, contrajo matrimonio en 1990 con Bianca Illgner, con la que tiene tres hijos. Sus compañeros en el vestuario destacan su actitud sobria y seca, pero también que cuando le apetecía 'tirarse a la piscina' le frenaban en casa. Su mujer, Bianca, no le dejaba salir a cenar o ir de fiesta con sus compañeros, hasta el punto que no participó en los actos de la Séptima en 1998. No fue ni a Cibeles. El jolgorio de la afición en torno a la diosa fue síntoma inequívoco de que el Madrid había vuelto a la primera plana del fútbol europeo. Aquella noche fue histórica... Pero Bodo no estuvo. Le costaba conseguir ir a las cenas, como para ir ahí.

Los jugadores del Madrid celebran la Séptima en una Cibeles repleta.
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Los jugadores del Madrid celebran la Séptima en una Cibeles repleta.Diario AS

Una retirada prematura

A los 34 años dijo adiós al fútbol. Una lesión en el hombro y haber perdido la titularidad ante Casillas fueron los detonantes de su despedida definitiva. Normalmente un futbolista cuando se retira vive un momento duro e incluso protagoniza una rueda de prensa dramática. No fue el caso, ni mucho menos, de Bodo Illgner. "Despedirme del fútbol en activo no fue difícil para mí. No se trataba de un cambio brusco. Ya en los últimos años de mi carrera solía ser suplente en el Madrid, así que indirectamente me fui alejando poco a poco de los campos. Deseaba conscientemente dedicarme a mi familia después de mi retiro", declaró en una entrevista para la FIFA.

Y así fue. Él, amante de España y de la forma de vida peninsular, se quedó a vivir en Alicante. Previamente pasó un par de años viajando con su familia por Europa en autocaravana. Fue su etapa más nómada antes de asentarse en el mediterráneo, lejos de los focos y del ruido mediático. Illgner apostó por el sol, la tranquilidad, la playa... Y la caña y la tapa. Actualmente compagina su estancia en la Comunidad Valenciana con viajes a Boca Ratón (Miami), donde posee otra vivienda y disfruta de hobbies como el surf, el squash o el voleibol.

Un libro cargado de polémica

En Alicante, donde residió junto a su mujer Bianca, escribió el libro Alles ('Todo', en español). En esas páginas Bodo relató el lado más oscuro del fútbol (sexo, drogas, poder...) a través de la historia de un futbolista con enorme parecido a él. En la presentación reconoció que la historia poseía un 80% de realidad y un 20% de ficción, tal vez para cubrirse ante los posibles reproches que le pudiesen hacer sus ex compañeros.

Bodo Illgner y su esposa, Bianca, durante una cena.
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Bodo Illgner y su esposa, Bianca, durante una cena.

Porque el libro contiene historias realmente comprometedoras de jugadores con mucho renombre. Ese 20% de "ficción" abre la puerta a que el lector dude si son verdad o mera narrativa inventada. En Alles, entre otras cosas, confiesa una aventura de su mujer con un ex compañero del equipo y alude a leyendas del fútbol alemán en situaciones delicadas como Beckenbauer, Matthaus o Effenberg, siempre refiriéndose a ellos con seudónimos.

A qué se dedica ahora

No le costó colgar las botas, pero tampoco se ha desligado del mundo del fútbol. Actualmente es comentarista, habiendo pasado por diversos canales de televisión. Primero aceptó la propuesta del canal alemán de pago Premiere para comentar partidos en directo. Ese papel de analista fue potenciándose con el paso de los años, hasta que acabó colaborando con cadenas más grandes como BeIN Sports o Sky Sports.

Bodo Illgner, junto a Ruud Gullit en una conexión de BeIN Sports.
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Bodo Illgner, junto a Ruud Gullit en una conexión de BeIN Sports.BeIN Sports

"Si un club de la Bundesliga me ofreciera ser director deportivo, tal vez volvería a Alemania. La Bundesliga siempre ha sido interesante para mí", declaró recientemente. Su papel de tertuliano televisivo le ha devuelto a la primera plana mediática y, ahora, no descarta regresar a algún equipo. Sea como fuere, el gigante alemán podría volver al mundo del fútbol en cualquier momento. O a las librerías...