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MIGRANTES DEL BALÓN

Dani Suárez: "Me dijeron que no podría volver a jugar al fútbol"

El central español del Asteras Trípoli relata el calvario que atravesó tras dejar la cantera del Real Madrid. Hoy triunfa en la Superliga griega.

Dani Suárez: "Me dijeron que no podría volver a jugar al fútbol"
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En su último compromiso liguero, el Asteras Trípoli logró mantener a raya al Olympiacos durante 45 minutos. El mismo tiempo que Dani Suárez (Madrid, 1990) aguantó sobre el césped. El central español, que ya estuvo notable frente a Panathinaikos, se quedó en el banquillo al descanso por culpa de unas molestias en la rodilla derecha. Fue entonces cuando El Arabi, Valbuena y compañía comenzaron a inquietar la portería defendida por Papadopoulos, quien acabó encajando tres goles. "Conmigo en el campo podría haber sido peor. Nunca se sabe", justifica Suárez, asentado como uno de los centrales más regulares de la Superliga griega. "Me ha costado llegar a la élite. He tenido muchas dificultades y eso poca gente lo sabe", añade el exmadridista.

Aunque aún no come en la mesa de otros centrales como Valera (PAOK) o Semedo (Olympiacos), Dani Suárez forma parte de los cimientos de un Asteras Trípoli que sueña con llegar a Europa este curso. Para el español, jugar en Primera es un premio al tesón. Tras dejar la cantera del Real Madrid con 25 años, una lesión le mantuvo alejado de los terrenos de juego durante dos largos años. "Después de aquello nadie me quería, pero me escribieron por Facebook para que fuera a hacer unas pruebas en Polonia. Me arriesgué y salió bien", recuerda Dani Suárez, cuyo último tren partió cuando el fútbol profesional ya parecía una quimera. "Los doctores me dieron que no podría volver a jugar, que lo dejara. Había empezar a estudiar INEF", recuerda.

En la maleta que eligió para viajar a Polonia, Dani Suárez cargó las botas y toneladas de fe. Porque nadie le aseguró que fuera a firmar con el Górnik Zabrze, que por aquel entonces militaba en Segunda. Hasta ese momento, el central madrileño había estado tratándose con el fisio de Cristiano y entrenando con el filial del Rayo Vallecano. "Y no me encontraba bien, pero fue llegar a Polonia y cambié el chip. Después del primer entrenamiento pensé: 'Aquí me quedo'". Y así fue. Suárez firmó con uno de los clubes más grandes del país, con el que logró el ascenso a la Ekstraklasa después de un final de temporada soberbio: "A falta de siete jornadas estábamos a ocho puntos del ascenso. La prensa nos daba un 1% de probabilidades".

Tras dos temporadas y media en las que llegó a jugar la fase previa de la UEFA Europa League con el Górnik, Dani Suárez dio el salto a la Superliga griega de la mano del Asteras, un club familiar arraizado en Trípoli, una pequeña ciudad de no más de 30.000 habitantes. "Aquí me siento importante. Estoy jugando y disfrutando mucho del fútbol", valora Suárez, quien a sus 30 años se siente "mejor que cuando tenía 24". El central madrileño comparte vestuario con otros nueve futbolistas españoles, lo que "facilita la adaptación". También eran colonia el pasado curso, cuando Borja Jiménez se hizo cargo del equipo tras ascender al Mirandés a Segunda División. "Su cese lo marcaron los resultados porque jugábamos muy bien, pero nunca ganábamos. Acabará dirigiendo en Primera porque es un gran entrenador". En el banquillo se sienta ahora el serbio Milan Rastavac.

Historias de blanco

"Cuando estás en el Real Madrid sueñas con llegar al primer equipo, pero yo siempre fui muy sensato. Llegué a 'La Fábrica' con 19 años y con 25 estaba en el Castilla. Sabía que era prácticamente imposible que el Madrid tirara de mi. Me sentía un veterano en el vestuario y tenía claro que tendría que buscarme las habichuelas fuera de Valdebebas", recuerda Dani Suárez, quien guarda un grato recuerdo de la etapa en la que tuvo como entrenador a Zidenine Zidane: "Siempre fue mi ídolo, pero cuando llegó al vestuario comencé a verle como lo que era, mi entrenador. Era genial porque sabía lo que sentíamos en cada momento y nos respetaba a todos por igual. Lo mejor era cuando se metía en los rondos. Era una pasada. Estaba mejor que nosotros".

Zidane cambió el día a día del Castilla. "Recuerdo viajes a Bilbao o Socuéllamos. Antes de Zidane fuera el entrenador viajábamos en bus, con él lo hacíamos en chárter. Siempre iba con dos guardaespaldas y nos escoltaba la policía. Pero no por nosotros. Por él", desvela el central del Asteras FC, quien también coincidió con Odegaard: "Tenía 16 años. En su primer entrenamiento ya demostró unas cualidades técnicas que yo no había visto antes. Pero la Segunda B es muy complicada. En su primer partido como titular Zidane lo cambió al descanso porque no había manera". Como Martin, Dani Suárez tuvo que marcharse al extranjero para continuar con su carrera deportiva. Y aunque muchos lo desconozcan -"aún leo: '¡Hostias!, Dani sigue jugando. No sabía donde estaba'"-, sigue dispuesto a dar guerra: "Estoy mejor que nunca".