Las vidas paralelas de Pol Calvet y Javi Pérez
Tras verse obligados a colgar las botas con tan solo 24 años, los exjugadores de Los Ángeles FC enaltecen la importancia de compaginar los estudios con el fútbol.
El talento no es suficiente. En el fútbol, tener calidad no te asegura triunfar en la élite. El deporte crea talentos, pero también los destruye. Por eso adquiere relevancia tener un plan B. Incluso un plan C. Pol Calvet (San Cugat del Vallés, 1994) y Javi Pérez (Rocafort, 1996) los trazaron cuando el fútbol aún les prometía el cielo. Formaron parte de dos de las mejores factorías de talentos del fútbol español, La Masía y Paterna respectivamente. Lo tenían todo para triunfar en la élite, pero las lesiones les acabaron apartando de manera cruel y prematura. El fútbol les dejó con 24 años, pero hoy ambos disfrutan y viven del deporte. Y no, el balón ya no forma parte de su día a día.
"La ingenuidad de la juventud te lleva a pensar que vivirás toda tu vida del fútbol, pero nada más lejos de la realidad. Si lo piensas en frío son muy pocos los que llegan a la élite. Yo siempre tuve presentes los estudios, mucho más cuando las lesiones comenzaron a cruzarse en mi camino", detalla Calvet, quien no dejó de lado la carrera de Administración y Dirección de Empresas ni cuando jugaba en Segunda con el Barça B. "Cuando estaba en el juvenil del Valencia los estudios eran la quinta cosa más importante de mi vida. Acerté colocándolos entre mis prioridades. A los chavales jóvenes les recomiendo que sigan estudiando porque, antes o después, el fútbol te deja. Te dice adiós y tienes que hacer algo", advierte Javi Pérez, graduado en Marketing y Comunicación Digital.
Los Ángeles, la ciudad de las estrellas y los sueños rotos
Calvet tuvo que pasar por el quirófano tras una lesión de isquiotibiales que le mantuvo lejos de los terrenos de juego durante más de un año y medio. Pérez, por su parte, se rompió el cruzado justo cuando iba a dar el salto al Valencia Mestalla. Sus vidas dieron un giro de 180º, y al darse la vuelta ambos coincidieron al otro lado del charco, en la universidad estadounidense de Pittsburgh. Allí triunfaron tanto académica como deportivamente. Compartieron vestuario y disfrutaron de los éxitos de su compatriota. Primero Pol y luego Javi, ambos fueron 'drafteados' por Los Ángeles FC. El primero no llegó a debutar, aunque define su paso por la franquicia californiana como "un regalo": "Tenía claro que, cuando acabara mi etapa en Pittsburgh, no seguiría jugando. Llegar a Los Ángeles no estaba en mis planes, pero tampoco tenía nada que perder". Javi Pérez sí se vistió de corto y conquistó dos títulos: una MLS Supporters' Shield con Los Ángeles FC y una USL Championship gracias a los partidos que jugó cedido en Phoenix Rising: "Fue una experiencia muy positiva. Disfruté jugando y le saqué mucho partido a la ciudad. Pensaba: 'Tengo 23 años, vivo en Los Ángeles, tengo un buen sueldo y lo gano jugando al futbol, que es lo que me gusta. Tengo que sacarle el máximo jugo posible a este momento de mi vida'".
Calvet no renovó y decidió colgar las botas; Javi volvió a romperse el cruzado y Los Ángeles le dieron la espalda: "Cualquier club renueva a un jugador que tiene en nómina y sufre una lesión grave. Se portaron mal conmigo, pero prefiero quedarme con los buenos momentos". También puso fin a su carrera deportiva. Cuando dictaron sentencia, ambos tenían 24 años. "Fue una decisión muy premeditada y no me arrepiento de nada. En el fútbol no me veía mucho más recorrido", reconoce Pol Calvet. "Lo mío fue más circunstancial. Fui a Estados Unidos para tener más opciones de ser futbolista profesional, pero después de tres roturas de ligamento cruzado anterior decidí priorizar mi salud. Mi rodilla es un cuadro: tengo siete cicatrices y me tengo que pinchar un día sí y otro también. Si me sucede otra vez puedo quedarme cojo de por vida", detalla Javi Pérez.
La idea de volver a jugar al fútbol pasó por la cabeza de Pol Calvet y Javi Pérez, pero finalmente los dos decidieron iniciar un nuevo camino en el que el balón ya no es el protagonista. Pol trabaja como responsable de patrocinio de Beach Soccer Worldwide, empresa que gestiona el fútbol playa a nivel mundial: "Te das cuenta de que el fútbol es una escuela de vida. Desde muy joven formas parte de un grupo de personas con un objetivo común y eso ayuda a la hora de desembarcar en la vida laboral. Lo que aprendí en el Barça -en cuya cantera estuvo ocho años- me ha ayudado a reconstruir mi vida". Javi Pérez, por su parte, forma parte de DV7 Management, agencia encabezada por David Villa centrada en la representación, gestión y marketing de futbolistas profesionales. "Tener la mente ocupada ayuda a que el proceso sea mucho más fácil. Llevo mucho tiempo mentalizándome y poco a poco me voy acostumbrando a la nueva vida lejos del fútbol". Invertir en el futuro nunca fue tan rentable.