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VALENCIA

La oferta de renovación a Gayà se adapta a la pandemia

El club le propone una mejora económica escalonada para mantener a corto plazo el control en el coste de plantilla; el lateral se tomará tiempo para responder.

José Luis Gayà, con el brazalete de capitán del Valencia.
Alberto Iranzo.

José Luis Gayà tiene contrato en vigor hasta 2023. Aún así el Valencia lleva tiempo queriéndole ampliar su vinculación por cuestión de imagen (anda huérfano el club de buenas noticias) y también por méritos del futbolista, cuyo rendimiento e implicación le han convertido en primer capitán del vestuario. Lo es porque lleva el brazalete y también porque ha ejercido como tal de puertas hacia dentro en las últimas semanas a raíz del caso de los pagarés. El Valencia quiere darle a Gayà un contrato acorde a sus prestaciones, aunque su oferta se adapta a los tiempos de la pandemia y la crisis económica que conlleva.

El Valencia pretende ubicar el salario de Gayà en el top de la plantilla, que en la actualidad ronda los 2,8 millones de euros. Pero su propuesta es escalonada, es decir, los emolumentos irán de menos a más. Según fuentes del club, ese modelo de propuesta, que se propondrá a partir de ahora en cada oferta de renovación, se ajusta a los tiempos de la pandemia. De esta forma, Gayà no vería una mejora en su contrato a corto plazo. La subida salarial se produciría en años futuros, cuando se entiende desde el club que se recuperarán ingresos ahora mermados por la pandemia (abonados, taquilla, patrocinadores…).

Gayà, según apunta Radio Valencia Cadena SER, se toma la situación con calma. Su voluntad es la de continuar durante muchas temporadas más en el Valencia, negándose desde hace años a escuchar ofertas de terceros, si bien tampoco tiene prisas por acelerar una renovación cuando tiene contrato hasta 2023. Gayà tampoco tiene ganas de que se genere ruido alrededor de su futuro. Él está tranquilo y con la mirada puesta en la presente temporada, en la que confía en el resurgir del equipo y en sus opciones de representar a España en la próxima Eurocopa.

La propuesta escalonada del Valencia, según se recalca desde el club, tiene como único cometido mantener el control a corto plazo respecto al coste de la plantilla. La directriz marcada por Peter Lim es reducir dicha partida del presupuesto a dos años vista hasta una cifra lo más próxima posible a los 80 millones de euros (163 fue el coste de la plantilla el curso pasado). Hay que decir que la fórmula de mejoras escalonadas en las renovaciones es algo que ya estaba inventado en el fútbol desde hace tiempo y no a causa de ninguna pandemia, sino simplemente con miras a que si en un futuro se realiza un traspaso, esté llegaría en los años en los que el futbolista en cuestión más salario fuera a percibir.

El Valencia, caso Gayà al margen, tiene la consigna desde Singapur de apretarse aún más el cinturón en la presente temporada. Como informaba ayer As.com a la hora de informar del caso Borja Mayoral, la propiedad tiene dudas sobre el desarrollo de la temporada por la pandemia y tal incertidumbre lleva a no querer realizar inversiones altas (o relativamente elevadas). Se apuesta por un mercado de cesiones y una plantilla de no más de 22 futbolistas profesionales. De ahí que se ajuste las prioridades (central y medio) y continúe abierta la puerta de salida del vestuario: por número (actualmente Gracia tiene 25 jugadores más los canteranos) y por necesidad económica.

El club, por los traspasos de Ferran, Coquelin y Rodrigo, en el supuesto de que se cumplieran todas las variables, ingresará alrededor de 75 de los 100 millones que necesitaría recaudar por venta de activos para equilibrar su presupuesto. No obstante, ahora mismo, dado que las ventas para cuadrar cuentas puede realizarse hasta el próximo 30 de junio de 2021, la prioridad en la actualidad a la hora de dar salida a jugadores por tema económico es reducir el coste de plantilla (salario más amortización), caso de Jasper Cillessen.