La hora de Jesús Jiménez
Tras la marcha de Angulo a India, el leganense debe demostrar que está capacitado para ser el faro ofensivo del Górnik: "Es algo que no me presiona".
No aparece entre los máximos goleadores españoles de la Ekstraklasa, pero tan solo es cuestión de tiempo que Jesús Jiménez (Leganés, 1993) se haga un sitio en la historia de la Primera División polaca. Desde su llegada al Górnik Zabrze en verano de 2018, el delantero leganense ha experimentado un crecimiento constante. Evolución a la que, sin embargo, aún le resta el paso más importante: tras la marcha de Igor Angulo a India, Jiménez deberá demostrar que está capacitado para ser el faro ofensivo del Górnik: "La salida de Igor es complicada. Ha estado aquí cuatro años en los que ha rendido a un gran nivel y los que nos quedamos estamos obligados a dar un paso al frente. La responsabilidad goleadora recae ahora en mi, pero es algo que no me presiona. Es un reto y espero poder afrontarlo de la mejor manera posible".
Desde su llegada a Zabrze, Jesús Jiménez destacó como el socio perfecto de todos sus compañeros de ataque. En su primera campaña firmó siete goles y regaló 10 asistencias, lo que no le libró de un complicado proceso de adaptación: "Era mi primera aventura en el extranjero y los inicios fueron difíciles. Aquí todo es diferente, incluso el fútbol. El idioma, por ejemplo, condiciona mucho. Llegas al vestuario y no te enteras de nada. Te lo traducen, sí, pero no es lo mismo. No es tan fácil sacar tus propias conclusiones. Tardé seis meses en adaptarme, pero a partir de ese momento todo fue a mejor. Cogí confianza y eso se reflejó en el campo". Sobre todo en la 2019/20, campaña en la que Jiménez acabó por explotar de cara a puerta: 12 tantos y ocho asistencias le convirtieron en uno de los mejores atacantes de la Ekstraklasa, algo que consiguió desde la banda, ocupando el extremo izquierdo y reservando gasolina para las tareas defensivas. "Esta temporada jugaré más cerca del área y los resultados dirán si sigo ahí o regreso a la banda. Es tan importante marcar como asistir y estoy seguro de que jugando más adelantado mejoraré mis cifras", vaticina.
Y todo apunta a que razón no le falta. El Górnik Zabrze inició la temporada 2020/21 con una victoria (3-1) frente al Jagiellonia en Copa. Jesús Jiménez apareció, y lo hizo cuando su equipo más le necesitaba. Con empate en el marcador, el delantero español trazó un desmarque que recordó a algunas de las mejores tardes de Igor Angulo en Zabrze. Recibió el balón y, colmado de confianza, lo mandó a guardar. Un partido; un gol. Y la racha debe continuar el próximo fin de semana en la Ekstraklasa, en cuya primera jornada los mineros reciben al recién ascendido Podbeskidzie. "Debemos ganar porque el objetivo es estar lo más arriba posible. El Górnik Zabrze es el club con más títulos de Polonia, debemos ser consecuentes con nuestra historia", advierte Jiménez, quien espera seguir cumpliendo con el objetivo que le llevó a Polonia: "Proyectar mi carrera deportiva". Lo hará, por suerte, con aficionados en las gradas: "Vamos a empezar con un 50% del aforo. Es algo que me alegra porque los partidos sin público son complicados. Recuerdo el primero que jugamos tras el parón: antes del pitido del árbitro no se escuchaba nada. Más que un partido de fútbol parecía un entierro".
Jesús Jiménez, valiente, ha establecido su residencia en Gliwice, sede del máximo rival del Górnik Zabrze, el Piast. "Es una ciudad tranquila, perfecta para centrarte en jugar al fútbol", aunque "cuando anochece hay quien se atreve a gritar algo". "Por el día", añade, "no hay ningún problema. Es más, en Gliwice hay muchos seguidores del Górnik". La rivalidad suele ser sana, pero no hay que olvidar que ambas aficiones protagonizaron en 2018 uno de los mayores incidentes de los últimos años en la Ekstraklasa. Es por eso por lo que Jesús Jiménez y Jorge Félix -jugador del Piast hasta que se marchó al Sivasspor este mismo verano-, excompañeros en el Alcorcón B, no pudieron quedar tanto como les habría gustado: "Nos habría gustado vernos más, pero a la gente no le agrada que nos juntemos. Nosotros, además, en las últimas temporadas hemos estado abajo y ellos luchando por el título. Quedamos, claro, pero siempre muy tapados".
Golpeado por la pandemia
Jesús Jiménez nació y creció en Madrid, una de las regiones más golpeadas por la crisis del coronavirus que aún azota a España. El jugador del Górnik perdió a su abuela, lo que hizo "muy complicada" la cuarentena en Polonia. "Espero que todo cambie pronto porque todo el mundo merece ya volver a la normalidad. Toda mi familia está en Madrid y a nivel mental está siendo complicado", desvela el futbolista, que vive una realidad completamente distinta en Gliwice: "Resido en una de las zonas más afectadas de Polonia, pero aquí la gente lleva una vida completamente normal. Ves alguna mascarilla, pero nada comparado con España. Yo la llevo porque el club nos obliga a cuidarnos. No hay que olvidar que el virus sigue ahí y debemos protegernos para poder jugar".