Érica Hernández, la maña que rompe barreras en la Superliga china
La fisioterapeuta española es la única mujer en la máxima categoría del fútbol chino. Dirige junto a su marido, Jordi Escura, el departamento médico del Qingdao.
Después de anotar el gol que supuso el primer punto del Qingdao Huanghai en su retorno a Primera, Romain Alessandrini se dirigió al banquillo para celebrarlo con Érica Hernández (Zaragoza, 1980). "Que los jugadores valoren mi trabajo me hace feliz", escribió después en redes sociales la primera y única fisioterapeuta de la máxima categoría china. Tras estudiar INEF y especializarse en fisioterapia deportiva, Érica Hernández unió su vida al fútbol: hizo las prácticas en la UE Lleida y posteriormente trabajó en el Suphanburi tailandés, desde donde dio el salto a China. "Siempre me ha gustado mucho el fútbol, tanto verlo como practicarlo. Por eso tenía claro que quería trabajar en algo relacionado con el deporte y la salud", desvela desde Suzhou, donde Qingdao disputa todos sus partidos de la Superliga china.
En 2016, Érica se unió junto a su marido -el exjugador internacional con Andorra Jordi Escura- al cuerpo técnico de Jordi Vinyals en el Qingdao Huanghai, donde ya ha completado cuatro temporadas que la convierten en un caso único: "En Tailandia había más chicas, una fisio y una psicóloga. Pensé que en Asia sería más habitual ver a mujeres en los clubes masculinos, pero en China me llevé una sorpresa. Soy la única y eso me hace pensar que soy una afortunada. Espero dejar de estar sola pronto". Su soledad responde, entre otras cosas -"hay mucho desconocimiento, inseguridades y comodidad"-, a las arcaicas costumbres chinas: "Al principio dijeron que no me podía sentar en el banquillo ni viajar en el autobús del equipo porque daba mala suerte". Por suerte, recuerda entre risas, "todo se solucionó y quedó en una anécdota": "Los jugadores siempre me han tratado como a una princesa".
Jordi Escura y Érica Hernández son los únicos 'supervivientes' de la etapa de Jordi Vinyals en el Qingdao Huanghai. La pareja siguió a cargo de los servicios médicos con la llegada al banquillo de Juanma Lillo y continúa tras el desembarco de Wu Jungui, con quien el club chino palió el inesperado 'no' de Pablo Machín. "Los cambios me cuestan bastante, pero porque he estado muy a gusto con toda la gente con la que he trabajado. De todos modos, nuestra área se ha visto poco afectada. Seguimos trabajando en la misma línea. Nos encargamos con todo lo que tiene que ver con el departamento de salud. Tanto el diagnóstico como el trabajo de prevención y los tratamientos. Tenemos que organizar las pruebas médicas de cada jugador, coordinarnos con el preparador físico... Lo hacemos todo, vaya", detalla Érica, quien se ha encontrado con más de una caja sorpresa china: "Realizan técnicas que para nosotros no tienen mucha lógica, pero en la medicina oriental son completamente normales. Un ejemplo es el tratamiento de las anginas. La primera vez que lo vi me quedé alucinando. No me lo podía creer. A través de pellizcos en el cuello van produciendo hematomas. Dicen que así se extrae el calor de dentro y eso les ayuda a curar las anginas. Otra es que nosotros tenemos una máquina para aplicar calor superficial y profundo. Ellos usan un secador. Dicen que les funciona también cuando quieren tratar un músculo profundo. Nos quedamos sorprendidos, pero como dicen que les funciona, adelante".
Jordi y Érica, un tándem perfecto
Érica Hernández no solo ha hecho historia tras convertirse en la primera y única fisioterapeuta de la Superliga. Junto a Jordi Escura, exjugador internacional con Andorra, la maña forma un matrimonio muy especial: el único que trabaja en un mismo club en todo el fútbol profesional chino. "Hago doblete", bromea Hernández, quien en el trabajo ve a Escura "como un compañero más": "Hacemos un tándem perfecto porque nos conocemos muy bien y sabemos cuáles son nuestras virtudes y nuestros defectos. Y casualmente lo que a él se le da peor a mi se me da mejor y viceversa. Ha sido una pieza fundamental en mi desarrollo como profesional y, la verdad, seguiría en esta línea para siempre", sentencia.