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Víctor Fernández anuncia su marcha: “Me he vaciado y estoy realmente agotado”

El técnico ha puesto hoy fin a su tercera etapa en el banquillo del club aragonés: “Mi corazón y mi cabeza siempre van a acompañar al Real Zaragoza y mis puertas siempre estarán abiertas para echar una mano”.

Zaragoza
Víctor Fernández posa junto al presidente Christian Lapetra y el director deportivo Lalo Arantegui con una camiseta en la que se puede leer 'Gracias, Víctor'.
Víctor Fernández posa junto al presidente Christian Lapetra y el director deportivo Lalo Arantegui con una camiseta en la que se puede leer 'Gracias, Víctor'.TINO GIL / REAL ZARAGOZA

Víctor Fernández, el entrenador que más partidos ha dirigido en la historia del Real Zaragoza, ha puesto hoy fin a su tercera etapa en el banquillo del club aragonés a través de una comparecencia en la que ha anunciado su marcha y se ha despedido de todo el zaragocismo. Asegura que el motivo de su adiós no es otro que el agotamiento y que se va triste por no haber podido lograr el ascenso, dejando las puertas abiertas al club en el futuro. La rueda de prensa, en la que ha estado acompañado por el presidente Christian Lapetra y el director deportivo Lalo Arantegui, que a la conclusión le han hecho entrega de un marco y una camiseta en la que se podía leer ‘Gracias, Víctor’, ha comenzado con una primera intervención del técnico:

“El motivo de mi comparecencia en esta rueda de prensa telemática es para despedirme y comunicar que mi etapa en el Real Zaragoza ha finalizado. Creo que es necesario un nuevo rumbo en esta política deportiva, con la intención de lograr el ansiado ascenso. Quiero agradecer a todo el mundo la entrega que ha tenido por contribuir en la búsqueda de ese logro. Gracias al consejo de administración por haber depositado la confianza en mi persona, también a la dirección general, dirección deportiva, cuerpo médico, jugadores, utileros, auxiliares, administrativos, medios de comunicación… Para todos las gracias porque todos han arrimado el hombro para luchar por este objetivo que desgraciadamente no lo hemos podido conseguir.

Cronológicamente, pensaba que mi etapa iba a terminar después de los seis meses, cuando se me solicitó en una situación muy crítica para el Real Zaragoza en esa lucha por la supervivencia y evitar la Segunda B, pero la insistencia del club y de la afición hicieron cambiar mi opinión y afrontar con una gran ilusión esta temporada para intentar dar ese asalto definitivo a una categoría que es la que nos corresponde.

Desde hace meses tenía asumido que iba a ser mi último momento. Así se lo comuniqué antes de la pandemia a Cuartero y Lalo, para que buscaran ya a otra persona ocurriera lo que ocurriera. Es decir, no les tiene que llegar de improviso esta decisión, que era absolutamente meditada. Las razones son fundamentalmente que me he implicado muchísimo en este proyecto y en alcanzar este sueño, he trabajado, como todos mis jugadores y todos los que hemos estado al frente, muchísimo las 24 horas al día para darle éxito a esta temporada y en este camino nos hemos enfrentado a muchísimas adversidades desde el principio.

Ha sido una temporada muy dura y exigente, con muchos contratiempos. Yo diría que ha sido un goteo permanente de fatalidades. Hemos luchado por sobreponernos a ellas y en la mayoría de las ocasiones lo hemos logrado. Creo que la pandemia ha sido definitiva para noquearnos. Ahí nos han neutralizado muchísimo en una trayectoria brillante y ascendente, con el equipo siempre en playoff y posteriormente en puestos de ascenso directo. En ese sentido creo que esto ya nos ha superado y si a eso le añadimos que hemos tenido muchos contratiempos en cuanto a lesiones, propias y ajenas a la competición, porque iniciamos este nuevo formato de fútbol con muchísimas bajas desde la primera semana, nos ha llevado a una situación límite jornada tras jornada y, sobre todo, sin poder contar con nuestra principal arma, que es nuestra afición.

Tristemente ha tenido este desenlace, no pudiéndolo lograr en el playoff. Creo que hemos hecho dos buenos partidos, pero que no han resultado suficientes por esa falta de gol. Repito mi agradecimiento a todos por haber participado en esta batalla diaria que hemos tenido. Mi agradecimiento por la confianza que han depositado en mi persona. Saben que siempre voy a estar al lado del Real Zaragoza, en otro escenario, ya sea desde la grada cuando abran el campo o desde la televisión, pero siempre mi corazón y mi cabeza van a acompañar al Real Zaragoza. Siempre estaré a disposición de lo que me requieran o me soliciten en cualquier momento.

Dar una vez más las gracias a una afición maravillosa, que hasta el mes de marzo nos ha acompañado de una manera increíble, llena de alegría y colorido, llenando el campo, participando en los partidos de una forma decisiva. Lo lamento por ellos, pero somos zaragocistas y hay que pensar ya en la próxima temporada. Creo que vendrá gente con nuevas energías y con la mente mucho más fresca, cosa que yo en estos momentos no tengo porque me he vaciado y estoy realmente agotado. Ojalá que todo salga bien y al final alcancemos el sueño que corresponde”.

Tras esta primera intervención, Víctor Fernández ha respondido a las preguntas de los medios de comunicación.

—¿Cree que el Real Zaragoza hubiera ascendido sin la pandemia?

—Lo que uno pueda decir ahora no lo puede demostrar, pero estoy absolutamente convencido de que sin la pandemia el Real Zaragoza ya hace muchas semanas que estaría en Primera División porque son dinámicas. Había un equipo configurado, todo el mundo se sabía la alineación de memoria, la gente llenaba el campo, había un matrimonio perfecto equipo-afición, demostrábamos que sabíamos competir, mostrando un muy buen nivel de fútbol y obteniendo muy buenos resultados. Obviamente, la pandemia nos ha destrozado porque todas las reglas del nuevo formato nos han perjudicado claramente. No ha habido continuidad en el juego, muchas interrupciones, muchos cambios… además de no poder contar con nuestra principal fuerza, que es nuestra afición. Estoy absolutamente convencido de que el Real Zaragoza en estos momentos sería un equipo de Primera División.

—¿Qué Real Zaragoza le gustaría ver la próxima temporada?

—Va a ser un escenario de interrogantes. La única certeza es que independientemente del presupuesto que pueda plantear el club, el objetivo siempre será ascender. No puede ser otro, es el que corresponde a un equipo de la grandeza e historia del Real Zaragoza. No sé las pautas que se marcarán desde la dirección general y deportiva, pero entiendo que volverá a ser fundamental acertar en lo que es la planificación deportiva, rozando casi la perfección. Tampoco sé si tendrán más posibilidades económicas que este año o si la corrección económica irá acompañada de una mejora en las posibilidades deportivas. No sé las pautas que puede marcar el club en función de su situación económica, que realmente es penosa y nos está condicionando muchísimo estos años. Deseo que se acierte en todo y que todas las circunstancias tan adversas que ha habido esta temporada no nos golpeen con la violencia que nos han golpeado porque nos han hecho muchísimo daño.

—¿Se marcha con esa espinita clavada de no haber podido lograr el ascenso?

—Me marcho muy triste porque yo veía que ese sueño lo estábamos rozando y se podía conseguir perfectamente, que se habían hecho realmente bien las cosas y que se había generado un clima alrededor del equipo ideal. Y me voy muy triste porque no se ha conseguido y por las razones que nos han apartado de ese logro. No hemos podido superarnos ante tanta adversidad, todo ha ido en nuestra contra y en ese sentido me voy con esa tristeza inmensa, pero al mismo tiempo también con la satisfacción de que hemos dado todo. No sólo los que estamos aquí al frente, sino también los jugadores. Nos hemos entregado al máximo, creo que hemos sido un equipo muy profesional y comprometido, nos hemos dejado todo y si no hemos dado más es porque no nos alcanza para más. La única herida que me queda es que no hemos podido hacer felices a miles y miles de zaragocistas, ya que todos pensábamos que éste era el año del sí. Tenemos que esperar, pero como somos zaragocistas, nadie nos va a detener y lo vamos a seguir intentando el próximo año, cada uno desde el lugar que le corresponda.

—¿Qué explicación se puede dar a la diferencia de rendimiento de antes y después del confinamiento?

—Es evidente que nosotros hicimos una apuesta por concentrar calidad en un número determinado de jugadores. Con nuestro presupuesto, el 14º, no podíamos aspirar a tener la riqueza de plantilla y recursos que tenían otros equipos para afrontar este nuevo formato de competición, con partidos cada 72 horas y poco margen de recuperación. Es un poco cambiar la competición porque nosotros teníamos un calendario con partidos cada seis o siete días. Eso nos ha perjudicado muchísimo y eso ha ocurrido porque éramos una plantilla en la que apostábamos por concentrar la calidad en una serie de jugadores y porque esta adversidad nos ha castigado muchísimo en cuanto a lesiones y además muchas veces en las mismas demarcaciones. No hemos tenido respuestas para esto y también se ha demostrado que en una situación de ir a contracorriente, sin el viento a favor, hemos bajado el rendimiento a nivel individual de una forma notable y eso nos ha perjudicado mucho en el rendimiento colectivo. Hasta cierto punto es lógico porque había muchos jugadores jóvenes.

—¿Se verá una nueva etapa de Víctor Fernández en el Real Zaragoza, ya sea en el banquillo o en otro cargo?

—Lo único que quiero ahora es irme de vacaciones y ya he dicho antes que yo siempre estaré a disposición del Real Zaragoza para lo que me reclame y me necesite como zaragocista. En ese sentido siempre estarán mis puertas abiertas para echar una mano donde toque y corresponda.

—¿Con qué se queda de esta última etapa como entrenador del Real Zaragoza?

—Me quedo con la capacidad de resistencia que tiene el ser humano ante tanta adversidad porque para mí ha sido algo absolutamente novedoso. Nunca he tenido una temporada tan larga en la duración, trece o catorce meses, y hemos necesitado una capacidad de resistencia y supervivencia extraordinaria. Ha habido sufrimiento, un sufrimiento que he visto reflejado en todos los que hemos formado parte del club porque han sido muchas adversidades continuas. Era un goteo permanente de fatalidades y calamidades, que arrancó con el tema de Dwamena pero que tuvo continuidad con lesiones graves de jugadores y otros contratiempos. Me parece increíble la capacidad de resistencia del ser humano y en este caso de los que hemos formado parte de esta aventura. Lo que parece negativo me lo quedo como un aspecto positivo porque nunca nos hemos rendido y hemos intentado hacer frente a todas estas circunstancias, pero lógicamente te queda la desolación, la tristeza y el vacío de que lo hemos tocado con la yema de los dedos y que hemos convivido con ese sueño durante mucho tiempo y desgraciadamente para nosotros se nos ha escapado porque no hemos sido capaces de dar ese último esfuerzo positivo y con resultados que requería la competición.

—¿A qué debe agarrarse el zaragocismo para ilusionarse de nuevo?

—Los dirigentes deben tratar de acertar en la búsqueda de soluciones económicas. Yo creo que el club va a necesitar un nuevo impulso económico que nos dé, sobre todo a los responsables de configurar la plantilla, un margen mayor para aspirar a jugadores más competitivos, pero esto es difícil. Ya lo dije a lo largo de la temporada cuando tuvimos que hacer esas ventas y la de Pep Biel, que las correcciones económicas, que son necesarias e imprescindibles para la supervivencia, normalmente van acompañadas de un debilitamiento en cuanto a las posibilidades deportivas de captación. Es muy fácil sentarme aquí y decir que necesitamos más dinero y que se ponga más dinero, ya que es el dinero de los demás y no es el dinero propio, pero las consecuencias son las que estamos viviendo ahora. Se ha demostrado que si acertamos en la planificación deportiva vamos a ser un equipo que va a estar siempre aspirando a estar en el playoff de ascenso y hay que agudizar el ingenio, agilizar la captación, acertar con cómo quieres jugar, que encajen todas las piezas, que haya más suerte que la que hemos tenido, que todo fluya de una forma natural y que no existan tantas adversidades porque creo que si seguimos en esta línea estratégica del club, no hay margen para la equivocación. Es lo que hemos podido comprobar este año, que haciendo bien las cosas nadie podía esperar una pandemia y nadie esperaba que se parara la Liga dos o tres meses, todas estas medidas que se han tomado y que las lesiones nos castigaran, que forman parte del juego, pero que han sido muy crueles para nosotros. Incluso la forma de perder partidos ha sido muy cruel. Hasta el último partido contra el Elche fue una demostración de lo injusto que ha sido el fútbol con nosotros. Por tanto, éste es el panorama que esperamos a no ser que haya un golpe mágico, que va a ser difícil porque la situación actual del Real Zaragoza sigue siendo, por lo que me dicen los dirigentes, una situación económica muy delicada y también con unos tiempos en los que no sé si es fácil asumir riesgos económicos porque no sabemos cuál es el escenario, no sabemos cuándo volverá la gente, no sabemos el tema de los abonados o los contratos televisivos… Son tiempos de incertidumbre, son tiempos en los que nadie puede afirmar con rotundidad qué es lo que va a ocurrir, pero sí que tengo la rotundidad de que de nuevo va a pasar por una extraordinaria planificación, como creo que se ha hecho este año, acertar con los jugadores y el entrenador y que desde el principio nos vendan ilusión y confianza. Y seguro que si nos venden ilusión y confianza, todos los zaragocistas vamos a acompañar este proyecto con las mismas ganas y las mismas fuerzas con las que nos han acompañado esta temporada.

—¿Qué peso cree que debería tener la cantera en toda esa planificación?

—Cuando un equipo no tiene posibilidades económicas, el salvavidas de cualquier club siempre ha sido la cantera. Yo creo que aquí se dan las dos circunstancias. Por un lado se da la necesidad de recurrir a la cantera por las necesidades económicas que existen y por otro también existe la convicción, que es muy importante. La dirección deportiva está convencida de que hay buenos jugadores en la cantera del Real Zaragoza. También la normativa nos está perjudicando mucho en la huida de jugadores, al sentirse uno indefenso en la defensa de sus intereses deportivos y económicos, pero creo que ese camino va a seguir siendo el correcto. Seguirá siendo el salvavidas del Real Zaragoza en los próximos años mientras no se pueda hacer una apuesta equilibrada entre el cantera y cartera. Mientras tantos la cantera va a tener una prioridad absoluta y en la captación de jugadores en el mercado es importante adelantarte a los demás y que encajen perfectamente en la filosofía del club. Zaragoza sigue siendo una ciudad atractiva para jugar al fútbol, una ciudad fantástica para crecer como futbolista y para mostrarte en el panorama futbolístico español. A esas ventajas son las que el Real Zaragoza se debe agarrar.

Tras esta última respuesta, Víctor Fernández ha querido volver a despedirse de todo el zaragocismo:

“Muchísimas gracias a los medios de comunicación por haberme aceptado y aguantado y a todos los miembros de este club que han luchado conmigo por intentar alcanzar este sueño. No hay que perder ni la ilusión ni el optimismo y si no ha sido este año, vamos a pensar que será en el siguiente. Un abrazo a todo el zaragocismo y siempre estaré allí presente con ellos en la búsqueda de lo mejor”.