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ATLÉTICO DE MADRID

Lisboa pone nota en el Atlético: plantilla, juego, altas, Simeone...

El equipo rojiblanco se jugaba el salto de calidad de la temporada en la Champions, pero el Leipzig acabó con el sueño en cuartos. Año de transición complicado.

Los jugadores del Atlético tras el segundo gol del Leipzig.
Los jugadores del Atlético tras el segundo gol del Leipzig. JESUS ALVAREZ ORIHUELAPOOL / DIARIO AS

Es difícil hacer un análisis en caliente cuando te jugabas la nota de la temporada en una Champions tan jugosa y es el insospechado Leipzig el que te deja en el camino. El Atlético soñaba con el título para poner un broche de oro que hubiese vaporizado todas las dudas de la temporada, pero quizás desde todos los sectores se miró demasiado a la meta y poco al primer escollo, un equipo alemán que sin su gran estrella mandó a la lona todas las ilusiones colchoneras.

Hay que tener en cuenta que era un año complicado, de transición como analizó Simeone desde el primer día después de perder a su núcleo duro de la defensa (Godín, Filipe, Juanfran y Lucas), a Griezmann, estrella y máximo goleador en las cinco temporadas en el club e incorporar a ocho caras nuevas en verano. Pero, sin duda, la planificación ha tenido lunares. Algo que se demuestra en cuanto posees tres laterales derechos y solo uno izquierdo, el pivote que llega para suplir el enorme hueco de Rodrigo y pelear por un puesto de titular en el mediocentro acaba siendo tu delantero estrella, entre tus dos puntas suman 21 goles, cifras que por sí solas ya prácticamente te inhabilitan para pelear por títulos y tu gran refuerzo invernal se acaba frustrando (Cavani) para terminar recuperando desde China el último día de mercado a un Carrasco que ha acabado demostrando que tiene nivel de sobra para ser titular en el Atlético, pero que ha necesitado dos meses para ponerse a tono y cuya aclimatación podría haberse acelerado firmándole el 1 de enero y no el 31

Sin duda es fácil hablar a posteriori, pero si bien es cierto que la pretemporada ilusionó a todos, finalmente el objetivo cumplido del tercer puesto ya parece insuficiente hasta para el propio Oblak, que se lamentaba en AS de que "uno es el objetivo que marca el club y su necesidad y otro el que yo tenía en la cabeza, mi esperanza. Ésta era competir más con Barça y Madrid hasta final de temporada. No pudo ser, salió como salió y el objetivo se cumplió, pero mi esperanza no". Más que por el resultado en sí, por la forma de conseguirlo, muy alejado de la competitividad rojiblanca de otros años. 

Muchos momentos de la temporada donde el juego no ha dado para generar acciones de peligro y poder romper los empates que tanto han lastrado al equipo. Anfield, la gran noche de la temporada, fue un punto de inflexión para el buen nivel mostrado tras el parón. Antes se había visto a un Atlético menos fiable atrás y con mucha menos pólvora arriba, algo marcado completamente por la ausencia de Griezmann, el jugador que definía tantos partidos. Y es que el equipo rojiblanco llegó a encadenar rachas con cuatro de cinco partidos seguidos en Liga sin marcar y sumar empates y empates que en febrero ya habían dejado inalcanzable LaLiga. Muchas primeras partes tiradas a la basura, segundas mostrando mejor cara, pero con los delanteros necesitando demasiadas acciones para definir y lesiones por doquier. 

Sin goleador a la vista

Entre los nuevos fichajes, hay que decir que varios de ellos han dejado gran poso pensando en el próximo curso. Contra el Leipzig, Trippier, Lodi, Herrera, Carrasco y Llorente eran titulares llegados en los últimos meses. Desde el banquillo salió João Félix para dar otro aire al equipo, finalmente insuficiente pese a echarse al equipo a la espalda. Caras nuevas como las de Lodi, Llorente, Carrasco o Felipe han sido de las mejores noticias del curso. El portugués por su parte deberá dar un paso adelante la próxima campaña, aunque ha dejado claro que calidad le sobra. En el caso de Trippier, su año ha ido de más a menos y otras caras nuevas como Herrera, Hermoso o Saponjic no han llegado a dar el salto de calidad. 

Pero quizás la posición que más preocupe es la del '9', donde Costa ha acabado por ganarle la partida a Morata pese a acabar el curso con cinco goles. Si Griezmann se marchó tras su peor temporada anotadora en el club con diferencia, hizo los mismos goles que los dos delanteros centros juntos (en su mejor año llegó a 32). Ante el Leipzig también se evidenció una completa dependencia de Thomas en el medio, sin que Herrera haya podido suplirle y mientras el ghanés continúa sin renovar. Otros futbolistas muy caros como Lemar o Vitolo tampoco han dado ese paso adelante. Llegados a tal punto, hay que analizar lo que puede hacer Simeone, ya sin el Mono Burgos, pensando en la próxima temporada. 

Diego Costa tras el primer gol del Leipzig.
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Diego Costa tras el primer gol del Leipzig.JESUS ALVAREZ ORIHUELAPOOL / DIARIO AS

El técnico argentino ha vivido quizás su temporada más difícil en el club. Adaptar a tantas caras nuevas a su esquema no ha sido nada fácil y si sus fichajes siempre han necesitado aclimatación, este año se lo ha tenido que saltar por obligación. Quizás se le pueda acusar de falta de variantes para amoldar el estilo a jugadores diferenciales como João Félix a su librillo de estilo. El Cholo sufre contra equipos que se saben peores y contra defensas con tres centrales. Queda el mal sabor de boca después de eliminar al Liverpool, siendo muy superior en el Wanda Metropolitano y demostrando una sobresaliente supervivencia en Anfield, de acabar cayendo ante el Leipzig.

Simeone deberá trabajar la próxima temporada como resolver la falta del goleador. Desde su llegada había tenido a Falcao, Diego Costa y Griezmann a niveles estelares. Ahora está huérfano de esa estrella. La solución pasa por un salto de calidad enorme de Morata y João Félix o acudir al mercado con muy pocos recursos para firmar a un goleador de garantías a base de trueques o de soluciones imaginativas. Una tarea complicada donde un año más, el otro gran reto para poder pelear por títulos será mantener a jugadores diferenciales como Oblak, Giménez o el propio Thomas