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MANCHESTER CITY - REAL MADRID | LA INTRAHISTORIA

Paul Lake, el héroe inconcluso del Manchester City

Vivió el Mánchester loco de finales de los años 80 como capitán 'citizen', rechazó a Ferguson, sufrió 16 operaciones y se retiró con 26 años.

El exjugador del Manchester City Paul Lake posa sentado en una butaca de una zona preferencial del Etihad Stadium.
Getty ImagesDavid Ashdown

A finales de los ochenta y principios de los noventa, la industriosa Mánchester era el sitio de moda en Inglaterra, the place to be. El acid house, las raves y por supuesto, el United y el City. "Londres, que no suele mirar por encima del hombro, nos miraba a nosotros, éramos la ciudad que molaba". Lo relata Paul Lake, quizá el gran héroe de culto citizen. Al otro lado del teléfono, hace de guía para AS sobre su dura historia personal, como capitán del City con 21 años capaz de rechazar un cheque en blanco de Sir Álex Ferguson y retirado prematuramente a los 26 tras un destrozo en la rodilla, y sobre su ciudad, Mánchester. La legendaria Madchester (juego de palabras con el término mad, loca) que vivió en primera persona una estrella inconclusa que logró recomponerse en fisioterapeuta, superar una depresión y 16 operaciones para poder andar y hoy en día es embajador de la Premier League. Un icono con sólo 110 partidos con el City.

Un niño que iba al viejo estadio en Maine Road y que con 19 años lideró la victoria más recordada sobre el odiado United. El 23 de septiembre de 1989, un 5-1, la última contra los diablos rojos en 13 años. "Como fan del City me duele decir que hemos vivido a la sombra del United mucho tiempo", admite Lake, "nuestras temporadas dependían de ganar el derbi, pero con la inversión árabe, Mancini, Pellegrini y el increíble Guardiola, eso ha cambiado, el City ha crecido de forma meteórica". Como fue la carrera del propio Lake. Precoz defensa y centrocampista, internacional Sub-21 y preseleccionado para Italia 90, lo tenía todo. "United, Liverpool y Arsenal pujaron por mí", rememora, como prefacio de la narración de una gravísima lesión de rodilla en 1991 que hundió su carrera. "Fue un catálogo de errores. Tuve que pasar por una osteotomía tibial que me enderezó la pierna izquierda para compensar todas las operaciones en la rodilla derecha y sigo teniendo problemas. Es un recuerdo constante de lo que pude haber sido en el fútbol…", se sincera. Nunca volvió a jugar. Por eso dedicó su nueva vida, tras dejarlo en 1996, a ofrecer su ayuda. Estudió Fisioterapia y fue consejero. "Me hicieron sentir que no valía nada, yo quiero que los jugadores de hoy reciban la mejor ayuda posible". Se refiere al dueño por entonces del City, Peter Swales, que tras ir Lake a operarse a Los Ángeles le hizo regresar a Inglaterra en clase turista con la rodilla recién intervenida. Ocho horas de martirio. "Éramos futbolistas que valíamos millones y nos habían firmado pólizas de seguro que cubrían sólo 10.000 libras. Es inconcebible".

No todo fue dolor, Lake también vivió lo que era ser un futbolista joven en aquella Mánchester y en The Haçienda, una discoteca (hoy derruida) tan mítica que Puma la ha homenajeado en la segunda equipación del actual City. Noches con The Stones Roses, New Order y los Oasis de los skyblues Gallagher. "Fue una época maravillosa, la ciudad vibraba y llevar con orgullo la camiseta del City en un club nocturno era parte de nuestra cultura", recuerda. Tres décadas después, Lake vive con su familia y trabaja para la Premier, pero su corazón late en azul cielo pensando en una posible Orejona. "Parece que la Champions siempre nos esquiva y el Madrid es muy fuerte con y sin Ramos, pero si hay alguien que quieres tener en tu esquina, ése es Pep, es un mago".