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El alcalde de Alberic se queja del estado de los vestuarios tras el Playoff valenciano

"Se permitieron el lujo de poder ensuciar y destrozar todo aquello que desearon. Es una vergüenza. Los futbolistas están a menudo demasiado crecidos", dijo.

El alcalde de Alberic se queja del estado de los vestuarios tras el Playoff valenciano

El Estadio Municipal de lberic fue la sede del Playoff de ascenso a Tercera División en la Comunidad Valenciana, que reunió en sede central a Benicarló, Burriana, Castellón B, Buñol, Torrent, San Marcelino, Castellonense, Muro, Tavernes de la Valldigna, Villajoyosa, CFI Alicante y Rayo Ibense. Lo que fue una fiesta del fútbol, con gran expectación pese a que no se permitía la presencia de público, acabó con una queja pública de Toño Carratalá, alcalde de la localidad, por el estado en el que quedaron los vestuarios.

Las imágenes evidencian la falta de limpieza, con el suelo lleno de basura y líquido derramado. Por ello, Toño Carratalá quiso denunciarlo en una nota: "Ni mucho menos el comportamiento de todos los conjuntos resultó ejemplar. Y se observó sobre todo por la magnífica educación mostrada por el filial del Castellón, un equipo que cayó en los penaltis pero que pese a eso dejó las instalaciones, a su salida, impolutas, casi mejor que las recibió. Todos los desechos en las bolsas de basura, perfectamente atadas y recogidas en un rincón. Los vestuarios limpios como una patena. Nada roto. Todo en orden. Un ejemplo".

Tras ello, criticó abiertamente y sin nombrar a aquellos que no siguieron el ejemplo del filial orellut: "Ni muchos menos fue el comportamiento de otros conjuntos, varios de los cuales (y no diré nombres por ser elegante) pasaron por las instalaciones que Alberic cedió gratuitamente como quien pasa por un campo de batalla, permitiéndose el lujo de poder ensuciar y destrozar todo aquello que desearon".

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Cierra su mensaje, con una opinión sobre su modo de actuar: "Por ahí no pasamos. Es una vergüenza. Los futbolistas gozan a menudo de privilegios que no tienen otros deportistas. Están a menudo demasiado crecidos, poseedores de una fama que es, además de irreal, impropia en categoría regional, en Tercera, en Segunda B e incluso en la Segunda División. Hace falta mucha humildad entre los futbolistas".