LEICESTER 0 - MANCHESTER UNITED 2
Bruno Fernandes vale un billete para la Champions League
Un gol del portugués de penalti y otro de Lingard certificaron el pase del Manchester United para la máxima competición europea.
Bruno Fernandes se permitió, como el mago que se da un toque en la chistera antes de sacar la paloma, un saltito antes de batir a Kasper Schmeichel desde los once metros. El tanto, el único del partido hasta el de Lingard en el último segundo con todo decidido, suponía para el Manchester United mucho más que la clasificación para la Champions League del año que viene. Era la consagración del talento portugués y, por primera vez en casi una década, de la esperanza en Old Trafford, donde por fin pueden presumir del fútbol, la velocidad y el talento joven que siempre les ha caracterizado. De la mano de este vestuario, los mancunianos pueden empezar a soñar con reconstruir el imperio perdido.
A los de Solskjaer se les notó, desde el primer momento, más cómodos, a excepción de Maguire y De Gea, ambos señalados durante las últimas fechas y nerviosos en varias de sus intervenciones. Lo del central inglés, defensa más caro de la historia y capitán de los 'red devils' a pesar de que no lleva ni un año en Old Trafford, es para hacérselo mirar, pues ahora mismo su etiqueta no marca ni remotamente la cantidad que se pagó al Leicester por él.
En cualquier caso, Solskjaer, que ha sido capaz de darle la vuelta a las críticas gracias sobre todo a la llegada de Bruno Fernandes, a un Pogba que parece que vuelve a enchufarse y al nacimiento futbolístico de Greenwood, parece que fue capaz de dar con la tecla en el King Power Stadium. Los 'foxes', sin ponerlo fácil, se vieron agobiados en varias fases del encuentro, y solo Schmeichel, y los fallos de los delanteros del United, mantuvieron la igualdad en el descanso.
Pero en la segunda mitad, un buen robo de Greenwood en tres cuartos, seguido de una prolongación rapidísima por parte de Rashford al hueco, terminó con Martial por los suelos y el árbitro pitando un justo penalti. Desde los once metros, Bruno Fernandes, que dio un saltito justo antes de batir al portero danés, no perdonó, y la victoria dio a los suyos la clasificación para la próxima Champions League. El Leicester, que fue incapaz de conseguir tres puntos que habrían sido históricos para ellos, se ahogó en un mar de frustración que se consumó con la expulsión de Jonny Evans en los últimos compases, pero su pase a la Europa League sigue siendo un éxito para un club que se había acostumbrado a la épica.