Isco se apunta a Mánchester
Ante el Leganés, hizo su mejor partido tras el confinamiento, con dos asistencias incluidas. Depende de que Zidane apuesta el 7-A por un sistema con cuatro medios.
Isco puso luz en el barullo blanco en la despedida de LaLiga. En Leganés, un equipo se lo jugaba todo y otro, nada, y eso terminó por notarse: al Madrid le faltó control (que no balón: la posesión fue para los blancos, 65-35) y recibió hasta once remates, siete de ellos a puerta. Lo mejor en la medular madridista fue el malagueño, asistente en sus dos tantos: primero, con un centro medido para Ramos en una falta lateral, en la que el central se aprovechó de una dejación de funciones colectiva de los locales para aprovechar el estupendo envío del '22'; y luego, con un exquisito toque de exterior para dejar solo a Asensio ante Cuéllar, una asistencia que hubiese firmado el mismísimo Modric.
Isco, como interior izquierdo en un trivote medular, acompañando a Casemiro y Valverde, pasó de las labores de remate y se centró en la circulación, donde brilló especialmente: 85 pases buenos de 95, el mejor pasador del duelo con mucha diferencia (Militao, segundo en esa estadística, se quedó en 62 pases buenos). Perdió 17 balones, sobre todo en esas clásicas conducciones que todavía puede pulir, pero a cambio se afanó en defensa: seis duelos ganados de nueve y cuatro recuperaciones. En Leganés, Isco mostró su faceta más colectiva y pidió sitio en el partido que le resta al Madrid (de momento) en la temporada: la visita el City el 7 de agosto.
Ante el Manchester City, el 7-A
Tras el 1-2 de la ida de octavos de final de la Champions (el gol blanco, de hecho, lo anotó Isco), el Madrid necesita una machada para seguir vivo en Europa: necesita marcar dos goles y no encajar, algo complicado ante un equipo que, pese a que viene de perder ante el Arsenal en la FA Cup, promedia tres goles por duelo y sólo 0,6 en contra tras el confinamiento. El equipo blanco cuenta ahora con una semana de vacaciones para que los jugadores carguen pilas, pero a buen seguro Zidane habrá tomado notas de lo visto en este sprint final de LaLiga, Isco incluido.
El malagueño empezó como suplente y luego cayó lesionado, aunque se recuperó antes de tiempo y empezó a disfrutar de minutos. En las últimas ocho jornadas ha sido titular cuatro veces, en duelos tan importantes como las visitas a Espanyol o Granada y el choque en Valdebebas contra el Getafe. Isco comenzó sus andaduras algo falto de forma, lo que acabó llegando con el paso de los duelos y, ante el Leganés, mostró su mejor nivel postconfinamiento, con dos asistencias que maquillan algo unos números no muy brillantes hasta el momento: tres goles y dos asistencias en lo que va de curso. Poco bagaje para un jugador que supera los 1.600 minutos.
Isco y la Champions
Mánchester asoma como tabla de salvación, sobre todo si Zidane apuesta por un formato de once con cuatro en el medio (si son tres, es complicado que los elegidos no salgan del cuarteto Casemiro-Modric-Kroos-Valverde); el problema radica en la tarea blanca, la necesidad de remontar implica que, probablemente, Zidane tire de tres en ataque, con Benzema y Hazard como fijos y Asensio llamando fuerte a la puerta. Pero el técnico marsellés podría recordar glorias del pasado en Europa para inspirarse.
Isco fue titular en las dos últimas finales de Champions que jugó el Real Madrid, en Cardiff ante la Juventus y en Kiev contra el Liverpool; en las dos anteriores partió como suplente, aunque tuvo muchos minutos en ambos casos, en Lisboa y Milán, ante el Atlético por partida doble. Zidane estuvo presente en las cuatro ocasiones: en la primera, como segundo de Ancelotti; y en las tres restantes, ya como primer técnico. Si Zidane apuesta por el control en Mánchester, podría recuperar su clásico rombo Casemiro-Modric-Kroos-Isco para atar en corto al City y esperar que Benzema y Hazard hagan el resto en ataque. El malagueño, mientras, pone todo de su parte.