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Messi enseña la puerta a Setién

El argentino dejó claro con unas declaraciones explosivas su distancia sideral con el entrenador. Bartomeu tiene un serio problema.

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Messi pasa al lado de Quique Setién durante un partido.
Messi pasa al lado de Quique Setién durante un partido.Alberto EstévezEFE

Las horas de Setién en el banquillo del Barcelona están contadas. Lo estaban antes del desastre ante Osasuna, pero se daba por hecho que el cántabro iba a liderar al club catalán en el asalto a la Champions. Lo de empezar la próxima campaña ya se vería.

No obstante, la explosión de Messi tras el partido va a acortar los plazos. A día de hoy, nadie da un céntimo de cara a la continuidad del entrenador que llegó en enero para sustituir a Valverde enarbolando la bandera del cruyffismo para tratar de devolver al equipo a su estilo identitario.

El argentino no se cortó tras la derrota contra Osasuna y tiró con bala desmintiendo al técnico. Setién había defendido en la previa del partido que si el Madrid ganaba LaLiga sería por sus aciertos. Ante esto, Leo opuso que "el Real Madrid hizo lo suyo; después del parón hasta ahora no perdió y eso tiene mucho mérito, pero nosotros ayudamos y mucho para que se lleven la Liga ellos. Tenemos que hacer autocrítica, empezando por los jugadores".

Messi también aprovechó para dar por cerrada a su favor la polémica que mantuvo en los medios con su técnico durante el confinamiento. Leo aseguró en una entrevista que "jugando como hasta ahora no nos dará para la Champions", a lo que Setién respondió que "después de lo que he visto estos años en el en el fútbol, podemos ganar la Champions, no estoy de acuerdo con las palabras de Messi". Pues bien, tras la derrota contra Osasuna, Messi se apuntó el tanto ganador al decir que: "lo dije hace tiempo que si seguíamos así sería muy difícil ganar la Champions y no ha dado ni para ganar la Liga. Y si no reaccionamos no ganaremos ni al Nápoles".

Más. Mientras en sala de prensa el entrenador se empeña en convencer a la prensa de que el equipo juega bien y ha mejorado, el diagnóstico de la estrella es muy diferente. "No queríamos terminar la Liga de esta manera, pero este partido marca un poco como fue todo el año. Fuimos un equipo irregular, débil, al que nos ganan por intensidad y al que nos marcan fácil gol. Perdimos muchos puntos donde no debíamos".

Estas palabras se suman a las de Luis Suárez esta semana en sendas entrevistas a Mundo Deportivo y Sport en las que, contradiciendo la versión del técnico, aseguraba que el Barça había perdido LaLiga (y lo dijo antes de jugar ante Osasuna) por errores propios. Suárez fue suplente ante los navarros.

Que la brecha entre el argentino y el técnico es sideral se escenificó también en la rueda de prensa del miércoles del entrenador previa al partido cuando Setién argumentó que uno de los problemas del Barça podía ser que "Messi no ha estado en algunos de sus registros habituales". Tras el partido, tras defender su trabajo aseguró que "la autocrítica debemos hacerla todos".

Toda esta tormenta llega además días después de que la Cadena SER anunciara que el argentino comunicara al club que paralizaba las negociaciones entabladas para renovar su contrato que expira el 30 de junio del año que viene". Unas negociaciones que se llevaban directamente con el presidente ya que el contacto con Éric Abidal, el secretario técnico, está totalmente roto desde que el francés insinuó tras el despido de Valverde que habían sido los jugadores los que lo habían propiciado.

Con el máximo mandatario no son mejores las relaciones que se agriaron durante la negociación de la rebaja salarial que la entidad pidió a los futbolistas a causa de la crisis del coronavirus.

Así pues, a Bartomeu se le ha declarado otro incendio. O reafirma a Setién contra el criterio de los jugadores o busca un relevo de cara a la Champions, que a día de hoy es el clavo ardiendo al que se aferra desesperado.