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ESPANYOL-EIBAR

Rufete: "Haremos un equipo con hambre y que sienta el club"

El técnico y director deportivo espera "cerrar bien este capítulo" y reconoce que le espera al Espanyol un mercado "difícil". Avisa, "la cláusula de RdT es de 60M".

Francisco Rufete.
Rodolfo Molina

¿Cómo están los jugadores y cómo se afrontan estos tres partidos?

El objetivo es el de siempre, seguir compitiendo hasta el final.

¿En qué momento se darán a conocer las nuevas decisiones sobre la plantilla y el entrenador?

Nos queda una semana. Estamos trabajando y tomaremos decisiones lo más rápido posible. Queremos hacer una plantilla que genere ilusión. Hay que cerrar este capítulo. Hay situaciones que se están manejando pero queda una semana para definirlo todo.

¿Algunos jugadores se juegan en estas jornadas seguir o no?

Nos jugamos el orgullo y la camiseta. Hasta el final pelearemos por ello. Lo que tenemos que hacer es lo nuestro. Ya vienen entrando jóvenes en el equipo.

¿Es una locura jugar a las 14:00?

Hay otros horarios en los que podríamos jugar. Tuvimos que hacer dos grupos para no estar tanto tiempo en el campo. El calor es importante y la humedad al regar aún más. Es un momento diferente en el fútbol, lo entendemos, pero esto no es bueno para nadie.

¿Cree que va a ser un mercado difícil por el hecho de cumplir la reducción del límite salarial y por las consecuencias económicas del COVID-19?

Para todos va a ser difícil. Tenemos otro hándicap que es la adaptación rápida, generar una plantilla ilusionante y fuerte para Segunda. Ha cambiado mucho todo, pero el éxito estará en adaptarnos. El fútbol deberá acoplarse a algo nuevo.

¿Tiene claro cómo debe ser la plantilla?

Estoy analizando todo. Tenemos que cerrar este ciclo bien o muy bien para repetir cada semana lo mismo. Representamos un club, no podemos acabar de cualquier manera. Tenemos que trabajar en una situación diferente. Es Segunda. La visión es distinta.

¿Cree que será posible contar con RdT y Cabrera?

Cuando los firmamos sabíamos la dificultad, tienen sus particularidades en los contratos. Hablaremos con ellos y tomaremos decisiones. Son parte importante del club hasta que suceda lo contrario.

¿Los jugadores que llegaron en enero tienen cláusula liberatoria con el descenso?

Ya lo dio alguien. Eso es confidencial. Hace daño. Poco más me queda decir si otros lo dicen. Diré la verdad. RdT tiene una claúsula de salir cedido a un equipo de Primera siempre que se den los condicionantes, pero el precio de compra son 60 millones o 70 si es un club internacional. A Cabrera también lo pueden comprar, pero se puede quedar. Habrá que sentarse con ellos. La debilidad nuestra es la categoría, pero sé su implicación.

¿Cómo piensa darle la vuelta al pesimismo?

En una estructura grande, reitero, tengo mi responsabilidad, no la negaré. Pero hay algo importante, yo no decido todo en este club, sino sería el dueño. Intentaré opinar y decidir por el bien del Espanyol. Y aquí estoy. El presidente ha apostado por mí e iremos hacia eso. Y eso se explicará y se dirá. Vuelvo a mi lugar, entrené siete partidos porque se me pidió. Los jugadores me deben respetar. Daré la cara por este club, me queme o no me queme. Hay que cerrar y ordenar este libro. Hay que hacer un club grande, de verdad, con sentimiento... Dónde el director deportivo te informe de las cláusulas de De Tomás.

¿Hay que hacer un equipo especialista para Segunda o que tenga continuidad en Primera?

Hay que hacer un equipo con hambre y sienta el club, que tenga sentido de pertenencia. A partir de ahí pelear y comer terreno, con eso el fútbol de calidad te viene.

¿Hasta que punto se tiene claro con quién se cuenta?

Se hablará con el entrenador, el club tendrá claras las circunstancias y se tomarán decisiones. No hay que ir rápido. El año pasado le dimos prioridad a la Europa League en vez de a LaLiga. Hay que tener el hambre para subir. Calidad habrá, pero la clave será el hambre.

¿Algún jugador está por debajo de lo que espera en los entrenamientos?

Todos están excelentes. Se lo he dicho, ellos me motivan. Y es fastidiado estar dónde estamos. No tengo quejas.