Contra la euforia y contra un Getafe histórico y feroz

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A la hora en que Zidane daba explicaciones telemáticas antes del partido ante el Getafe, el padre de Griezmann apretaba el gatillo en Instagram apuntando a Setién: "Usted no tiene las llaves del camión, es un simple pasajero". Así que, como terapia preventiva ante un ataque de confianza, el francés tuvo que repetir hasta en cuatro ocasiones que el Madrid no ha ganado nada, que la ventaja es de un punto, que apretarán el calor y el cansancio y que el Getafe es la bomba (sigue el encuentro en directo en As.com). Todo verdad y todo transmitido al vestuario vía medios. Porque si Setién no tiene las llaves del camión el Madrid si tiene las de LaLiga en los dos próximos partidos, ante Athletic y Getafe, que presentan una característica común: son los dos equipos de la Liga que más goles marcan de estrategia (18). Y el Madrid, el que menos encaja.

El Getafe es el equipo menos convencional del campeonato, con rasgos similares a los de Eibar, otra rareza. Firma la mejor temporada de su historia con el menor tiempo de posesión del campeonato (poco más de 20 minutos por partido). Su éxito está en la presión adelantada que le convierte en el segundo equipo que recupera la pelota más arriba y que la pierde más lejos de su marco (siempre detrás del Eibar), en que ha hecho un arte del juego en largo (21,8 metros es el promedio de la longitud de sus pases) y en que nadie tiene mejor índice de disputas ganadas (70%). Esa ferocidad le permite encajar muy pocos goles (sólo Madrid, Atlético y Athletic están por detrás), dejar pocas rendijas y sacar una artillería poco común en equipos de su presupuesto. Porque sus tres delanteros, Mata, Ángel y Jorge Molina, suman 26 goles en el torneo, con una altísima efectividad. Mata y Ángel hacen blanco en uno de cada cuatro disparos; Molina, en uno de cada cinco. Messi o Benzema, líderes en el campeonato, necesitan seis.

Pero esa fortaleza general del equipo pierde eficacia ante los grandes, ante equipos con futbolistas capaces de sortear esa primera presión. Bordalás ha jugado cinco veces contra el Madrid y sólo le sacó un empate. Al Atlético, ni eso. Le ganó una vez al Barça, pero aquello sucedió en una Copa cuando dirigía al Novelda (2002). Esta temporada ha perdido los cuatro partidos que hasta ahora ha disputado con los tres.

También le ha costado volver del confinamiento. Ante la Real consiguió su primera victoria. Para el partido recupera a Djené, cumplida su sanción, pero desde el 30 de junio tiene tres jugadores menos: Deyverson y Kenedy, sobre los que no ejerció la opción de compra, y Antunes, al que no renovó.

En el Madrid, Zidane para a Hazard, inexistente en Cornellà, y reabre el once a Vinicius, el gran agitador del grupo. Jovic y Lucas Vázquez ya están sanos y hábiles para sumarse a la lista de los intercambiables, porque los imprescindibles (Courtois, Carvajal, Varane, Ramos y Benzema) mantendrán su condición. En el centro del campo volverá Modric, Mendy será el lateral izquierdo si se cumple la frecuencia de onda pospandemia y el sudoku estará en los acompañantes de Benzema y Vinicius. Hay siete candidatos y cinco ya han sido titulares en otros tantos partidos. Faltan Asensio, con el que Zidane va muy despacio (sólo le ha puesto 47 minutos en tres ratitos), y Lucas Vázquez, inédito en el regreso del fútbol. La elección determinará por donde van los tiros en un equipo obligado a aprovechar el viento de cola.