Un Barça bajo presión
El triunfo del Madrid en San Sebastián deja a los de Setién a expensas de un error de los blancos. El técnico cántabro pierde el liderato por segunda vez en cinco jornadas.
La victoria del Real Madrid ante la Real Sociedad confirmó que el tropezón del Barcelona en Sevilla, donde no pasó el empate a cero era el preámbulo de una situación en la que el equipo blaugrana ya no es dueño de su destino para ganar LaLiga. El Barça empieza a vivir seriamente presionado tras perder de nuevo el liderato por segunda vez en cinco jornadas.
Una semana antes de que la competición se suspendiera por la crisis del coronavirus, el Barcelona había perdido el liderato en el Bernabéu al caer contra el Madrid, pero contra todo pronóstico se encontró con el liderato de vuelta en la jornada siguiente tras ganar los blaugrana a la Real por 1-0 de penalti en un partido agónico y que el Madrid cayera por sorpresa en el campo del Betis. Un liderato de regalo que le ha durado al Barcelona tres jornadas de la reanudación de LaLiga. Justo lo que ha tardado en encontrarse con un rival con cara y ojos: el Sevilla.
El Barcelona superó las dos primeras jornadas de la reanudación ante equipos en la zona de descenso (Mallorca y Leganés) pero fue incapaz de dar el do de pecho en Sevilla, lo que dejo en bandeja al Madrid la opción de conquistar el liderato en San Sebastián. Y los blancos no volvieron a fallar. Demasiados regalos habían hecho a los barcelonistas a lo largo de la temporada.
Por tanto, el Barcelona ya no depende de sí mismo como cuando la junta directiva decidió sustituir a Valverde por Quique Setién tras la Supercopa de Arabia. Valverde dejó al equipo líder, Setién perdió ese liderato heredado en Valencia primero (2-0) y en Madrid después (otro 2-0), pero lo volvió a recuperar ambas veces por fallos de los blancos y ahora, de nuevo, vive a expensas de los fallos que pueda cometer el Real Madrid. Un tercer regalo sería demasiado.
Había dicho Setién que le gustaba jugar antes que el Real Madrid en las cuatro primeras jornadas de la reanudación de LaLiga para meter presión a los blancos, pero esa supuesta ventaja también se ha desperdiciado. Ahora al Barcelona le queda por delante un calendario en el que debe recibir en casa ya el próximo martes al Athletic Club, luego al Atlético de Madrid, Espanyol y Osasuna y viajar al campo del Celta, del Villarreal, Valladolid y acabar contra el Alavés. Y ya da igual jugar antes o después que el rival, el presionado es el Barcelona, concretamente, por sus propios errores.