"Nos daban por muertos y engañamos a los alemanes"
El 'Partido del Siglo' cumple hoy 50 años. Italia y Alemania protagonizaron una épica batalla en el Mundial de México de 1970 que aún se recuerda. Sandro Mazzola, leyenda del Inter y de la 'Nazionale', recuerda en AS el agónico 4-3 que vivió en el Estadio Azteca.
Italia será el primer país en celebrar un título tras la cuarentena (hoy, final de Coppa) y lo hará en el 50 aniversario del legendario 4-3 ante Alemania en México-70. Una hazaña que a Sandro Mazzola (Turín, 8 de noviembre de 1942) todavía le emociona: "A mí me parece que fue ayer".
Hoy se cumplen 50 años del 'Partido del siglo' y hay final de Copa en Italia, la primera tras la cuarentena.
Es un día especial y me alegro de que coincida con este aniversario. Es un nuevo inicio. Quiero que antes del saque de inicio todos nos pongamos a pensar en lo que hemos vivido. Luego, es justo que la vida continúe. Y que vuelva el fútbol.
¿Quién ganará, Nápoles o Juventus?
Buena pregunta. Me gusta el juego que hace el Nápoles de Gattuso, aunque vencer a la Juve siempre es muy complicado. Si tengo que elegir, digo azzurri.
¿A su Inter, en la semifinal, cómo lo vio?
No me lo pregunte. A los de Conte todavía les falta mucho para crecer. Crearon ocasiones, sí, pero si no marcas…
¿Y qué le pareció el duelo Juventus-Milan?
Me ofende, yo no veo partidos tan feos (ríe). Ambos equipos demostraron estar un paso por detrás, físicamente, respecto a Nápoles e Inter.
Italia-Alemania, Mundial de México de 1970. ¿Qué es lo primero que recuerda de aquel día?
Que debíamos perder, todos nos daban por muertos. Hasta nuestra propia Federación, que había comprado los billetes de vuelta a casa.
El rival era complicado…
Alemania era mucho mejor que nosotros, pero teníamos algo más. Éramos italianos y sabíamos cómo sorprenderlos cuando menos se lo esperaban.
Tuvo que alternarse con Rivera: la famosa 'staffetta', un tiempo cada uno. ¿De verdad no podían jugar juntos?
Sí que podíamos, pero Valcareggi no quería. Era algo que sufríamos los dos, pero también es cierto que, haciéndolo así, las cosas nos iban bien. En el fondo, el míster tenía razón.
Tuvo usted que lidiar con Beckenbauer...
Sí, él era algo increíble. Atléticamente era muy fuerte, tenía buenos pies y era tan listo… Estaba al mando del equipo, les gritaba a todos. En su mitad de campo le iba a marcar yo: él era defensa, pero iniciaba todas las jugadas, como hacen ahora.
¿Cómo se relacionaba en el césped con el 'Kaiser'?
Nos mirábamos mal, más que nada. Lo hacíamos, sobre todo, después de alguna entrada dura. No nos pedíamos perdón, pero nos respetábamos.
El alemán acabó jugando con el brazo vendado.
Esperábamos que saliera, pero nada. Molestaba hasta con un brazo dislocado.
También hubo críticas: se habló del 'catenaccio'.
Jugar en fase defensiva no es jugar mal, es anular al rival. Sorprendimos a Alemania esperándoles, fue así como los engañamos.
¿Se dieron cuenta de la importancia de aquel triunfo?
Tras el pitido final nos miramos y hubo un momento en el que todavía no creíamos que esa batalla había acabado. Luego llegó la alegría.
Italia llegó cansadísima a la final. Sin esa eterna prórroga, ¿habría tenido más opciones?
Hablamos del Brasil de Pelé, no habría cambiado nada. Eran imbatibles. Sólo mirar a O Rei a la cara te ponía la piel de gallina.
Por cierto, ¿Pelé ha sido el mejor de todos los tiempos?
No, yo me quedo con Di Stéfano. Jugaba en todas las zonas con la misma calidad.