Un Mundial para Madiba
La Sudáfrica de Mandela experimentó un antes y un después. El desarrollo económico del país fue incuestionable. Mejoraron carreteras, aeropuertos, se creó trabajo...
Un Mundial para reflotar África. Así concibió la FIFA el primer Mundial en suelo africano, el primero también en el hemisferio sur desde 1978. La imagen que proyectó Sudáfrica al mundo entero fue la de un país reconstruido, un lugar donde el pasado está escrito en letras de fuego para que no se olvide. La figura de Nelson Mandela tuvo una importancia capital, desde el primer día hasta el último. Fue el Mundial de Madiba. También del Waka-waka, de las vuvuzelas y del pulpo Paul. Todos fuimos africanos por un mes.
Sudáfrica experimentó un antes y un después, no hay duda. El desarrollo económico del país fue incuestionable. El torneo dejó un millón de puestos de trabajo, mejoró autopistas y aeropuertos, impulsó la creación de nuevos estadios y hasta permitió que el primer tren de alta velocidad en África viera la luz, el que conecta desde entonces Johannesburgo con Pretoria en menos de 40 minutos. Lo llamaron Gautrain.
El gasto del Mundial fue de unos 5.000 millones de euros. La FIFA aportó casi mil de ellos, los otros 4.000 salieron de las arcas del gobierno sudafricano y de los gobiernos locales de cada una de las sedes. Comparado con los gastos posteriores de los Mundiales de Brasil y Rusia, que rondaron los 10.000 millones, se puede considerar óptimo.
Más trabajo, más turismo
También se mejoraron las telecomunicaciones y las condiciones de los trabajadores. Se formaron 44.000 nuevos policías y el turismo sufrió un repunte considerable. Durante el Mundial se estima que hubo 400.000 turistas extranjeros visitando las diferentes ciudades sede en las que se jugó el torneo. Su gasto medio, incluido avión, alojamiento y comida, fue de unos 3.000 euros por persona. Lo mejor de todo es que apenas hubo incidentes y que la seguridad, algo que preocupaba mucho, funcionó bien.
Todo ello supuso una ganancia para el país de 12.000 millones en los siguientes años al Mundial. El reto es -y sigue siendo- mantener la buena inercia económica a pesar de las crisis económicas que continúa sufriendo el continente africano.
Por el aire aún retumban los zumbidos de las vuvuzelas entre los hinchas locales, los mismos que llenaron el Soccer City de Johannesburgo tal día como hoy para ver a los Bafana Bafana debutar ante México. Eran las 4 de la tarde. Hacía frío. Mandela finalmente no acudió como señal de luto de su bisnieta. Arrancaba el primer Mundial africano de la historia…