Un mes para vender por 69 M€
El Barça presupuestó 124M€ de ingresos por ventas este curso. Ha recaudado 79 con diversas ventas que serían 89 con variables, pero aquí no cuenta lo que se cobra, sino la amortización.
Uno de los mensajes que quedó más claros en la última asamblea de compromisarios del Barcelona fue el que mandó el entonces tesorero Enrique Tombas: “Las ventas de jugadores son prioritarias para la entidad”. Para equilibrar un presupuesto tan ambicioso como el que se aprobó (1.047 millones) era fundamental vender futbolistas. En el presupuesto que aprobaron los socios constaba que se tenía que recaudar por este concepto 124 millones antes del 30 de junio. A falta de 30 días para cumplirse el plazo, el Barça está a 69 millones del objetivo.
En la columna de ingresos del balance azulgrana de esta temporada constan en el capítulo de ventas por jugadores 80,5 millones. Una cantidad que hacía prever a los dirigentes barcelonistas que los objetivos podrían cumplirse con holgura incluso. Pero la cuestión es más complicada que sumar las cantidades que se ingresan. En cuestión de balance, hay que tener en cuenta lo que se pagó por los jugadores y los años que llevaban en el club. Esto es la amortización. Y en este capítulo el Barça no ha estado fino y se ha desprendido de jugadores que han estado poco tiempo con lo que la amortización del fichaje es escasa. Como ejemplo, el caso de Malcom, que estuvo una única temporada.
El Barça cerró el mercado de invierno vendiendo a Carles Pérez a la Roma por 11 millones de euros en una operación que venía a sumarse a la venta de Malcom al Zenit (40 millones), de André Gomes al Everton (28 millones), Marqués a la Juventus (8,5) y Marc Cardona a Osasuna (1,5). Es decir se habían recaudado 89 millones (si se incluyen las variables) y la temporada en este aspecto parecía bien encaminada.Pero atendiendo a las amortizaciones, a efectos contables estas ventas repercuten únicamente un saldo positivo de 46 millones que pueden ascender a 55 si se cumplieran los nueve millones pendientes de variables.
No obstante, la crisis sanitaria por el coronavirus lo ha trastocado todo. No tanto en las intenciones de comprar de los equipos que pretenden a jugadores barcelonistas como en las cantidades y la gestión de los tiempos. Es decir, el Barça sigue confiando en que, por ejemplo, Rafinha y Cucurella serán traspasados, pero quizás no por las cantidades que se pretendían.
El Celta está muy interesado en hacerse con Rafinha, pero su límite de gasto está como mucho en 15 millones, una cifra que dista del valor que le quiere dar el Barça al jugador siempre que lo incluya en una operación con otro equipo. Sobre Cucurella parece claro que el Getafe va a ejercer su derecho de compra y ahí se abre el debate si lo traspasan a alguno de los equipos de la Premier que lo pretenden (ofertas no le faltan) o se lo quedan. Si optaran por la primera opción, el Barça se quedaría un porcentaje de esa venta.
La filosofía del Barcelona en el concepto de ventas ha cambiado, el CEO Òscar Grau ya manifestó en su primera asamblea de compromisarios que “"no nos escondemos, habrá ventas, pero no de jugadores clave” y el vicepresidente Jordi Cardoner remataba el argumento en una entrevista en Mundo Deportivo en la que afirmaba que “hemos dejado de ser un club finalista, en el que los jugadores acaban, tiene que haber rotación. Antes regalábamos los jugadores”. La idea de la junta es recaudar por jugadiores bajo el concepto de que “jugar en el Barça añade valor” y de hecho, el curso pasado el Barça logró ingresar 134 millones por ventas de jugadores, algo que no era habitual a excepción de la anomalía Neymar.
Uno de los motivos por los que el Barcelona estaba tan interesado en el intercambio Arthur-Pjanic, más allá de temas deportivos, es que con esta operación se solventaba este capítulo del presupuesto de largo. Arthur, valorado en 60 millones, era la pieza que permitía dar un respiro a los números de la entidad que ya da por hecho que no va a poder cumplir el presupuesto aprobado por la asamblea.