La Copa del punto y aparte
El Valencia conquistó tal día como hoy hace un año su octava Copa del Rey en Sevilla, tras una final en la que venció por 1-2 al Barcelona de Messi.
Tal día como hoy, el Valencia rompía una sequía de 11 años sin tocar metal y tras algún que otro coqueteo con el infierno de por medio. Fue en Sevilla, la misma ciudad en la que en 1999 inició su lustro soñado (Copa, dos finales de Champions, dos Ligas, Uefa, Supercopa de Europa y de España), donde sus futbolistas hicieron honor al año de su Centenario. En el Benito Villamarín, estadio que estaba a rebosar aquella tarde primaveral, en cuya grada golearon los blanquinegros, conquistó el Valencia su octava Copa del Rey, dándole mayor empaque a su éxito habérsela ganado al Barcelona de Messi, porque a las victorias las dignifica el rival que uno tiene enfrente.
El Valencia de Marcelino se hacía así eterno, gracias a los goles de Gameiro y Rodrigo y al pundonor del resto que actuaron en aquella final. El Valencia hizo caso en Sevilla a lo que tanto repetía a sus futbolistas Don Alfredo Di Stéfano cuando fue inquilino del banquillo de Mestalla: "Ningún jugador es tan bueno como todos juntos". Fue así como aguantaron y se impusieron al asedio de Messi, porque el argentino se afanó hasta el final por aliviar el dolor que arrastraban los suyos tras el palo de Liverpool con su quinto Doblete.
Aquella Copa del Rey se veía por Valencia como la de 1999, el principio de algo. Sin embargo fue el principio del fin de un proyecto, el que diseñó Mateu Alemany y dirigió Marcelino. El tiempo hizo que gestos que parecían entonces extraños tuvieran rango de concluyentes, como que Peter Lim, de quien se dice que fue a Sevilla casi más por petición de su amigo Beckham que por voluntad propia, no bajara al vestuario a felicitar al equipo como sí había hecho una semana antes en Valladolid tras asegurarse plaza en la Champions, o que por la fiesta oficial del equipo en Sevilla, entre la amplia comitiva llegada desde Singapur para ver in situ la primera final de la era Lim, solo se dejara ver la ex presidenta Layhoon Chan. Apenas tres meses después de la final de Sevilla y de la fiesta que se vivió al día siguiente en Valencia, Lim decidió que el proyecto tenía que cambiar de formato y de manos.