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REAL MADRID | LA ENTREVISTA

Lunin: "Cuando entré al vestuario del Madrid no podía ni pensar"

El portero, que confiesa que su primera camiseta fue de Cristiano, pide en AS una oportunidad: "Vine a jugar, quiero demostrar lo que valgo".

Lunin: "Cuando entré al vestuario del Madrid no podía ni pensar"
Real Oviedo

Andriy Lunin (Ucrania, 1999), cedido por el Madrid en el Oviedo, había cogido vuelo antes del parón por el COVID-19. Ahora, con AS, recuerda sus inicios a lo Cristiano, ofrece detalles sobre su llegada a España, con especial cariño a Florentino, y confiesa que desde el Bernabéu no le han dicho qué hará en la 2020-21.

En España no se le conoce mucho. ¿Cómo fue su infancia?

Empecé a jugar al fútbol en mi ciudad, muy pequeña, como delantero. Todos los niños quieren meter goles y celebrarlos, pero a partir de los ocho años lo hacía en Jarkov, a 100 kilómetros. Viajaba una vez por semana para jugar como portero, aunque entre semana era jugador.

¿Por qué ese cambio?

Jugábamos a fútbol sala y, como no me gustaba correr y lo veía una tontería, en sala funcioné muy bien, metí muchísimos goles y tengo bastantes trofeos de mejor jugador, máximo goleador, máximo asistente… Pero en Jarkov el campo era de fútbol 7 y no era para mí, así que estuve tres años así. Luego hice tres pruebas, en el Shakhtar, en una escuela en Jarkov y en el Metalist Jarkov, y elegí al Metalist. Estuve viviendo y yendo a la escuela allí de Sub-12 a Sub-18. No fue duro porque era lo que quería hacer.

¿Era buen estudiante?

Sí, no tenía malas notas.

¿De qué trabajaban sus padres?

Mi padre, en un banco y mi madre, para el país, como funcionaria.

Y cuando era delantero, ¿a quién imitaba?

A Cristiano. Mi primera camiseta fue de él.

¿Y cuando empezó de portero?

A Casillas.

¿Cómo se enteró de que le quería el Madrid?

En la ciudad deportiva del Zorya, después de un entrenamiento. Reaccioné muy raro: con mucha felicidad, porque era mi sueño de niño, un poco de preocupación y un poco de miedo por el club que es… Pero con muchas ganas.

¿Tenía más ofertas?

Sí, claro, pero cuando me dijeron “Madrid” no me interesó nada más, me daba igual todo. Y mi club lo sabía. En una semana, más o menos, se cerró.

Y vino a conocer Madrid.

Buah, fue todo maravilloso.

¿Algo o alguien le llamó especialmente la atención?

El presidente. No esperaba que Florentino estuviera ahí para saludarme y me dio la bienvenida, me dijo que estaba contento de que llegara y que en el futuro podría ayudar al club. Igual suena demasiado, pero me hizo sentir como si fuera su hijo.

Y el 23 de julio de ese 2018 le presentan.

Me pareció un gran detalle. No sabía español, llevaba unos 10 o 14 días estudiando. Cuando me explicaron que tenía que hablar, me ofrecieron hacerlo en ucraniano, español o inglés. Al principio quería en ucraniano, claro, porque no hablaba muy bien inglés y no sabía nada de español… Pero lo comenté con el club y me dijeron que sería increíble si hablaba en español. Eso fue como cinco días antes de la presentación, así que esa semana estuve estudiándome un texto; no gramática ni nada, sólo ese texto. Fueron dos o tres horas por día, o incluso cuatro, para decirlo bien y acordarme porque eran letras nuevas para mí.

Ahora habla casi perfecto.

Es que tuve un profesor y estuvimos estudiando duro, dos horas por la mañana y como una hora por la tarde, seis días a la semana durante seis meses. El club me dijo que tenía que aprender más o menos rápido. Esos primeros seis meses casi me explotaba la cabeza (risas). Fue difícil aprender. Luego seguí, pero no a ese ritmo: dos, tres o como mucho cuatro veces por semana. En ocasiones con profesor y otras, solo, sumando vocabulario por mi cuenta y tratando de entender mejor.

A sus compañeros en el Leganés les llegó a decir el pasado mayo que se quedaba en el Madrid. ¿Lo cambió todo la situación de Keylor?

Fue un poco raro. Yo trabajaba en Madrid porque quería quedarme y luchar por el número 1. Soy joven, pero si vine a este club es porque quiero demostrar lo que valgo. Vine para jugar. Pero con Courtois y Keylor esperar una oportunidad era bastante complicado y decidimos que tenía que irme cedido para mostrar mi nivel. Al poco tiempo Keylor se marchó…

¿Qué pensó?

Nada. Es su carrera y elige lo que quiere y como quiere, lo mejor para él. Es la vida.

Un año antes, en la pretemporada de 2018, entra por primera vez a ese vestuario, lleno de estrellas y… ¿qué pensó?

Joder, yo… puf… Ni pensaba. Me callaba, no podía pensar.

¿Con quién tuvo más trato?

Sobre todo con Odegaard, que era joven y hablaba un poco inglés, y con Keylor. Y un poco con todos. Ahora, con Take (Kubo).

¿Cómo describiría a Courtois?

Es buen portero y, por lo que le he conocido, buena persona. No tuvimos ningún problema en el mes o así que coincidimos.

¿Qué es lo que más le gusta de él?

Es parecido a mí porque tiene bastante estatura, él un poco más. Me gusta cómo usa esa altura porque no es tan sencillo como se piensa.

¿Usted vuelve para la 2020-21?

Aún no lo sé, no me han dicho nada.

¿Qué quiere hacer?

Lo primero es terminar esta temporada sin riesgo. Estamos con ganas, que dos meses parados son demasiados. Se nota en algunas cosas más que en otras. Quiero lograr el objetivo con el Oviedo.

¿Se salvarán?

Sí, claro. Y podré demostrar mi nivel para que Zidane vea que tengo que volver al Madrid, que tiene una opción más. Lo intentaré todo para eso y ya veremos. Doy todo para volver al Madrid, pero al final deciden el míster y el club.

¿Y qué sensación tiene?

Positiva. Intento mantenerme así.

¿Cuándo habló por última vez con Zidane?

En la pretemporada. Estoy en contacto con Juni (Calafat) y con el entrenador de porteros (Roberto Vázquez).

¿Se siente preparado ya para dar el salto al Madrid?

Sí. Y me sigo preparando todos los días en el Oviedo.

Tras las pocas oportunidades que le dieron en Leganés y Valladolid, ¿llegó a dudar de sí mismo?

No, puede preguntar a cualquiera cómo trabajaba y vivía esa situación. Es pasado ya. Está claro que los entrenadores no confiaban tanto en mí, no sé por qué, si eran cosas suyas o mías. En los entrenamientos veía que no era peor, aunque decide el míster y no puedes hacer nada. Estoy convencido de que esas dos situaciones me han hecho más fuerte.

¿Cree que la portería del Madrid, donde se ha pitado a los mejores, es la más difícil del mundo?

Sí.

¿Cómo lleva las críticas?

Las gestiono bien. Siempre hubo, hay y habrá. Es normal, es el trabajo de algunas personas. Tengo al entrenador, al cuerpo técnico y a los compañeros para ayudarme, aconsejarme…

En junio ganó el Mundial Sub-20 siendo Guante de Oro y con la Absoluta ha disputado cinco partidos (cuatro goles encajados, dos puertas a cero, ninguna derrota). ¿Qué le dice Shevchenko?

Shevchenko me ayudó y me sigue ayudando mucho con su confianza, porque cuando no estaba jugando en el Valladolid seguía convocándome para al Absoluta y en todos los amistosos contaba conmigo. No jugar un año es un desastre, así que eso me ayudó muchísimo. Uno de mis objetivos es ser número 1 y para ello hay que jugar en el club, por eso me ha dado mucha confianza el Oviedo. Espero que eso sirva para el futuro.